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Me resulta un poco difícil escribir cuando ya han pasado un par de semanas de los acontecimientos, pero de todas formas lo voy a intentar, y trataré de recordar la mayor cantidad de detalles posibles. Uno de los fines de estas crónicas es dejar asentado el recuerdo de lo vivido en la misión, y que sirva para las generaciones de misioneros que vendrán a continuar el trabajo. Por eso, creo que vale la pena el esfuerzo, además que sirve para mantenerlos a todos informados de lo que acontece, y se mantengan siempre cerca con sus oraciones.

La semana santa de este año, en cuanto a la organización, se pareció mucho a la del año pasado, porque yo me quedé en la parroquia de Kangeme con un hermano y un postulante, para llevar adelante todas las actividades de allí; y los padres Francisco y Pablo estuvieron a cargo de la parroquia de Ushetu, más la predicación de los Ejercicios Espirituales en la casa de formación nuestra y en la de las hermanas. En nuestro noviciado hicieron Ejercicios algunos hermanos, y en la casa de las hermanas algunas aspirantes de las más grandes, junto a las postulantes y novicias.

La entrada en la Semana Mayor de los cristianos fue el encuentro de los jóvenes, en ambas parroquias. Este año decidimos hacer el encuentro en cada parroquia, para lograr una mejor participación, y además para simplificar un poco el transporte. Entre ambas parroquias tuvimos más de 200 jóvenes. Este año a los estudiantes del colegio secundario no les dieron permiso para participar, y eso redujo mucho el número de jóvenes. El beneficio que vimos este año fue que se pudo hacer más apostolado en el trato personal con ellos, en las confesiones y las charlas. El Domingo de Ramos, celebramos en tres lugares distintos, en Ushetu, Kangeme y Mbika. Con mucha participación de fieles como siempre.

No les voy a contar de cada una de las actividades, o de las ceremonias, que se desarrollaron muy bien, gracias a Dios. Lo que quiero destacar es que se va dando cada año una mejor participación de los fieles en la Semana Santa. Como les he contado en algunas otras crónicas, la parroquia de Kangeme es relativamente nueva, pues tiene cuatro años desde su creación. Los primeros años la atendíamos desde Ushetu, pero desde el año pasado lo hacemos de una manera más estable, viviendo en allí mismo.

Al acercarse la semana santa les fui recordando a los fieles que se trata de la semana más importante del año para los cristianos, que celebramos el Misterio Pascual, el centro de la liturgia de todo el año. Me sucedió en años anteriores que participaba muy poca gente en las ceremonias del Jueves Santo, del Viernes Santo, y hasta poca gente en la Vigilia Pascual. Lo que sucede es que no hay tradición cristiana arraigada, y es un trabajo nuestro, de los misioneros, seguir insistiendo y enseñando nuestras tradiciones. Me sucedió hace un tiempo que en la misa del Jueves Santo no llegaba ni a la mitad la asistencia, cuando los domingos normales se llenaba la iglesia. El Viernes Santo, lo mismo, y hasta el Sábado Santo, muy poca gente, y a la vez sin preparación. Me sucedía que no se comprendía la importancia, y por lo tanto nadie se preparaba, y ni siquiera el coro se preparaba ni participaba. No ensayaban cantos, ni se venían preparados con sus uniformes, llegaban tarde, y muchos de ellos no venían. Es muy común pensar, para ellos, que la Pascua es signo de fiesta y nada más. Es verdad que la Pascua es fiesta, pero también les insistimos mucho de la importancia de participar de todo el Triduo Pascual, porque el Misterio Pascual comprende la pasión, muerte y resurrección de Cristo, no sólo la resurrección. Y es más, la más catequética enseñanza dice que no hay resurrección sin la muerte en la cruz. Y por eso nuestra insistencia, en que participen en todo el Triduo, lo más posible, porque además incluye el tiempo de penitencia y conversión, que nos ayuda a vivir mejor la alegría de la Pascua.

Por gracia de Dios, como les decía, cada año es mejor, y este año fue muy hermoso, ver la iglesia casi colmada el Jueves Santo, y sobre todo la buena participación en la adoración nocturna. El Viernes Santo, con mucha más gente que otros años. Aunque también debemos seguir insistiendo, pues muchos de los miembros del coro no habían venido. Siempre les insisto que como a ellos se les impone ir al entierro de un ser querido, de un familiar, y deben dejar todo tipo de trabajo, y a nadie se le ocurre no asistir a un entierro, so pena de sufrir hasta una multa o ser “separado” de la familia. De la misma manera, les decía, tenemos que ver la gran importancia de no hacer nada en Viernes Santo, no ir a trabajar ni a los negocios cotidianos, no ir al campo a cultivar, sino tan solo ir a la iglesia y participar de la Celebración de la Pasión, y del Vía Crucis. De a poco, después de tanto repetir e insistir cada año, se van viendo los cambios. Al terminar la ceremonia del Viernes Santo, los invité a ver la película de la Pasión de Cristo a la nochecita, cerca de las ocho. Vinieron unas 150 personas, y la miraron con mucho espíritu de oración.

El sábado Santo pudimos gozar de una verdadera multitud, con más de 350 personas para la Vigilia, y además que llegaron muy temprano todos. Empezamos la ceremonia a horario, y se veía la iglesia iluminada con la gran cantidad de velas que estaban encendidas. Fue una ceremonia muy hermosa, y de verdad que la misma gente participa mucho mejor, y se preparan. Los lectores, los cantos, cada salmo cantado, y mucha alegría. Todo un gran preludio de la misa del Domingo de Pascua en la que participaron muchísimos fieles, una gran multitud hasta afuera de la iglesia.

Bueno, una inmensa alegría poder ver el crecimiento de la comunidad, no sólo en número, sino también en participación. Es muy bueno ver cómo cada año es mejor, y cómo ellos mismos comienzan a vivir los misterios celebrados en la liturgia, celebrados dignamente, y bien participados.
La alegría de la Pascua siempre se ve de manera sensible en las celebraciones con los niños y jóvenes en el oratorio de la tarde, con juegos y kermesse.

Gracias a Dios por estos días, y felices Pascuas para todos.
¡Firmes en la brecha!
P. Diego.

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Comentarios 2

  1. Diana Peregrina Carrizo dice:

    Padre Diego gracias por compartir lo vivido allí en la Pascua de Resurrección, en un breve relato se puede entender la importancia de las misiones y misioneros, excelente!, Dios los bendiga siempre 🙏🙏🙏

  2. Areani Bruzual dice:

    Hermoso padre Diego. Están importante saber cómo se vive la fé en otros lugares del mundo. Cómo mis hermanos y hermanas en Cristo y Mamá María participan como fieles y esa preparación como pueblo de Dios para su gloria. Desde aquí Caracas Venezuela reciban un abrazo grande, fuerte y fraterno, una servidora más y cofrade del santísimo Sacramento en la parroquia de San Benito Abad Santuario de San José del Ávila.. Areani Bruzual. Paz y bien.

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