¡Hola a todos!
Quería decir algunas palabras sobre la importancia del trabajo en equipo. ¿Por qué? Me inspiró, por decirlo de algún modo, la situación que está viviendo nuestro país, Argentina, con las prontas elecciones y esa tarea difícil de unir a todo el movimiento provida bajo una sola ala, bajo un solo partido. Y por otro lado ver que del otro lado quienes están a favor del aborto y de la ideología de género y que solamente buscan el poder se unen “tan fácil” por decirlo de algún modo, y nosotros con un objetivo superior… se hace tan difícil por ahí…
Esto que digo no se aplica solamente al ámbito de la política y lo que estoy diciendo, se aplica a cualquier grupo, cualquier tarea donde hace falta trabajar en equipo. Cuantas veces hay problemas en los grupos parroquiales, tenemos problemas nosotros los sacerdotes entre nosotros, en la vida religiosa, es algo que, en definitiva, pasa mucho porque vivimos en sociedad y muchas cosas son necesarias hacerlas junto con otros.
Voy a tomar algunas ideas de san Alberto Hurtado, que no solamente sabe por ser santo, y la sabiduría propia de un santo, sino porque trabajó mucho en equipo, tuvo mucha gente a cargo. Va a decir él cómo nuestro Señor Jesucristo trabajó en equipo, hizo cosas en equipo, salvo cuando rezaba, Jesús estaba con los apóstoles, de ahí entonces la necesidad de hacer lo mismo nosotros, de unirnos con los demás, la unión hace la fuerza. De que una obra no dependa solamente de una persona, justamente así va durar en el tiempo, hay que unirse con otro. Entonces él va a decir, hacer un libro en equipo, va a poner varios ejemplos de cosas que a uno ni se le hubiera ocurrido de que se pueden hacer en equipo, y que por ahí ni siquiera las cosas que son obvias que hay que hacerlas en equipo no nos salen. Es necesario, pero ¿por que es tan difícil? En primer lugar, por nuestro ego, todos tenemos un ego, un amor propio tan grande, es la lucha más grande que tenemos, nuestro amor propio, y para trabajar en equipo hace falta deponer el amor propio, tenemos que poner la causa por encima de nuestro amor propio, y la causa nuestra siempre va a ser Dios, la gloria de Dios y la salvación de las almas. Después en concreto puede haber un objetivo de un grupo concreto más intramundano por decirlo de algún modo… la patria, lo que sea, pero siempre en última instancia es Dios, y Dios y su gloria están por encima de todos, la patria también está por encima de todos. No soy yo el que importo, es la causa, es Dios, son las almas, es el bien común, y en este sentido va a decir el padre Hurtado “hay que desaparecer ante la obra que hay que realizar”. No como un engranaje de una gran máquina a manera comunista, ¡no! es simplemente lo que vengo diciendo, la causa, el ideal por encima de lo personal. Aprender entonces a morir uno mismo y dejar que otro ocupe otro lugar. ¡Qué bueno estar rodeado de gente que sea más inteligente que uno, que tenga más bondad que uno, que nos arrastre! No me busco a mi mismo, busco algo superior.
Por eso es tan difícil por ahí armar grupos y trabajar en equipo, por nuestro amor propio. Además, hay que tener paciencia, mucha paciencia para adaptarse a los otros.
El padre Hurtado dice somos instrumentos, instrumentos en manos de Dios, y un instrumento tiene que saber adaptarse a quien lo maneja, como una adaptación pasiva en este caso a Dios y tambien adaptarse a lo que en el caso nuestro serian a las otras personas, si, dice un cuchillo tiene mango y tiene tambien el filo, tiene la hoja. Dice “adaptarse a Dios no es tan difícil”, así lo dice literalmente, “porque Dios es razonable”. Ahora “adaptarse a los hombres, que cosa difícil, es canonizable –dice él– el que sabe trabajar en equipo”. ¿Por qué? “Porque los hombres son raros –va a decir– porque están medios locos”, palabras literales. Por eso hay que animarse a buscar siempre la voluntad de Dios y aprender entonces a adaptarse a los demás para poder trabajar en equipo, que los que están del otro lado, los buscan su propio bien y muchas veces directamente, buscan fines malos, objetivamente malos, se unen tanto como un Pilato y un Herodes y nosotros no podemos hacerlo.
En cualquier sentido, en cualquier grupo, en cualquier cosa aprender a trabajar en equipo y ocupar el lugar que yo tengo que ocupar que no siempre es el de estar más arriba, que no siempre es ser el jefe; la gran mayoría de las veces nosotros no somos jefes, siempre estamos ayudando a… y que importa si lo importante es Dios, lo importante es la causa, lo importante son la salvación de las almas, lo importante es el bien común.
Le vamos a pedir a María Santísima que ocupó ese lugar tan humilde, pero a su vez gigante, nadie tan grande como Ella, nadie hizo tanto bien como María, que nos ayude a trabajar en equipo, aprender a unirnos con otros para hacer e bien a los demás, a no ponernos nosotros primero, poner a Dios, poner una causa noble, un ideal noble, que Ella nos ayude, que Ella que seguramente dio forma a ese trabajo en equipo de los apóstoles que Ella unió, que ella nos ayude tambien a ser lo mismo nosotros en todos los grupos que nos toque, donde nos toque actuar que seamos causa de unidad, no causa de división, que pongamos una causa, a Dios mismo por encima de todo, nuestra Madre nos alcance esa gracia.