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7 Prácticas para la Cuaresma

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Renovar el desafío que Jesús dio a la hermana Benigna Consolata para que trasmitiera a las almas en la Cuaresma

Santas llagas de Jesús

“Si este desafío”, dice Jesús, “se practica con amor y con verdadero deseo de agradarme y de consolarme, haré a las almas conseguir un no pequeño progreso en la intimidad con mi sagrado corazón”.

“Deseo que, durante la cuaresma, me hagan especialmente compañía en mi pasión, meditando con más frecuencia sobre mis sufrimientos, el precio de la redención del hombre, y, sobre todo, imitando a la verónica, enjugando mi rostro por amor”.

“El alma será el lienzo en el cual yo imprimiré, a medida de su aplicación a mis divinos rasgos”.

 ¿Cómo es el desafío?

El desafío consistirá más bien en prácticas interiores, porque ha de ser principalmente el corazón el que trabaje; pero se agregarán también prácticas exteriores, sobre todo las de caridad, dulzura y humildad, las cuales son aquellas que más unen los corazones.

 1 – MEDITAR SOBRE LA PASIÓN DE JESÚS

“Es mi deseo que los corazones se dejen penetrar del pensamiento tan saludable de mi Pasión, como una tela empapada de aceite, que se vierte sobre ella sin hacer ruido; pero que, sin embargo, ésta se queda llena de él.

Pero esto, sin obligación, sino como un convite del Amor.

Me agradaría que aunque no fuera más que una vez al día, la meditación fuera sobre mi Pasión.

El pensamiento de mi Pasión ha de ser como un ramo de flores que siempre lleven sobre el corazón”.

2 – ACOMPAÑAR A JESÚS DURANTE EL DIA CON PENSAMIENTOS

“Yo desearía que cada alma me hiciese una especial compañía durante el día, acostumbrándose a acompañarme con el pensamiento; para esto, será preciso al final de cada meditación, escoger dos o tres pensamientos, sobre los cuales volverá a menudo para mantenerse más fácilmente unida a Mí”.

3 – IMITAR ALGO DE JESÚS

“Y como el amor no queda satisfecho de contemplar, sino que también quiere imitar, por esto cada alma se propondrá para la Cuaresma, una práctica que observará con particular fidelidad, para tratar de volver a copiarme más fielmente en sí. Por ejemplo, se podrá el silencio”.

4 – REALIZAR EL VIA CRUCIS Y ORAR EL ROSARIO DE LAS SANTAS LLAGAS

“Los viernes de Cuaresma, hacer el Vía Crucis, o rezar el Rosario de mis Santas Llagas”.

 5 – HACER TODAS LAS ACCIONES LO MEJOR QUE SE PUEDAN

“Para enjugar mi Rostro, como la Verónica, harán todas sus acciones lo mejor que puedan, no solamente con la disposición interior, sino también con la práctica exterior. La pureza de corazón será la blancura del lienzo; y la fidelidad y el amor en la ejecución, serán la suavidad”.

 6 – CARIDAD CON EL PRÓJIMO

“Me quitarán las espinas, cuidando de evitar al prójimo, con una exquisita caridad, todas las espinitas de las dificultades y de las incomodidades, tomándolas para sí, lo más que puedan.  Quien quiera amarme más tiernamente, se hará un deber de curar las heridas que el prójimo haya recibido en cualquier encuentro, con alguna buena palabra llena del bálsamo de la caridad”.

7 – PRACTICAR LA HUMILDAD

“En cuanto a la práctica de la humildad, imitarán a la Verónica en su valor, pasando entre los soldados para llegar hasta Mí; el alma más humilde será aquella sobre la cual Yo imprimiré antes y mejor mi divino Rostro”.

 “ALMA RELIGIOSA, ¿TE GUSTA ESTE DESAFÍO?.

ES UN DON DE MI AMOR NO SÓLO A LAS COMUNIDADES RELIGIOSAS, SINO TAMBIÉN A OTRAS ALMAS, QUE VIVEN EN MEDIO DEL MUNDO, PORQUE TAMBIÉN ÉSTAS LE PUEDEN OBSERVAR EN CUALQUIER LUGAR”.

EXTRACTOS DE MENSAJES DEL SAGRADO CORAZÓN A SOR BENIGNA CONSOLATA FERRERO

“Es necesario reavivar la devoción a este Corazón, para que el mundo  se conmueva de nuevo. Mi Corazón ha de ser la salvación de todo el mundo, la salvación de cuantos lo busquen y lo conozcan”.

“Estoy preparando la obra de mi Misericordia; quiero un nuevo resurgimiento en la sociedad,  quiero que éste sea realizado por el amor”.

 “Yo no puedo resistir al ver tantas almas engañadas, y con ellas usaré la Misericordia, instruyéndolas cada vez más y llamándolas más dulcemente a mi Divino Corazón. Yo les revelaré los secretos inefables de mi Divino Corazón y les enseñaré a vivir de mi amor, de aquel amor que vuelve suave el dolor más grande, y que hace gustar al alma una paz celestial, aun en medio de las más rudas pruebas”.

“Mi Corazón, ¡oh amada!, es tan poco conocido, que si los hombres tuviesen que elegir entre Mí y un pedazo de pan, preferirían el pan… Esto me causa pena, mucha pena. Ver a los hombres que gimen, sufren privaciones, languidecen; conocer que tengo todo lo que necesitan, ver que lo rehúsan, que lo desprecian, es una pena que me pasa el Corazón. Para no sentirla, sería menester no amar a los hombres como Yo los amo; sería menester no haber muerto por ellos como Yo he muerto… ¡Oh María! ¡Cuánto me preocupa el amor de los hombres! ¡Cuánto ansío su amor! Por esto, cuando Yo encuentro un corazón que me abre las puertas, me precipito dentro con todas mis gracias”.

 

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