por esta confianza derramará Él en su alma los tesoros de su Corazón Divino: “Consolata, tú no pones límite a tu confianza en Mí y
Glorioso San José, por el dolor y el gozo que experimentaste al escuchar la profecía del viejo Simeón, que anunciaba la perdición y por otro lado la salvación de tantas almas mientras tomaba al Niño Jesús en sus brazos. Obtén para nosotros gracia de meditar los dolores de Jesús y los dolores de María