Lluvias, Ejercicios, elefantes, casamientos, y más – P. Diego Cano (Tanzania)

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📖 Ediciones Voz Católica

Ushetu, Kahama, Tanzania, 21 de noviembre de 2022
Hace unos días, en la oficina de la parroquia, veía llover, y podía ver cómo todo cambia en este tiempo. Por una parte, los árboles y plantas que empiezan a florecer, casi inmediatamente después de las primeras lluvias. En sólo una semana ya el paisaje torna totalmente verde, y parece otro lugar, si uno comparara las fotos de tan sólo un mes atrás. Sin embargo, no es sólo el clima lo que cambia, sino hasta el ánimo de la gente, en que se los ve muy contentos, alegres de poder trabajar en el campo y pensar en una cosecha, pensar que van a tener comida y lo demás que necesitan. Finalmente puedo decir que cambia también el trabajo pastoral, como el de esa mañana en la oficina, en la que no vino casi nadie, pues todo el mundo está trabajando en el campo.
Los campos se cultivan a mano, generalmente, y por eso toda la familia va a trabajar. Pero no pensemos en que lo hacen con pesadumbre, es admirable ver la alegría de las familias, y ver grandes grupos de vecinos trabajando. Nosotros, por gracia de Dios, y con la ayuda de muchos de ustedes, el año pasado pudimos comprar un tractor. Y digo que fue “el año pasado”, aunque fue en enero de este año, porque los años aquí se miden más por la época de lluvia, y por las cosechas. El tractor nos ha ayudado muchísimo, se han podido trabajar varios campos grandes, en poco tiempo. Se ha podido ayudar también a otras personas para que cultiven más rápido.
Me cuesta comenzar a contarles sobre algunas actividades que tuvieron lugar hace tres semanas, porque era todavía en el tiempo de la dura sequía que nos tocó, y me parece que ha pasado una eternidad. La última sequía ha sido, al menos subjetivamente, la mas dura que nos ha tocado en estos últimos diez años. Pero por gracia de Dios, ya estamos gozando de la bendición de la lluvia.
Una de las cosas que no les conté, fue que algunos sacerdotes pudimos hacer nuestros Ejercicios Espirituales ignacianos anuales. Vino a predicarnos el P. Sergio Martiarena, IVE., misionero en Alejandría, Egipto. Los hicimos donde acostumbramos hace varios años, en la casa de retiro de Musoma, junto al Lago Victoria. Los EE nos hacen remontar un poco al pasado, pues es un tiempo en que se deja totalmente la conexión con el mundo exterior. Se deja uno de estar conectado con el móvil, y a la vez comienza a anotar con bolígrafo y papel… parece increíble, tan atados que estamos a los celulares, que ya anotamos todo allí, y todos se nos recuerda por allí, y todo está ahí mismo… que nos pasamos mirando ese aparato. Cuando se comienzan los EE, el demonio viene al ataque, y entre tantas cosas que nos sugiere, es que para qué vamos a hacer Ejercicios Espirituales otra vez, si ya hemos hecho tantos, y las meditaciones son las mismas, etc., etc. Ya comienza el combate de entrada nomás, o antes de entrar. Y es que el enemigo sabe todo lo que pierde en esos días, y si no puede impedir todo el fruto, hace lo posible para molestar y robar alguna miseria, lo que pueda. Pero como sabemos, nunca hay una Ejercicio igual a otro, y cada vez que los hacemos, Dios nos concede nuevas gracias. Hay que hacer Ejercicios Espirituales, siempre, pues siempre hay algo nuevo. Es fundamental para la vida en la misión. Como anécdota pintoresca nomás, cuando viajábamos hacia la casa de Ejercicios, bordeábamos un parque nacional, y pudimos ver dos grupos de elefantes, muy cerquita de la ruta, a menos de 100 mts., sin ningún tipo de alambrado ni nada que nos separara de ellos. Era realmente increíble, ver pasar los vehículos a gran velocidad, sin dar el mínimo de importancia, pues para muchos de los que viven en ese lugar o pasan por allí con frecuencia, debe ser totalmente normal.
Al volver de esos Ejercicios Espirituales, el domingo siguiente, el último de octubre, pude ir a celebrar misa en Makunga, una aldea de la parroquia de Kangeme, donde contraerían matrimonio dos jóvenes. Vincent, de aproximadamente 22 años, y la novia más jovencita que él.

 

El novio ha sido miembro de las Voces del Verbo, y ha realizado varias misiones populares con los religiosos, y este año hizo también sus Ejercicios Espirituales de san Ignacio. Uno de los más fieles miembros del grupo de jóvenes de nuestra familia religiosa aquí en Tanzania. Fue muy gratificante para los misioneros poder ver el ejemplo de esta pareja de jóvenes, muy jóvenes, capaces de hacer las cosas bien, según la ley de Dios. Se los veía muy contentos a ambos, como no podía ser de otra manera. Dios nos bendice al poder ver el fruto del apostolado con los jóvenes, y de nuestros apostolados propios: misiones populares, Ejercicios Espirituales, Voces del Verbo y Tercera Orden. Dos jóvenes que se casan por iglesia, sin haber convivido antes, y con la gracia de Dios, con el deseo de formar un hogar cristiano. Oraciones por Vincent y Sofia.
Luego de la misa de casamiento, nos dirigimos con la camioneta hacia la casa de Vincent. En la camioneta nuestra llevaba a los novios y los padrinos (que aclaro, también eran miembros de las Voces del Verbo). Y el viaje comenzó a ser bastante largo, entre muchos senderos en medio del monte. Nos sorprendíamos cada vez más, pues Vincent siempre estaba en las actividades que se organizaban, sin llegar tarde, y podíamos ver ahora cuántos kilómetros debía recorrer para llegar a la iglesia. En la casa había una multitud de invitados, amigos, vecinos y conocidos. Muchos iban llegando detrás de nosotros, caminando desde la iglesia.
Mientras terminaban los preparativos para traernos el almuerzo, el catequista me llevó hasta la casa de un enfermo que había pedido la comunión, sabiendo que estaríamos por esa zona. Con un calor sofocante, a las dos de la tarde, y con un sol que partía la tierra, fuimos caminando hasta la casa de Stephano. Nos dirigíamos allí con el catequista, la Hna Caritatis, y un monaguillo. Stephano está casi ciego, pero totalmente lúcido, y muy alegre. Se veía un grupito de casas, como es costumbre aquí, casas pequeñitas que pertenecen a una misma familia. Son como las diversas habitaciones y dependencias, pero que se hacen por separado. La esposa de Stephano estaba recostada en el piso, a la sombra de la casa, y casi que no reaccionó a nuestra llegada, porque se sentía mal. El abuelo, en cambio, estaba sentado debajo de la enramada que forma la cocina. El catequista y la hermana me dejaron solo con él, para que se pudiera confesar. Luego de eso, nos volvimos a reunir para darle la unción y la eucaristía, que recibió con gran devoción. Después conversamos un rato, y me contaba que yo lo había bautizado hace cerca de seis años atrás. También me mostraba el rosario que yo le había regalado aquél día, y medio en broma se lo ponía, y me mostraba que era muy chico y que no le pasaba por la cabeza, dejándolo casi como una corona. Le prometimos mandarle un rosario más grande, pues él decía que él lo quería llevar puesto en el cuello, no en el bolsillo.
El catequista me contaba, en el camino de regreso a la casa de Vincent, que alguno de los hijos de Stephano es pastor en una iglesia protestante, y que algunas veces lo ha querido convencer de que se vaya con ellos. Sin embargo Stephano se ha mantenido firme en su fe católica.
Terminamos entonces esa gira, y también esta crónica. Sin dejar de trasmitirles la gran satisfacción que surge en nuestras almas, luego de un día misionero como el que les he contado. Allí, sentados en el almuerzo del casamiento, veíamos todo lo que se había podido hacer en un solo día, por la gracia de Dios… pues tuvimos dos misas dominicales llenas de gente, repartiendo más de 200 comuniones, confesiones, un casamiento precedido de bautismos y una confirmación, y finalmente la visita a un enfermo con el sacramento de la Unción y la Eucaristía, podríamos decir, que casi en medio de la nada misma.
Que Dios los bendiga a todos. ¡Firmes en la Brecha!

P. Diego Cano, IVE

PD: a quienes han llegado a leer hasta aquí, les pido que nos sigan ayudando a difundir la campaña para juntar dinero para las actividades de fin de año y la navidad. Para poder comprar muchos regalos para nuestros niños. Aquí vuelvo a copiar el link de la campaña

 

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Comentarios 3

  1. Laura Tafoya Martínez dice:

    Mis ojos se llenan de alegría y mi corazón de gozo al ver el amor de Dios en estas bellas y difíciles acciones. Dios lo bendiga Padre Diego Cano y a toda la comunidad con la que trabaja y para quien trabaja.
    En oración por la Iglesia Militante y Purgante.
    Pedimos la intercesión de la Iglesia Triunfante ante sus necesidades.
    Jesús yo confío en Tí.
    Oh María sin pecado concebida ruega por nosotros que nos refugiamos en Tí.

  2. Carlos Cárdenas dice:

    Dios lo bendiga Padre Cano a Usd. Por esa gran labor que ase por esa comunidad, la Santísima Virgen los acompañe siempre, bendiciones.

  3. Natalia Pérez dice:

    Que hermoso testimonio y fotos, me ayudan a ver que hay un mundo más halla de mis fronteras, con otras comunidades y otras necesidades. Que Dios les siga bendiciendo y fortalezca en esta misión Padre Diego Cano.

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