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Ushetu, Kahama, Tanzania, 8 de octubre de 2021
Todavía estoy sorprendido por la gran repercusión que tuvo la crónica sobre los 24 matrimonios en Ushetu. Me imagino que ha sido una gran noticia para muchos, y sobre todo muy sorprendentes las fotos. Mucha gente ha escrito comentarios agradeciendo a Dios, porque este tipo de cosas trae mucho ánimo a los cristianos de nuestros días, en que el matrimonio y la familia son tan atacados. ¡No estamos acostumbrados a ver tantos casamientos juntos!
Por gracia de Dios, la semana siguiente hicimos los matrimonios en la otra parroquia que atendemos, en Kangeme, pero aquí sólo fueron cinco. Esta parroquia no tiene todavía dos años de creada, por eso pensamos que de a poco podremos ir trabajando más y más, y que el evangelio siga penetrando en esa zona.
De todas formas, nos alegramos mucho por estos matrimonios, pues tres de ellos son de una aldea muy pequeña, y relativamente nueva. Ya les he contado alguna vez de ella, se llama Bupandwamhuri, que quiere decir “Huella de elefante”. La capilla tiene por patrona a Santa María Magdalena. Allí hay una muy pequeñita iglesia de adobe y techo de chapas. Puedo decir que “la he visto nacer”, puesto que rezamos debajo de un árbol, el día que bendijimos el terreno; en otra ocasión bendije los cimientos y los adobones; y finalmente ya hemos rezado un par de veces dentro de la iglesia a la que le ayudamos a comprar las chapas del techo. Bien, de este lugar, tan lleno de paganos, surgieron tres matrimonios, todos de gente mayor, y los tres hombres hicieron el catecismo y catecumenado para bautizarse y recibir los demás sacramentos. Se vivió una gran alegría el sábado pasado en Kangeme, y sobre todo ellos, los matrimonios mayores de Bupandwamhuri, estaban muy agradecidos. Antes de regresar, vinieron todos a dar las gracias mil veces, y a estrechar nuestra mano con una gran sonrisa en el rostro. Les comparto algunas fotografías de estos matrimonios.
Me había quedado también sin contarles lo que sucedió al final del día de los 24 matrimonios en Ushetu. De una aldea que está a 27 km de distancia, habían venido tres parejas para casarse. También vinieron los padrinos, el catequista, y algunos familiares. Habían hecho el viaje el día anterior. Todos llegaron en motocicletas, transportando tres personas cada una, y haciendo el viaje un par de veces. Como la ceremonia y festejos se demoraron un poco, nos vinieron a pedir si los podíamos acercar a su aldea en nuestras camionetas. No lo solemos hacer porque en realidad vienen personas de muchas aldeas, y no podemos llevarlos a todos. Pero en este caso se justificaba, y era un modo de premiarlos por haber tenido tres casamientos de ése lugar. Nos organizamos, las hermanas nos prestaron un vehículo, y con la camioneta nuestra, salimos con el P. Víctor a llevarlos hasta Mwendakulima. En el viaje todos venían hablando de lo hermosa que había estado la ceremonia y la fiesta. Comenzaron a cantar dentro del vehículo, y cantaron casi todo el trayecto, cantos en sukuma. Cuando estábamos cerca de llegar al pequeño poblado, vimos que había gente esperándolos en el “centro” (es decir, donde se cruzan dos caminos, y hay algunas casas más cerca), muchos niños, y comenzaron a cantar y saltar al escuchar las bocinas de las camionetas… les tiraban arroz a los novios que se bajaban de los vehículos, y allí mismo, ante la mirada atónita de los vecinos, muchos de ellos paganos, algunos hombres tomando en un pequeño “bar”, todos se pusieron a cantar y bailar en medio de la calle. Fue un espectáculo muy alegre, con un fondo de atardecer fantástico, en una aldea perdida en medio de la nada. Expresión de alegría cristiana, al recibir los sacramentos.
A esta aldea de Mwendakulima llegó al día siguiente, domingo, el P. Pablo Folz para celebrar una misa de primeras comuniones, donde recibieron a Cristo Eucaristía por primera vez 22 niños y jóvenes. Y como si esto fuera poco, en el transurso de esa semana, me tocó ir a celebrar una misa de la fiesta del coro, que tiene por patrona a Santa Teresita. Para esa fiesta habían invitado un coro de una capilla de la ciudad de Kahama, de la parroquia Catedral. Esta gente viajó en unos mini buses, y cuando al final de la misa les tocó hablar, ponderaban lo lejos que estaba ése lugar. Uno de los hombres del coro dijo: “Mientras viajábamos y viajábamos, pasamos por grandes extensiones de selva, donde no se venía ni un ser humano… me preguntaba ¿a dónde vamos? ¿En verdad hay gente por estos lados?” Expresión que causó mucha gracia a los fieles del lugar. Realmente podemos decir que es un lugar muy apartado, y que hay aldeas de nuestra parroquia más apartadas aún. Pero ver cómo crece la fe en esos lugares, con casamientos, bautismos de adultos, primeras comuniones, misas y patronales, es una inmensa satisfacción para nosotros los misioneros, porque sabemos que eso no es trabajo de un día para el otro, ni tampoco se logra con llegar dos o tres veces.
Todos estos frutos no dan a conocer el gran trabajo y esfuerzo de todos los misioneros, de los padres y las hermanas, de los catequistas y de los líderes del lugar.
Cuando terminábamos los festejos del coro, se me acercó el “diwani” o concejal del lugar. Católico el hombre, aunque no lo veo mucho en la iglesia cuando voy. Esta vez estaba allí para ayudar económicamente al coro que celebraba su fiesta. En la conversación me vino a pedir y suplicar que hagamos una escuela en ése lugar. Me decía que se comprometía con la gente a contribuir con un buen terreno. Pero con gran sentido común decía que “en estos lugares falta mucho desarrollo, pero sin escuela y sin educación no hay futuro, no hay desarrollo posible”. Le dije, con toda sinceridad, que me encantaría poder hacerlo, y que estaba plenamente de acuerdo con sus palabras, pero que no tenemos los medios actualmente. Sin embargo tenemos el poder de la oración, y la intercesión de San José, a quien le vamos a pedir con todas las fuerzas. Es un lugar apartadísimo, hay mucha gente, y muchísimos niños. Las escuelas del estado están repletas, más de cien niños por aula, y muchos niños tienen clases debajo de los árboles. Lo ponemos en manos de Dios, y pedimos la intercesión de San José.
Espero que difruten las fotos, que van muy variadas, de acuerdo a todo lo que les he contado en esta crónica.
¡Firmes en la brecha!
P. Diego Cano, IVE
PD: sigo molestándolos, para que me ayuden a difundir la campaña para comprar un tractor para la misión. Esta herramienta de trabajo del campo es muy útil en un lugar como éste, donde la vida se desarrolla en dependencia de la agricultura.
Les dejo el link de la campaña https://gofund.me/f37aca29
Y recuerden que con pequeñas ayudas podemos seguir adelante

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Comentarios 3

  1. Rosalía Ramírez Arriola de Beato dice:

    Excelente crónica, padre Diego, padre con todas las letras, pero tu punto débil es “mucho texto”. La gente ya no quiere leer por internet, y vamos a impactar llegando a los corazones, hoy día con lo audiovisual. ¡Queremos ver a los negritos preciosos, casándose, y cantando en las Misas, y bautizádose! A través del video, desplegá tu texto. ¡Vas a conmover nuestros corazones, y vamos a comprender la verdadera necesidad que tienen ustedes de ser ayudados con la compra del tractorcito, y con todas las demás cosas. Es necesario proponer, para la mayoría, una cuota mínima de colaboración. No conocemos tu moneda, ni el valor que tiene. Podría ser el equivalente a 3 dólares, o 5 dólares., y para la Argentina, podrías decir : “Dona 600 $ semestrales”, como donación intermedia, o 1000 $ semestrales, como donación alta. Ahí deberías agregar el número de cuenta bancaria. San José te va a proveer de muchas donaciones heroicas de corazones generosos, impulsados por el Espíritu Santo. A mí también me ha inspirado San José, y la Virgencita, y mis padres y mis abuelos que están en el cielo, a quienes me encomiendo todas las mañanas. Dios te bendiga siempre, y a todos los sacerdotes. Cuenten con mis oraciones. Rosalía.

  2. Padre Diego:Que Dios lo bendiga a usted y también a las hermanitas Servidoras del Sr.
    “DE NUESTRO INSTITUTO DE IVE”
    Notase que me siento un integrante del instituto y de la misión…
    Dios y la Vírgen. Bendigan,a sus formadores,su vocación de entrega y Esperanza…
    Recordemos,a los formadores del seminario menor,a los chicos,a las formadoras de las hermanitas y las que poseen esta gran gracia de ser llamadas a una vida de entrega.
    SANTA PERSEVERANCIA Y UNA VIDA SANTA PARA CADA UNO DE USTEDES…
    Humildemente recuerdenos a los comunes,a los que no somos nada…para cosas tan grandes.

    • Soledad Zamora dice:

      Excelente y motivador su trabajo, Padre!! Estaré orando por usted y por todos los misioneros, que llevan la Verdad a los lugares más lejanos y marginados!!!Que Dios los bendiga y los fortalezca!!!

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