La Iglesia, siguiendo una antigua costumbre, prepara la fiesta de san José dedicando al Santo Patriarca los siete domingos anteriores al día 19 de marzo, en recuerdo de los principales gozos y dolores de su vida.
San José fue el primer adorador, el primer religioso; sin duda él no adoró a Nuestro Señor en su forma eucarística, ni tuvo la dicha