Bukoba, Tanzania, 20 de agosto de 2023
Los niños miraban asombrados. Y algunos de ellos retrocedieron algunos metros cuando yo salí de la capilla. Esto no es normal, pues ya nos conocen en toda nuestra parroquia. Pero esta reacción me demostraba que estaba en un lugar totalmente nuevo. Es el poblado de “Nave”, del que alguna vez les conté. Allí había estado sólo una vez antes, y para ir a ver a un abuelo que era pagano y pedía el bautismo, porque su salud ya estaba acabada y quería morir bien, como hijo de la iglesia. Un día en que fui a hacer los bautismos de Nonwe, durante la Pascua, y al terminar la misa y los festejos me llevaron a ese lugar, a la casa de una señora que rezaba, que participaba del coro, pero que su esposo era pagano. Esto fue en mayo del año 2021. Escribí una crónica de esto. El abuelo, que era su padre, era pagano, pero llevado por el buen ejemplo, y tal vez las “predicaciones” que ella y sus hijos harían, contando lo que escuchaban en la iglesia, en la catequesis, en las fiestas; se había despertado su deseo de ser cristiano. Como la condición del enfermo era delicada, se le proporcionó una breve catequesis, y accedió al bautismo, pero el catequista siguió visitándolo para poder enseñarle un poco más de la fe. Al poco tiempo este hombre falleció como un cristiano, y tuvo su entierro de cristiano. Esto llevó al esposo de la señora, a pedir el bautismo y casarse por iglesia. Cuando fuimos a esa aldea, tal vez recordarán, tuve que dejar el vehículo antes de un campo de arroz, que tenía miedo de no poder cruzar por estar lleno de agua. Caminamos unos tres kilómetros o más, y regresamos casi sin demora, porque se hacía de noche. Pasamos por el centro de ese pueblo, casi por completo pagano, y nos miraban sorprendidos. En algunas casas pudimos ver a las niñas que habían regresado de los bautismos en Nonwe, con sus vestidos blancos, y nos saludaban sonrientes desde lejos.
En aquella oportunidad, dijimos que sería bueno comenzar los preparativos para tener allí una capilla, una comunidad, pues estaban un poco lejos de Nonwe, la aldea más cercana, y eso hace que muchos no se muevan a ir a la iglesia, pues son en su mayoría paganos. Ellos se quedaron con esas palabras que dijimos en la conversación mientras caminábamos de regreso a la camioneta. El catequista de Nonwe, quien cuando era chico había vivido en ése poblado, fue el que más se interesó en la propuesta. La verdad que sin el catequista sería imposible llevar adelante un proyecto como este, de comenzar una nueva capilla en un lugar donde antes no ha habido nada, sino tan sólo un puñado de cristianos recién convertidos.
A la buena voluntad del catequista se juntó la buena voluntad de la gente. Esto ha logrado resultados admirables, que no hemos visto en otras aldeas, aún en algunas que ya llevan muchos años de haber comenzado. Aquí se sumó que el grupo de “wazee”, que son los ancianos del pueblo, han comenzado a rezar. Son unos cuatro, uno de ellos fue el primer “jefe” de ese poblado. En esta cultura, la autoridad de los ancianos es muy grande, por tanto gozar del apoyo de cuatro de ellos, que rezan, y que son muy constantes aún en las reuniones de los miércoles y de los domingos, es algo muy bueno. Eso lleva a todos hacia adelante. Han comprado un acre de terreno, y construyeron una muy pequeña iglesia, con ladrillos de barro crudo. El piso también de un barro que cuando se seca se endurece mucho, lo sacan de los grandes hormigueros de termitas. Pusieron techo de chapas, pero para eso pidieron dinero prestado, y me dijeron que durante el año van a seguir pagando la deuda. Pero también les faltaron cuatro chapas, entonces la parte del presbiterio está techado con paja, como podrán ver en las fotos. Todo esto lo han hecho ellos mismos, sin pedirme ayuda para nada, lo cual muestra que pueden tener muy buen futuro si siguen así, pues saben que ellos mismos deben llevar adelante el progreso de esa aldea.
El miércoles pasado, 16 de agosto, pudimos concretar un deseo muy grande: poder celebrar la primera misa de la historia de ése lugar. Vinieron invitados los miembros del coro de Nonwe, unas diez personas, y conmigo vinieron en el auto dos catequistas y un monaguillo. El camino en esta oportunidad estaba mucho mejor que la primera vez, porque la gente del pueblo ha trabajado abriendo camino a pura herramienta de mano; y además porque en tiempo de sequía, como estamos atravesando actualmente, es más fácil transitar por esos terrenos. En la puerta de la capilla estaba el grupo de fieles cantando para recibirnos, a nosotros y al coro, que llegábamos al mismo tiempo. Como ésta misa era la tercera del día, no podíamos demorarnos mucho, porque nos podía caer la noche, o muchos de los que estuvimos tendríamos que regresar en la oscuridad.
Dimos inicio al rosario, mientras me puse a confesar detrás de la capilla, en una muy pequeña sombra que nos regalaban los dos ramas de un raleado árbol. Se acercaron cinco penitentes, y al terminar el rosario comenzamos la misa. En la misma hice el bautismo de dos bebés, cuyas mamás reciben los sacramentos. Durante las confesiones y la misa, los niños pastores traían sus rebaños cerca de la iglesia, para curiosear, escuchar los cantos, ver al “mzungu” (blanco), ya que muchos de ellos nunca habían visto uno. Algunos miraban el auto, otros me miraban a mí, asombrados y con los ojos grandes. Durante la misa un grupo de niños estaba cerca del altar, miraban todo lo que se hacía, y estaban bastante tranquilos, pero no entendían nada, y permanecieron casi toda la misa sentados en el piso, o acostados. No es que ninguno de los que allí estaban sepa lo que es un sacerdote, porque varios de ellos iban a la iglesia en la otra aldea, a cuatro kilómetros de allí… pero podemos decir que es la primera misa y capilla de ése lugar, y que para muchos de ellos, sobre todo los niños, sí era la primera vez que veían un sacerdote o misionero.
La crónica continúa… pero dejo aquí porque sino sería muy larga. Estoy escribiendo desde Bukoba, al norte de Tanzania, cerca de Uganda. He venido un par de días a la convivencia de las aspirantes. Mañana regresamos a Ushetu. Les pido oraciones por el viaje de regreso…
¡Firmes en la brecha!
P. Diego Cano, IVE
Para los que preguntan como colaborar con la Misión, contamos con sus oraciones y les agradezco desde ya su aporte. La forma de hacerlo es a través del enlace https://iveamerica.org/donate/
Ahí verán varias opciones, y una que dice “The Missions” en la que sale mi foto. Click en DONATE y se debe indicar en “notas” que es para Tanzania.
Comentarios 3
Bendito y alabado sea Dios por gran obra y que se continúe actuando para poder llegar su palabra hasta los co fines de la tierra.
Muchas bendiciones Padre Carlos y para todo Ministerio Voz Católica.
Felicitaciones desde Argentina 🇦🇷 para toda la comunidad de NAVE. Que la bendición de DIOS PADRE TODO PODEROSO, VIVO, los proteja y los ampare 🙏🙏🙏🙏❤️🌹
Que Dios siga guiando y llenando de más amor y entrega a este gran sacerdote 🙏🙏🙏