Solo Dios – P. Miguel Fuentes

Para esta sencilla poesía me inspiro en una frase de Don Orione que el santo encontró escrita en un cartelito en un momento de mucho cansancio y desaliento para él. Decía: “¡Dios solo!”. Esto bastó para que se consolara entendiendo que debía vivir para “Dios solo” y bajo la sola mirada de Dios. La aplico aquí a nuestra relación con el Sagrado Corazón de Jesús.

SOLO DIOS

Consumido de tristeza
estaba por decir adiós
cuando lo vi, ¡ay sorpresa!
Pues decía: “¡Solo Dios!”

Una mano temblorosa
sobre una pobre tablilla
había vertido esa prosa
con letra humilde y sencilla.

¿En quién habría pensado
cuando esgrimía el pincel
y “Dios solo” apuntado
había dejado sobre él?

Había en el tosco leño
un dicho que me atraía
a posar el alma sombría,
de la cual ya no soy dueño,

sobre aquel Buen Corazón,
el que atempera la sed
colmando de su merced
a quien reclama su don.

¡Qué apacible sosiego
pueden dos voces libar
cuando “Solo” inicia el ruego
y “Dios” lo viene a cerrar!

¡Qué silencio pleno de paz…!
¡Y en la tregua “Dios solo”!
Dios solo, armonía sin dolo,
de toda dádiva caz.

“Dios solo”, sin otro testigo,
“Dios solo”, consuelo sin par.
Tú eres el único Amigo
Que salva del fondo del mar.

Corazón, eres el Puerto
que avisto tras la procela
y el cielo que se revela
infaliblemente cierto.

¡Dios solo, hijos, Dios solo!
Único arcano seguro.
Por Él el cáliz apuro
y en dolor me acrisolo.

Pues pasa este mundo perjuro
y Dios se nos da por gladiolo[1].
… Dios solo, Dios solo.

P. Miguel Ángel Fuentes. San Rafael, 29 de abril de 2024

[1] El gladiolo es la flor que simboliza, entre otras cosas, la victoria.