Ayer tuve la oportunidad de ir con algunos feligreses de participar de las ordenaciones sacerdotales de la diócesis. Por gracia de Dios aquí en Kahama se ordenan sacerdotes y diáconos casi todos los años. En esta ocasión se ordenaron cuatro nuevos sacerdotes, todos de la diócesis. Generalmente también se hacen las ordenaciones de algunos religiosos de varias congregaciones en la misma ceremonia con los diocesanos. De los cuatro neo sacerdotes, uno de ellos es de origen ugandés.
La misa se hizo no en la catedral, sino en Masumbwe, una parroquia a casi una hora de viaje de Kahama. Lo que equivale a decir que son unas tres horas de viaje desde donde actualmente estoy viviendo, en la parroquia de Kangeme. La parroquia se encuentra en una ciudad muy poblada, atravesada por la ruta que se dirige hacia Rwanda y Burundi, y por eso se ha transformado en un gran centro económico. Gracias a eso, la parroquia cuenta con un nuevo templo, bien grande, al que todavía le falta un poco para estar acabado, pero se veía muy bien con el nuevo piso reluciente y un altar de piedra negra muy digno. Como uno de los ordenandos es oriundo de esa parroquia, se eligió este lugar para la ordenación. Había muchísima gente, el templo repleto adentro, en los balcones, y una gran cantidad de gente afuera, dispuesta bajo las carpas.


Todos nos sorprendimos, pues no es para nada común esto, de hecho es la primera vez que nos pasa en más de quince años de misión, y por eso se los cuento. El vehículo no sufrió ninguna consecuencia.
El asunto es que hoy le comenté lo que nos había pasado a un albañil que está trabajando en la construcción de la escuela de Kangeme y es de la zona de Ushetu, y me dijo que se había enterado. Que inmediatamente después del choque, un hombre que estaba por ahí se acercó para ver, y como se trataba de una hiena, comenzó a avisar a la gente, que vino prontamente a tomar parte y cortar miembros del animal que había muerto. Yo sorprendido, le pregunté si la usaban para comer. Me dijo que no, que lo usan sobre todo para los brujos y curanderos, pues los paganos piensan que tienen muchas propiedades. Lo usan para medicinas y para elementos de superstición, usan hasta los huesos y la piel. De tal manera, me dijo el albañil, quien es un feligrés nuestro, que cuando amaneció hoy día, ya no quedaba nada de la hiena. Y entre risas me dijo que algunas personas se lamentaban de haberse demorado en llegar.

“Nadie como San Pablo, «el apóstol de las gentes», profundizó tanto en el misterio de la prevaricación humana, en la miseria moral del hombre viejo sin Cristo. Lo sintetiza en una palabra de condensación maravillosamente fecunda. San Pablo llama al paga¬nismo «Tenebrae», Tinieblas, que es andar sin paso firme y rumbo conocido; que es noche y oscuridad absoluta, donde nada se ve, aun con los ojos abiertos; que es sobre todo tristeza.
Pero notémoslo; la tristeza del que vive en tinieblas, nadie la siente tanto como el que mira las tinieblas desde fuera, desde la luz. Porque las tinieblas son tristes para el que conoce la luz, para el que, al menos, se da cuenta de que vive en tinieblas. Esto que parece atenuar el sentimiento de tristeza, subraya más y agranda inconmensurablemente la desgracia del que la vive. Porque el que no conoce que fuera de su noche se da un día de luz eterna, ¿cómo intentar violentar la puerta de su cárcel y llegar a esa región de luminosidad y de alegría? Tinieblas y tristeza, pues, es el paganismo tanto más densas cuanto que por no conocerlas, no trabaja por salir de su cárcel.
Y con las tinieblas el descarrío. El que anda en tinieblas no ve el camino, no puede andar con paso seguro; porque en la oscuridad nada se ve, ni lo que está delante, ni lo que queda detrás de noso-tros, ni lo que nos rodea. Tinieblas, que inutilizan los mismos ojos que nos sirven para ver. El paganismo ha oscurecido la misma luz natural y el desenfreno de sus pasiones ha ahogado su voz.”
Es esto lo que nos dice el P. Carrascal, y lo veo muy acertado.
Finalmente. Antes de despedirme, les cuento un poco en suma, un par de anécdotas. En estos días, aparte de esta hiena que se nos cruzó en el camino, nos dimos un buen susto con el Hermano Boniface, pues estábamos conversando en la sobremesa de la cena, y escuchamos que nuestros dos perros comienzan a ladrar como pocas veces lo hacen, señalando un gran peligro. Nos “julepeamos” de tal forma que lo primero que hicimos fue cerrar la puerta con llave, por si alguien venía hacia la casa. Observamos por la ventana, y vimos que los perros ahuyentaban algo o alguien hacia la oscuridad, quien parecía retirarse. Entonces, con linterna en mano, abrimos la puerta y salimos para ver qué pasaba. Los perros, animados por nuestra presencia, avanzaban hacia la oscuridad, y escuchamos que perseguían algún animal hacia la escuela, sin dejar de ladrar. Nos detuvimos a una distancia de la casa y alumbramos en derredor, cuando el hermano me dice que alumbre hacia los baños de la parroquia. Allí pudimos ver a una hiena de gran porte, que alumbrada y delatada, buscó por donde salir del terreno. Nos quedamos tranquilos cuando nuestros perros (dos “cusquitos cruce de calle con vereda”), también se quedaron tranquilos. Uno no da mucho por estos dos pequeños perros cuando los ve, pero yo les tengo un gran aprecio, como se imaginan.


Que Dios los bendiga.
¡Firmes en la brecha!
P. Diego Cano, IVE



Comentarios 2
Estos relatos,las formas de vida del IVE y su ejemplo para el Laico de a pie en Argentina, nos inspira,motiva,para dar gracias a Dios, y la Santisima Trinidad,así como la Santa Eucaristía y el amor al Santo Padre papá León 14.Ser Católico misionero acá, en las cosas diarias reales y místicas…forma parte del Cuerpi de la Iglesia…Viva la Virgen y Adelante
Cuidarse mucho con esos animales que son peligrosos. Hermosa ceremonia
Un abrazo para todos