El culto al Sagrado Corazón de Jesús es ante todo personal, ya que ha venido a “reinar sobre los corazones”, y el corazón es algo propio de cada uno. El culto es de adoración, de consagración y de imitación.
El culto de adoración se da especialmente en la Santa Misa, en la Comunión, en las visitas al Santísimo y en la oración.