COLABORAR

Search
Close this search box.

Los Evangelios son históricamente confiables

Más leído esta semana

Los manuscritos del Nuevo Testamento garantizan un testimonio seguro, detallado y confiable.

Aveces la gente cree que los Evangelios y otras fuentes cristianas no son históricamente confiables. En cambio …. En la antigüedad, los documentos (de cualquier naturaleza; religiosos, históricos, literarios, etc.) se escribían en papiros o pergaminos, materiales todos que eran fácilmente perecederos. Por dicha razón, también el trabajo de copiar los textos originales era habitual, para no “perder” los diversos documentos con el tiempo.

Papiro P52 Rylands, con algunos versículos

del cap. 18 de San Juan

(alrededor de 125-160 d.C.)

Para evaluar la fiabilidad histórica de los documentos, es necesario observar la cantidad de manuscritos que nos han llegado, así como su antigüedad. Para que un manuscrito sea confiable, debe también poseer otras características, las que están siempre presente en los Evangelios canónicos, es decir, en los Evangelios oficiales de la Iglesia.

Veamos, en el caso de ciertos autores de la antigüedad pagana, cuántos manuscritos nos han llegado: Virgilio: Poco más de 100 manuscritos (códices). Platón: Poco más de 10 manuscritos (códices). Eurípides y Tácito: 2 – 4 manuscritos (códices). Horacio es el autor de la antigüedad pagana que “nos ha traído” la mayor cantidad de manuscritos (códices) a nosotros; alrededor de 250.

Si dirigimos ahora nuestra atención al Nuevo Testamento (4 Evangelios, Hechos de los Apóstoles, cartas canónicas), ¡los manuscritos ascienden a 5300! Este número ya excepcional se alcanza considerando solamente los escritos en griego, mientras que si agregamos los manuscritos en latín y las diversas traducciones antiguas en copto, siríaco, gótico … ¡los manuscritos llegarían a unos 15.000!

Pero ¿cuántos años tienen estos manuscritos? Es natural que cuanto más cercano se encuentre el manuscrito a la escritura original, según su fecha de composición, más confiable será.

Hablamos siempre de historia antigua y clásica: Virgilio se considera que posee el manuscrito más antiguo, escrito 350 años después de su muerte. El manuscrito más antiguo de Horacio fue escrito unos 800 años después de su muerte. El manuscrito más antiguo de César fue escrito 900 años después del original. El más antiguo de Platón fue escrito 1300 años después del original. Y así sucesivamente …

Papiro P66 (Bodmer II),

que contiene el evangelio de Juan

(alrededor de 200 d.C.)

¡Varios cientos de manuscritos del Nuevo Testamento se remontan a los primeros siglos del cristianismo y varias docenas están a sólo unas pocas decenas de años del original! ¡Documentación incomparable por su fiabilidad!

 

LO DICEN LOS HISTORIADORES

            Algunos poseen, sin embargo, el coraje de cuestionar la fiabilidad histórica de los documentos (reconocidos por la Iglesia) sobre Jesús, propagando tal vez sus ideas ‘extrañas’ (por utilizar un término delicado), sabiendo que a la gente común generalmente no le importa la historiografía o arqueología, o la historia antigua, o la papirología, etc., y sabiendo también que la gente no suele leer libros de profesores universitarios, investigadores, arqueólogos, que conocen muy bien la fiabilidad histórica ‘extraordinaria’ de los documentos cristianos sobre Jesús. Ellos conocen muy bien que, al cuestionar la historicidad de Jesús, toda la historia antigua debería ser puesta en duda, especialmente la anterior a Jesús.

Se difunde y avanza en cambio la idea, o al menos la duda, de que lo que sabemos acerca de Cristo no es cierto. Un concepto erróneo frecuentemente manipulado por los medios de comunicación de masas, no rara vez patrocinado incluso en los libros ‘de moda’ que se venden en los supermercados, mientras que los estudios e investigaciones reales y serias se limitan en gran medida a especialistas y académicos, que están lejos de la vida cotidiana de las personas. Es más conveniente, simple y atractivo, por ejemplo, comprar un libro “comercial” en un “Auto grill” que ir a una librería especializada o a una biblioteca universitaria. Es mucho menos cómodo realizar una búsqueda exhaustiva en el mar de libros “no comercial” escrito por expertos (y no prejuiciosos) profesores e investigadores universitarios.

Así es como Virgilio con sus 100 manuscritos es ciertamente confiable, mientras que Jesús con sus 5300 (o 15.000, según hemos dicho), resulta no confiable. Lo mismo se diga para varios cientos de documentos (hablamos siempre de documentos reconocidos por la Iglesia Católica) de los primeros siglos del cristianismo, o de aquellos lejanos del original sólo por unas pocas decenas de años, considerados no confiables, mientras que los documentos de César, Virgilio, del lejano Platón, con originales de alrededor de 900, 350, 1300 años …; ¡son confiables!

¿Hay algún pequeño prejuicio en esta concepción? ¿Existe una cierta voluntad de desacreditar al cristianismo y a la Iglesia, sólo porque me son antipáticos? ¿Existe la voluntad de escribir algunos libros “escandalosos”, capaces de producir “efecto”? ¿Por qué esos libros ganan tanto dinero? Y todavía hay gente que sostiene que pensar así es pensar mal … Pero volvamos a la historia antigua.

DIGNIDAD HISTÓRICA EXTRAORDINARIA

Como ya se mencionó, los criterios de confiabilidad confirman la extraordinaria dignidad histórica de los documentos cristianos sobre Jesús, mientras que los llamados Evangelios apócrifos no cumplen con estos criterios o, en el mejor de los casos, los satisfacen de manera ilimitada e insuficiente.

Solamente los documentos reconocidos por la antigua y querida Iglesia Católica son históricamente confiables como para aprobar un examen de historiografía. Hemos visto algunos criterios, mencionamos brevemente otros:

  1. a) El criterio de contextualidad: La información reportada en los documentos debe ser compatible con el contexto social, histórico y cultural de la época.
  2. b) Los testigos directos: Los testigos oculares son más confiables que los testimonios de oídas.
  3. c) La coherencia de la narración: La secuencia de hechos narrados debe permitirnos comprender las causas de los eventos, garantizando la lógica concatenación de la historia.
  4. d) La certificación múltiple: Los documentos son más confiables si provienen de fuentes independientes.

Los cuatro Evangelios se han fijado como canónicos porque son los únicos que son verdaderamente creíbles, mientras que los Evangelios apócrifos se han escrito claramente para perseguir propósitos religiosos particulares y propagar ciertas concepciones.

LA GNOSIS

No puede hablarse de evangelios apócrifos sin hablar de gnosis.

La gnosis (religión antigua) tenía una concepción dualista del mundo y de la vida; el mundo material se consideraba malo, sólo el espíritu se consideraba positivo. En consecuencia, la materia debía evitarse a toda costa y la procreación se consideraba negativa, porque era responsable de encarcelar las almas en los cuerpos. La mujer era, para la gnosis, un ser negativo, porque generaba vida material, dando a luz los hijos.

Citamos sólo dos ejemplos de invención narrativa, creada con el único propósito de apoyar las propias concepciones: En el evangelio copto (apócrifo) de Tomás se reportan presuntas palabras de Jesús, que en lugar de reprochar a Pedro que acababa de decir: “las mujeres no son dignas de la vida”, afirma: “Toda mujer que convertirá en hombre podrá entrar en el Reino de los Cielos”. Un evangelio totalmente inventado para convencer a la gente de la “verdad” de la gnosis.           Esto descreditó, una y mil veces, lo que Dan Brown escribió sobre la exaltación del principio divino femenino presente en los Evangelios apócrifos.

Para la gnosis, si la materia o cuerpo es algo negativo, Cristo no se encarnó; solo tomó la apariencia de un hombre, lo divino nunca puede comprometerse con la carne, con el cuerpo. Por lo tanto, siempre según la gnosis, en la cruz no estaba Cristo sino sólo su apariencia. La pasión de Cristo era solo teatro; Jesús hizo cine, hizo el mago.

Esto era lo que pensaba la gnosis, y hay un evangelio inventado específicamente para propagar estas ideas: El Apocalipsis copto de Pedro, en el que Cristo afirma que el que sufre en la cruz es su sustituto, no el Jesús vivo.

Recordamos que estos Evangelios no son creíbles a la luz de los criterios objetivos y seculares de fiabilidad histórica (mencionados anteriormente). Por ejemplo, el más antiguo de estos documentos, entre otras cosas, no puede presumir de una antigüedad similar a la de numerosos documentos cristianos. Además, estos escritos muestran a menudo que los autores, al contrario de lo que querían creer, no tenían un conocimiento mínimo de las costumbres, tradiciones, la vida cotidiana judía, no siendo por lo tanto testigos directos de la vida de Jesús, ni conocían testigos directos, y tampoco eran de origen semita (ciertamente no fueron escritos por apóstoles o evangelistas).

Se podría resumir todo de esta manera: Los Evangelios apócrifos son posteriores al nacimiento de la filosofía o religión gnóstica, inventados para difundir y defender sus concepciones. Es todo lo contrario de la religión cristiana, que surgió de eventos particulares, eventos impredecibles, eventos que se opusieron a los deseos materiales iniciales de los propios testigos, eventos descritos en los Evangelios canónicos y en el Nuevo Testamento.

En los cuatro Evangelios de la Iglesia hay, además, toda una serie de historias y hechos que ningún escritor habría inventado si hubiese querido fundar una nueva religión sobre la mentira. Si se narraron estos hechos es solo porque realmente sucedieron. No existe otra razón.

COMO EJEMPLO

Los evangelistas (pertenecientes al pueblo judío) nunca habrían escrito que Jesús había reinterpretado el día de reposo (¡la fiesta por excelencia de los judíos!) Habría constituido un terrible autogol. Como si un político, para convencer a la gente de elegirlo, prometiera reinterpretar o saltar fácilmente el campeonato de fútbol en Italia.

Nunca habrían dicho que Jesús había muerto en la cruz, porque era un absurdo, una blasfemia, que un fundador religioso, el Mesías, Dios mismo muriera en la cruz … habrían guardado silencio a toda costa, especialmente considerando que la muerte en la cruz era una de las muertes más humillantes de la historia … una muerte que significaba desprecio en la sociedad. Nunca habrían dicho que los primeros testigos de la resurrección habían sido mujeres, porque casi no gozaban de fiabilidad en los juicios como testigos, etc. Decir que los primeros testigos en ver al Resucitado fueron mujeres es como traer hoy en día a testificar a niños de 3 y 4 años. Ninguna persona, si quisiera difundir mentiras, elegiría hacerlo así.

No habrían dicho que huyeron cuando Jesús fue encarcelado, nada habrían contado sobre la negación de Pedro, etc. ¿Por qué aquellos que tenían que difundir la nueva religión, tendrían que hablar mal de sí mismos y de los testigos de la nueva religión? Es absurdo, es como pegarse con la zapa encima de los pies. Nunca habrían dicho que Jesús amaba, perdonaba, que curaba milagrosamente incluso a los romanos, conquistadores odiados… ¿Cómo puedo pensar en convencer a mis compatriotas (o incluso a otras poblaciones sumisas) de que su Dios hacía bien también a sus opresores? Es otro absurdo, una contradicción, teniendo especialmente en cuenta la mentalidad de los pueblos antiguos. Y podríamos seguir con otros ejemplos…

Finalmente, muchos de los apóstoles, de los discípulos y muchos de los que creyeron a la resurrección de Jesús (algunos viendo a Jesús resucitado), a su divinidad, fueron torturados y asesinados por su fe. Podían abandonar, negar su fe, pero ellos preferían morir. Nadie se benefició materialmente de su testimonio; sin dinero, sin poder, sin mujeres, sin prestigio … ¡Tal vez lo que dijeron fue realmente cierto!

Recordamos también, aunque esto pueda ser parte de otro discurso, que hay fuentes no cristianas que dan testimonio de la existencia histórica de Jesús (fuentes romanas y judías), y documentos judíos fundamentales (Talmud de Babilonia) que afirman que realizaba milagros. En estos documentos, provenientes de una religión y un pueblo que no cree en la divinidad de Cristo, estos hechos extraordinarios se llaman brujería y se consideran negativamente, pero aun así y a pesar de sí mismos, atestiguan la sobrenaturalidad y la verdad de las acciones contadas en los Evangelios.

Título original: Attendibilità storica dei Vangeli.

Fuente: Seme di Civiltà.

Pubblicado en: BastaBugie n. 556

Seguir Leyendo

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Social Share Buttons and Icons powered by Ultimatelysocial