Meditación: “No hay posada”
Una posada es un lugar que hace las veces de “hogar temporal”; ofrece resguardo, comida, un techo, etc., y es propio de quien está de paso y necesita hacer una parada. Pero en el caso del Hijo de Dios es completamente diferente: Jesucristo ha querido venir al mundo, pero para quedarse. Es así que decidió encarnarse, haciéndose pequeño y naciendo como un niño y, sin embargo, Él, que viene no de paso sino a morar realmente en los corazones, no encuentra posada entre los hombres. Y entonces a la fría noche se le suma la tristeza, el no encontrar espacio para la Palabra eterna que creó el universo, el no encontrar cobijo entre aquellos que ha venido a salvar; y la única opción que le queda al pequeño Niño Dios es un pesebre.