qué trabajo cuesta a la pluma escribir juntas esas dos palabras: educador y pervertido!, ¡como si escribiera: fuente envenenada, blancura negra… madre asesina de sus
el carácter eminentemente interior y religioso de la penitencia, y los maravillosos aspectos que adquiere “en Cristo y en la Iglesia”, no excluyen ni atenúan
Mt 27,24-26 …y se lavó las manos delante de la gente, diciendo: «Inocente soy de la sangre de este justo. Vosotros veréis.» Irrevocablemente unida