La santidad no es otra cosa que la vida interior en perfecta sintonía con la voluntad divina, pero salvo un milagro, el alma no llega
El tercer método para asistir con fruto al santo sacrificio de la Misa tiene la preferencia sobre los anteriores. No exige lectura de un gran
Pero, y quien haya caído en tan miserable estado de tibieza, ¿qué deberá hacer? Cierto que es harto difícil ver al alma tibia recobrar el
Todo apóstol que no cuida su vida interior acaba irremediablemente cayendo en la tibieza. Entendemos por tibieza de voluntad un pacto con la disipación y
Disposiciones generales con que se debe asistir al santo sacrificio de la Misa Como indicamos ya en la instrucción precedente, fue opinión aprobada y confirmada
Caritas non aemulatur. La caridad no tiene celos (I Cor., XIII, 4). Explicando San Gregorio este otro carácter de la caridad, dice que no es
¡Cuánto más se gana con la afabilidad que con la aspereza! «Nada hay más amargo que la nuez verde -decía San Francisco de Sales-; pero,
Todavía no es éste el mayor de los castigos que Dios tiene reservado a los hombres sin piedad para con sus difuntos: los males más
CARITAS benigna est. La caridad es benigna (I Cor., XIII, 4). El espíritu de mansedumbre es propio de Dios: Porque este recuerdo de mí es
Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto (Mateo 5,48). Guardando las debidas proporciones, el modo de obrar divino debe ser el criterio de nuestra