Día 02 – Nuestro pecado nos aleja de nuestro fin

Queridos todos,
De la mano de san Ignacio meditamos durante esta novena sobre el pecado, que no es sino el rechazo voluntario a quien nos amó primero, a nuestro único fin, a Dios.
Roguemosle también a nuestra Madre que interceda por nosotros y nos ayude a mantenernos en el propósito de no ofender más a Dios, evitando todo pecado mortal y venial, y toda falta plenamente deliberada.
¡Ave María y adelante!

† Por la Señal de la Santa Cruz …

Acto de Contrición

Señor Jesucristo, que de Creador has venido a hacerte hombre, y de vida eterna a muerte temporal, y así morir por mis pecados, te pido perdón por todas las ofensas cometidas contra tu Sacratísimo Corazón y te suplico la gracia de alcanzar un crecido e intenso dolor y lágrimas de mis muchos pecados. Amén.

Oración a San Ignacio

Glorioso San Ignacio, que nos diste ejemplo admirable de cumplimiento de la voluntad de Dios, y nos has dejado los santos Ejercicios Espirituales como método preciso para discernimiento espiritual y herramienta valiosísima para ordenar nuestra vida según el beneplácito divino, te pedimos que intercedas por nosotros y nos alcances la gracia de poder vencer nuestros afectos desordenados y así en todo amar y servir a su divina majestad. Amén.

 

Texto para la meditación del día

San Ignacio nos propone [EE, Num 47 a 52] meditar la malicia y perversión del pecado durante la primera etapa o “Primera Semana” de los Ejercicios. Podemos ver los pecados en los demás -Ángeles, Adan y Eva, un hombre cualquiera-pero ¿que vemos al reflexionar sobre nuestro propio pecado? [EE, Num 55 a 60].  En definitiva, debemos convencernos que “nadie puede aparecer justo en su presencia” (S. 142,2), es decir, que todos somos pecadores..

En los Ejercicios el Santo me invita a “reformar lo deformado”, a pedir vergüenza y confusión de mí mismo por lo que he hecho, por mis pecados que llevan a que mi alma esté como encarcelada entre brutos animales [EE, 47]. Pero no se trata de un ejercicio intelectual revisando el pasado, sino de responder a tres preguntas ¿qué he hecho por Cristo?, ¿qué estoy haciendo por Cristo?, y ¿qué debo hacer por Cristo? [EE, Num 53]. 

En definitiva, ¿Qué amor y agradecimiento tengo por Cristo, mi Creador ofendido por mis pecados, por haberse encarnado y haber muerto en cruz para librarme del infierno y tener tanta misericordia de mí?

Oración

San Ignacio, que volviste un tiempo a tu tierra natal para sino “sembrar la palabra de Dios, y dar a entender a las gentes cuán enorme cosa era el pecado mortal”, intercede por mí ante el Señor para que pueda llorar mis muchos pecados. Amén

ilumina mis decisiones y por tu intercesión, ayúdame  a mantenerme en mi propósito de no ofender más a Dios, evitando todo pecado mortal y venial, y toda falta plenamente deliberada.

 

Petición de la novena

(hacer la petición que se quiere alcanzar en esta novena por intercesión de San Ignacio)

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.

 

Oración final

San Ignacio, tú nos mostraste que siendo dóciles al Espíritu Santo podríamos ordenar nuestra vida,  te pedimos en esta novena nos alcances la gracia   de saber usar de todo lo creado “tanto cuanto” según la voluntad de Dios, para que todas nuestras decisiones sean puramente ordenadas según su santa voluntad  y para mayor honra y gloria suya.. Amén

“Tomad Señor y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi  entendimiento y toda mi voluntad. Todo mi haber y mi poseer, Vos me lo disteis, a vos, Señor, lo torno, todo es vuestro, disponed a toda vuestra  voluntad, dadme vuestro amor y gracia que ésta me basta”. Amén

Letanías de San Ignacio

De manera opcional les ofrecemos las letanías a San Ignacio en formato de PDF:

Lecciones