Si algo caracteriza a los pueblos de estas tierras es el espíritu de fiesta. Son naturalmente festivos y alegres. Pero cuando esa característica cultural es animada por la gracia, se da una alegría muy sincera, purificada, elevada. En estos dos semanas que han pasado, hemos tenido una actividad muy especial, caracterizada por una gran alegría, en cada una de nuestras parroquias, el domingo 10 de agosto en Ushetu, y el domingo 17 en Kangeme. Se realizó en cada parroquia lo que se llama “harambee”.
Hay que saber lo que significa esta palabra, no sólo en su traducción, sino en su contenido. Porque nos acerca mucho al espíritu y la cultura de estas partes. “Harambee” es una palabra del swahili, que es una lengua derivada de las bantú, y que significa: “trabajar juntos”, o “todos a una”. Por ejemplo, cuando hay que empujar un auto que se ha quedado atascado, todos deben empujar para sacarlo y se usa el termino “harambee”, “todos a una”.
Pero más que un término, es un concepto que encierra el esfuerzo de una comunidad para lograr un objetivo común, como sucede que se organiza la comunidad para construir un camino, o una escuela, o recaudar fondos.
Y es en este último sentido en que se usa generalmente aquí en Tanzania. “Hay que hacer un harambee”, significa que vamos a juntar dinero, y le pediremos colaboración a todos los miembros de la comunidad.
Puedo decirles que hay que estar en un “harambee” para poder darse cuenta de lo que les estoy contando. Pero aún más, hay que estar en varios “harambee” para darse cuenta más cabalmente de lo que significa, y de cómo funciona. Luego de varios años en esta misión, y después de muchos “harambee”, puedo decir que lo entiendo más, y veo el gran valor que tiene para el sentir comunitario.
El “harambee” es rodeado de un clima festivo, la gente se prepara para una verdadera fiesta. En el caso de los “harambee” de la iglesia, se los precede con la celebración de la santa misa. Para esta ocasión, el “harambee” que se realizó respectivamente en nuestras dos parroquias, el coro se prepara con varios ensayos, y se junta el coro de toda la parroquia, es decir, que vienen los coros de todas las aldeas. En Ushetu hubieron unos 50 coristas, y en Kangeme unos 80. La gente de las aldeas se esfuerza para venir, y en ambas parroquias pusimos un camión para traer gente de los lugares más lejanos.
Luego de la santa misa, tiene lugar el “harambee”, y como viene mucha gente se contratan carpas, sillas, y audio. Para el Harambee se invita un “mgeni rasmi”, que se traduce como “visita especial”, que es alguien a quien se considera tiene mayor capacidad económica, y será quien aporte una buena suma al final. Pero mientras tanto, todos son invitados por él a colaborar, a “unir sus manos” con las de la “visita especial”, para lograr el objetivo.
Junto a esta “Visita especial”, vienen los “wapambe”, que son como “acompañantes o padrinos”, quienes de una manera especial ayudarán a la “visita especial”. Se hace una entrada solemne, y muy alegre, del “mgeni rasmi” y sus acompañantes, el coro va cantando y bailando adelante y se los lleva al frente de todos, en la carpa especial, para sentarlos en frente de todos. En el caso de los harambee de la iglesia, se comienza con una oración, que la dirige el párroco, lo mismo que al finalizar se hace una oración, y se bendice la comida.
Un paso antes de comenzar con el harambee propiamente dicho, un representante de la comunidad, generalmente el secretario de la comisión de laicos de la parroquia, lee ante la visita especial, el objetivo que se desea alcanzar, y para qué se va a usar el dinero. También se suele decir en esa “risala” o “carta”, cuánto ha recolectado la comunidad hasta ése momento, si se ha hecho colecta antes del harambee. Acto seguido, comienza a pasar todo el mundo, por grupos, a dar un aporte, que se pone en un recipiente, y luego se estrecha la mano del invitado especial. Así comienzan a pasar primero los niños, luego los jóvenes, luego todas las mujeres, y todos los hombres. Mientras tanto el coro va cantando, o se pone música, y todos van bailando. Al terminar esta parte, comienzan a pasar los distintos grupos parroquiales para dar lo que hayan juntado para la ocasión. A veces los distintos grupos piden que los que están presentes les ayuden, y así se va dando el verdadero espíritu del harambee. Se da con mucha alegría, y se aplaude y felicita a los que se paran a ayudar. Se habla, se hacen bromas, ocurrencias, etc., que hace que el harambee sea llevadero.
Al costado hay una mesa que va recibiendo todo lo que se aporta, y lo va sumando. Y al terminar de pasar todos los grupos, y las personas individuales también, viene el turno de los “acompañantes” del invitado especial, y cada uno debe decir con cuánto dinero ayuda al invitado. Finalmente el invitado anuncia cuánto era el objetivo, cuánto se recaudó en el harambee, y cuánto aporta él mismo de su bolsillo. Todo esto es recibido con mucha alegría, se aplaude y se agradece, más allá de las cantidades que se aporten.
Cuando termina todo, se procede a la comida. Todos comen allí, y por ejemplo en Ushetu se calculó para unas 900 personas; y en Kangeme para 1.500 personas. En ambos lugares el almuerzo tuvo lugar después de las 17:00 hs. Todos esperan sin ningún problema, pues hay que terminar el harambee antes de la comida.
Doy gracias a Dios por haber podido realizar estos dos harambee en nuestras dos parroquias, pues, más allá de lo que se recaudó, pude gozar de dos domingos de verdadera fiesta, junto a toda la comunidad de cada una de las parroquias. Una actividad que es muy alegre, y sobre todo manifiesta el espíritu de familia, y fomenta mucho la amistad y la unidad. Une mucho a la gente, y en mi caso veo, como sucede en nuestras tierras cuando se organiza una actividad parroquial como una peña folclórica, o una rifa, o una fiesta patronal… que une mucho a la gente que trabaja, que se ofrece con generosidad. Pude ver mucho esfuerzo y generosidad de los líderes de los laicos, y de los distintos grupos, de hombres, de mujeres, de jóvenes, y de niños.
Yo aprovecho ahora a compartirles algunas fotos, y en algunas de las redes sociales, podré publicar algunos videos, que pueden mostrar un poco más lo que les he tratado de contar en esta crónica.
Voy a agregar también algunas fotos de un casamiento del día viernes, de uno de los maestros de nuestra escuela de Ushetu; y las fotos de la visita a una aldea, bastante lejana, donde fui a ver a una enferma que pedía el sacramento de la unción, pero saqué fotos del camino, y del pueblo, al pasar por el centro, para que puedan ver un poco cómo son los paisajes de nuestra misión.
¡Firmes en la brecha!
P. Diego Cano, IVE
Comentarios 2
Grandioso, todos unidos.realmente Dios se manifiesta en cada persona..
Padre. que Dios lo siga bendiciendo por llegar a todas estas personas y llevarlas a Dios.
Estimado padre Cano,como siempre muy interesante su crónica, que hermosa es la unión fraterna de sus feligreses, cuánto amor a Dios y por ende al prójimo, gracias padre Dios los bendiga 🙏🙏🙏