En la ternura del pesebre ya palpita el Amor que redime…
El Adviento nos invita a esperar con confianza, al ritmo del corazón de María.
En el pesebre se revela la ternura de un Dios que se hace pequeño,
y en la Cruz se anticipa la fortaleza de un Amor que no se detiene ante el dolor.
Navidad y Cruz son inseparables: ambos nacen del mismo misterio que redime y sostiene nuestra esperanza.
Como preparación al tiempo de Adviento que comienza este domingo, compartimos este escrito sobre la Navidad y la Cruz:
No fue una de tantas, fue aquella sin la cual hoy no sería Navidad, la que estuvo adornada de sencillez, pobreza y olvido.
Se hizo real mientras el mundo lo ignoraba, y fue acechada por la sombra de rencores humanos y egoísmos.La Cruz se proyectó desde un comienzo sobre la tierna figurita de un bebé recién nacido
y dio lugar a que el dolor de muchas madres clamara al cielo ante pequeños alcanzados por la ira de un corazón empedernido.Fue así la Navidad que trajo al mundo paz y a cada hombre el poder ser redimido.
Fue hecha de Amor y por Amor se puso en brazos de una Madre y de un buen padre que supiera de cobijos,
mas no escapó de la aflicción, ni ahorró el dolor a los dos socios escogidos.Cuando en la noche del dolor sufre abandono el corazón oscurecido,
seamos dichosos, aunque duela, y nos parezca que nos duele con motivo.
Que en lo secreto del dolor se oculta el gozo cuando en respuesta a un gran amor es asumido.Y si esa noche es Navidad, aún más dichosos que en otras muchas en las que no se nos vio dignos
de asemejarnos un poquito, siquiera un poco, a un Dios que no tuvo reparos en hacerse pequeñito.Y cobijados al amparo de la ternura de su Madre seamos niños.
Que, entre sus brazos, por amor, todos los hombres en el Niño son mecidos.
Hna. María de Jesús



Comentarios 2
Gracias mamá Maria por ti Fiat incondicional para nuestra salvación pues sin ti fuese sido diferente. Ya eras la elegida desde el primer instante de tu ser.
Me encanta este sublime artículo, reflexion: la cruz y el Niño.