Lo que de verdad importa es que tengamos, de hecho, voluntad enérgica y eficaz de tercer binario, donde no hay reservas, ni subterfugios, ni dilaciones, ni componendas, ni capitulaciones, ni lentitudes, con las disposiciones enseñadas en la Nota [157] de pedir “…aunque sea contra la carne…” y que consiste en “la aplicación inmediata del ‘vince te ipsum’ (vencete a ti mismo); se trata de vencer la extrema repugnancia de la aficción… de batir el último baluarte de la sensualidad… de no limitarse a defender, sino atacar…, no contentarse con resistir, sino llevar la ofensiva: ¿la carne exige la propiedad? Renuncia a la posesión; ¿La sensualidad reclama la riqueza? Pide la pobreza.
Oración difícil y costosa. Porque fácil cosa es pedir lo que se quiere; difícil es pedir lo que no se quiere. Es desconfianza pedir sin esperar ser oído; es heroísmo pedir con temor de ser escuchado”.