La tierra se estremeció, contaban de gozo los pajarillos junto con los ángeles, los animales saltaban de alegría, nunca estuvieron las flores tan bellas, despedían su mejor fragancia para que hasta tu presencia llegara, porque tal pureza nacía
Dichosa aquella madre que te pudo contener, dichosa aquella que te pudo contemplar entre sus brazos, oh pureza virginal cual ninguna
Ojos de eternidad, oh pureza de cristal, sin mancha ninguna, pureza tal en la tierra aun no existía
Oh pequeña María, la dulzura se rinde a tus pies
No hay punto de defecto en ti, no hay punto de mancha en tu alma, solo pureza, belleza y gracia
Oh paraíso donde mi alma se pierde, Oh prado donde mi corazón se embriaga de tanta belleza y dulzura
Oh transparencia del Creador, no puedo haberte creado nadie mas que Dios
Ninguna creatura se te iguala, jamás cosa más bella nació
Tu alma es la complacencia de Dios
Admirada la tierra se quedo, en pasmo ante tanto candor
Oh bella María siempre mostrándonos a Dios.
Vaso elegido del misterio de Dios, corazón donde Dios deposito todas sus riquezas, delicadeza de Dios para con los hombres, en tu corazón ardía el fuego del Espíritu Santo y no se consumía, era él ahora morada exquisita de la humildad
Tabernáculo que encierras dentro de ti al mismo Dios.
Hna. Gloria de Dios, SSVM