¡Hola a todos!
En la Latinoamérica se está viendo conmoción social en varios países, nuestro país hermano Chile, tiempo atrás Ecuador, también se ve en Bolivia, en Perú también algunos meses atrás, Venezuela está sufriendo ya hace tiempo, en Centroamérica si no es un poquito más al norte, bueno Cuba está ya hace años esta con dificultades, bueno que decir de eso, simplemente justo en este día en Argentina hay elecciones quería hacer una breve reflexión tomándome de algunas palabras del padre Julio Meinvielle, de un libro muy bueno, cortito, pero muy profundo que se llama “el comunismo en la revolución anticristiana”. El padre se pregunta ¿Cuál es la solución a todo esto? porque si uno se pone a pensar, dirá “bueno, si el problema es más de izquierda vayámonos un poco más a la derecha” o… bueno esas categorías que son fruto de la Revolución Francesa, no muy buena revolución todo lo contrario, no son lo importante aquí, acá lo importante son las palabras de nuestro Señor Jesucristo que nos dice en el Evangelio, que la conocemos, pero sobre todo quizás aplicamos a la vida personal, dice el Señor “Buscad el Reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura” eso que tenemos que tratar de vivir en lo personal, buscar hacer las cosas bien, buscar a Dios en nuestra vida, buscar su Reino significa buscar la santidad y todo lo demás Él se va a ocupar de nosotros, incluso llega a decir el Señor “no se preocupen del día de mañana a cada día le basta su afán”, pero en el contexto que lo dice, está diciendo “yo me voy a ocupar de eso” porque está hablando también de la Providencia, de como Él da de va dar de comer a los pájaros del cielo etc.. Bueno eso que se da en la vida personal que tenemos que buscar vivirlo, también se da en la vida institucional, en la vida de cualquier institución y en la vida de un país. Si se busca realmente el Reino de Dios, si se busca a Dios, si se busca que los ciudadanos sean mejores a los ojos de Dios, que la política, que la economía este impregnada del Evangelio Dios se ocupara de que todo lo demás llegue como por una connatural resultancia, lógico, si uno se ocupa del otro, es decir de la añadidura, si se ocupa sólo de la economía, si se ocupa sólo de lo terrenal, sin pensar en lo espiritual, sin pensar en Dios, sin pensar incluso en lo ultraterreno, en lo eterno, entonces nos quedamos sin una cosa y sin la otra.
El problema entonces de nuestros países es, en definitiva, un problema de orden teológico, de orden espiritual y no va haber salida, no la va haber lamentablemente, mientras no volvamos a nuestras raíces cristianas. Es una utopía pensar que si nos vamos un poquito más a la derecha… sabemos que la sociedad en general está inficionada de un pensamiento anticristiano sea cual sea la línea, un poco más, un poco menos. Pensemos por ejemplo en la “ideología de género”, el cardenal Sarah la ha llamado satánica, ¿no?, volver a Cristo, volver a Cristo. Entonces en lo personal sin duda es lo que nos toca, pero también en cuanto tengamos influencia volvamos a Cristo en lo social, cuando a cada uno le toque.
Hablando de la política el Papa Benedicto XVI decía que “parecería hasta indecente hablar de Dios en política” y agrega también el Papa estas palabras “Lo que necesitamos hacer es redescubrir que las esferas políticas y económicas de la vida necesitan una responsabilidad moral que nace en el corazón de una persona que tenga familiaridad con la presencia de Dios” de alguien que este familiarizado con Dios, va a salir eso también en su actividad económica, política, tenemos que lograrlo cada uno poniendo un granito de arena y termino con unas palabras del cardenal Pie, tanto sabia de esto, de la doctrina social de la Iglesia, de esto del reinado social de Jesucristo, dice así el cardenal “Cuando el cristianismo de un país se reduce a las proporciones de la vida doméstica, cuando el cristianismo deja de ser el alma de la vida pública, del poder público, de las instituciones públicas, entonces Jesucristo trata a ese país como este país lo ha tratado a Él. Continúa otorgando su gracia y sus favores a los individuos que le sirven; pero abandona las instituciones, los poderes que no lo sirven; y las instituciones, los poderes, los reyes, las razas, se vuelven movedizos como las arenas del desierto, caducos como esas hojas de otoño que se lleva cada soplo de viento”
Por eso si queremos el bien terreno temporal de nuestras patrias, de nuestros países busquemos a Dios y Él se ocupará de eso y no solamente ganaremos un país mejor, en lo humano, en lo terreno, en lo económico, en todo sino, incluso como si fuera poco ayudaremos a los ciudadanos a alcanzar la Vida Eterna. Le pedimos esa gracia a María Santísima, a nuestra Madre del Cielo poder aplicar estas palabras de Cristo el único Maestro con mayúscula vivirlas y aplicarlas en lo personal, pero también en todo lo que tenga que ver con nuestra vida en lo institucional, en lo nacional, en lo patriótico, que nuestra Madre nos bendiga.