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Ushetu, Tanzania, 14 de agosto de 2019

Queridos amigos de la misión en Tanzania, espero que se encuentren todos muy bien. ¡Tanto tiempo sin escribirles! Han pasado muchas cosas desde la última crónica, y por lo tanto tengo mucho para contarles, pero vamos de a poco. En esta ocasión quiero contarles sobre la Misión Popular que realizamos en la parroquia de Nyamilangano. Para los que tienen problema de memoria (creo que cada vez somos más), les recuerdo que esta parroquia se inició el año pasado, hace casi un año exacto, el 25 de agosto de 2018. Tiene por patronos a San Pedro y San Pablo Apóstoles, y fue una división de nuestra enorme parroquia de Ushetu. También se agregaron algunas aldeas de la parroquia vecina, con lo que quedó conformada ésta nueva, que nos dejó el obispo a nuestro cuidado en sus inicios. Ahora bien, para nosotros significó un aumento notable del trabajo, porque sobre que teníamos ya 53 aldeas en la parroquia de Ushetu, al agregar algunas aldeas de la parroquia vecina para hacer esta nueva, llegamos a atender durante este año a 61 aldeas, en un radio de 2.800 km2. Físicamente imposible de atender como uno desearía, y por eso hicimos lo mejor que pudimos. Ahora el obispo vuelve a dividir nuestra parroquia de Ushetu, que había quedado con 41 aldeas, y seguía siendo la parroquia más grande de toda la diócesis. Va a crear una nueva parroquia, que llevará por nombre “San Martín de Porres”, de Kangeme. Nosotros dejaremos a los padres diocesanos la que se fue creada el año pasado, y quedaremos con dos parroquias, un poco más pequeñas, es decir con las 41 aldeas, pero en dos parroquias. Espero que se entienda lo que acabo de explicar.
Perdón por esta larga introducción, pero es para que se entienda bien, ya que cuando les contamos a algunos de ustedes que dejábamos la parroquia de Nyamilangano, nos comenzaron a preguntar si era la parroquia de Ushetu, en la que estamos desde los inicios, etc. Se prestó para un poco de confusión aquella noticia que envié “así nomás”, y por eso va esta larga explicación. 


Como el traspaso de esta parroquia se realizará en septiembre, decidimos hacer una Misión Popular, a manera de despedida. Ha sido la misión popular más larga que hemos realizado desde que estamos aquí. Los que misionaron en esos días fueron el P. Víctor con los novicios y postulantes, las hermanas y las novicias y postulantes, los jóvenes de la parroquia de Nyamilangano y de Ushetu, las Voces del Verbo de Tanzania, y dos voluntarias venidas desde Estados Unidos. Un gran equipo, de casi cincuenta personas.
Fue un enorme esfuerzo trasladarse todos a Nyamilangano, y vivir allí los diez días que duró la misión. Estamos en plena época de sequía y el viento y la tierra son una buena mortificación. Por las noches refresca bastante, y al mediodía el sol quema. Las visitas de casas se realizan con gran sacrificio, caminando mucho, pero la gente estaba feliz de que los visiten. Muchos de los misioneros mismos quedaban sorprendidos al ver la cantidad de paganos que hay. No se imaginan que estamos en una tierra de misión ad gentes, hasta que hacemos actividades como éstas, que no se trata de esperar que la gente venga a la iglesia, sino de ir a buscarlos a sus casas.
La misión infantil fue un éxito, como sucede siempre. Hubo una gran cantidad de niños, que venían por la mañana, y por la tarde se aumentaba ya que salían de la escuela. El “Santo lío” se realizaba en medio de una gran polvareda debido a los saltos de los niños, que se perdían en la nube de tierra. Todos quedaban cubiertos de polvo de pies a cabeza. 
Al acto misionero venían muchos jóvenes del colegio secundario, más de cuarenta cada día. Fue muy impactante el día de la Eucaristía, con una procesión eucarística que traía el recuerdo de la Solemnidad misma del Corpus, por la gran cantidad de fieles que participaron. Ese día también hubo adoración por turnos, durante todo el día. El segundo viernes de la misión se rezó el Via Crucis por la calles, y la gente que veía pasar esta multitud de niños, jóvenes y adultos, que se arrodillaban en medio del poblado, miraban con mucha admiración y respeto. Esa noche se proyectó la película de la Pasión de Cristo, y llegó muchísima gente, algunos de ellos paganos, que miraban con atención el video. Hemos visto mucha gente llorando, y reinaba un gran silencio, a pesar de ser más de 400 espectadores.
Durante la misión se confesó una gran cantidad de fieles, y se acercaron muchos para comenzar a regularizar su situación matrimonial. Mucha gente regresó a la iglesia luego de muchos años. Y de manera especial, un buen número de paganos escucharon la predicación, tal vez por primera vez, en sus casas.
La clausura de la misión tuvo lugar en un clima de gran alegría. Ese día ingresaron en las Voces del Verbo unos 53 jóvenes. También se les agradeció a la gente del lugar, por habernos dado de comer, con mucho sacrificio y esmero, a 50 misioneros, durante diez días… ¡no es poca cosa, y sobre todo en ésta misión! Se hizo una procesión con la cruz de hierro que sería bendecida y colocada en el frente de la iglesia, con las palabas que nos recuerdan la verdad fundamental del hombre: SALVA TU ALMA. Es también la verdad fundamental que se debe predicar en toda misión, es la verdad por la cual nosotros estamos aquí dando nuestra vida, es para lo cual el Verbo se hizo carne y murió en la Cruz… para Salvar nuestras almas.
¡Firmes en la brecha!
P. Diego Cano, IVE.

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