Misioneros sacrificados y alegres – P. Diego Cano, IVE

Este año realizamos tres misiones populares simultáneas. En primer lugar elegimos la aldea donde se encuentra el centro parroquial de Ushetu, que se llama Ibelansuha. Lo elegimos porque suele suceder, que el lugar donde viven los mismos misioneros y las hermanas desde hace tantos años, no lo hemos misionado como corresponde, visitando todas las casas, y caminando hasta los extremos de la aldea. Nos parecía que esta misión sería un poco difícil, puesto que la gente ya está acostumbrada a vernos. Sin embargo quedamos sorprendidos de la respuesta y el gran entusiasmo de nuestros feligreses. Era increíble ver todos los días la iglesia parroquial, que es bastante grande, casi colmada para los actos misioneros. El rosario de la aurora salía a las 5:30 de la mañana, en medio de la oscuridad, y llegaba a la iglesia cuando estaba la claridad de la aurora. Llegaban a participar más de cien personas todos los días… casi desde el primer día. Los misioneros se esforzaron en comenzar a visitar las casas más lejanas, y las procesiones de la tarde salían cada día desde un barrio distinto, algunos a casi cinco kilómetros de distancia de la iglesia. Participaban muchos niños por la tarde, cuando ya salían de la escuela, y eran más de 200. También, por gracia de Dios, participaron muchos jóvenes.

Los misioneros de este centro fueron 17, con hermanas, religiosos, y jóvenes voluntarios de las Voces del Verbo. El predicador de esta misión fue el P. Víctor Guamán, IVE. El día de la clausura se realizaron 77 bautismos de niños, y la iglesia estaba llena totalmente y mucha gente participando desde afuera.

El segundo centro misionero fue en Itumbo, en la zona sur de la parroquia de Ushetu, en la capilla “San Pío de Pietralcina”. Esta es una zona muy necesitada de misiones, puesto que se encuentra la gente muy diseminada en el campo, y hay muchísimo paganismo. Los cristianos son pocos, y a la vez su fe se ve muy débil en medio de un ambiente tan olvidado de las cosas de Dios. Hay muchísimos curanderos y brujos, que verdaderamente los someten por medio del miedo. En muchas ocasiones son los brujos los que deciden cuándo se puede cultivar y cuando no; exigen aportes de animales o dinero para el culto a los espíritus, les colocan amuletos a los niños a costo de un gran precio, como por ejemplo una vaca. Los cristianos, son pocos en proporción, y las fiesta paganas, y orgías para los casamientos están a la orden del día. La poligamia entre los paganos es lo más común que existe. En los días de la misión los padres y hermanas estuvieron visitando los lugares más alejados, metiéndose en el monte, realmente en lugares donde nunca llegó un misionero.

La gente siempre los recibe, porque es tradición en África recibir a la visita, aunque uno no comparta su credo. Es la hospitalidad oriental, signo de buena educación, y tradición en las culturas de estos lugares. Durante la visita de casas, las hermanas se han encontrado con personas que nunca habían escuchado hablar de Jesucristo, y tuvieron la posibilidad de hablarles, y hacerles un primer anuncio del Evangelio. Es increíble que en nuestra misma parroquia, donde ya han misionado tantos sacerdotes y misioneros desde hace casi 60 o 70 años… sin embargo seguimos llegando a gente que es totalmente pagana. Hemos aprovechado para esta misión la casa que está en Nyasa, y allí hicieron su centro misionero los misioneros varones. Las hermanas debieron viajar cada día, a la mañana muy temprano, por un camino muy malo, casi una hora, y lo mismo a la noche para regresar al terminar el acto misionero, y dormir en la casa de formación de ellas. Estamos viendo que estos centros misioneros nos están resultando muy útiles para las actividades de campamentos de niños y niñas, y para las misiones populares, pero deberemos seguir equipando, y construyendo, para que podamos tener un segundo pabellón o salón, para que puedan dormir las hermanas o los padres, en actividades como estas, que nos exige participar todos. Y que así el “puesto misionero” siga cumpliendo su función, para poder desde allí hacer base para llegar a las aldeas más alejadas, que todavía nos quedan muchas para misionar.

Este centro de Nyasa consta de nueve aldeas, algunas de las cuales llegan al confín con las reservas forestales. En esta misión de Itumbo también participaron religiosos y religiosas, y jóvenes de las Voces del Verbo, y en total fueron 20 misioneros. El predicador de esta misión fue el P. Jaime Martínez, IVE. En la clausura se bautizaron 23 personas, hubieron tres matrimonios, tres primeras comuniones y ocho confirmaciones.

(Continúa con la segunda y última parte)