[ Por San Francisco de Sales]
El ejercicio de la purificación del alma no puede ni debe acabarse sino con la vida. No nos turbemos, pues, por nuestras imperfecciones, porque nuestra perfección consiste precisamente en combatirlas, y no podremos combatirlas sin verlas, ni vencerlas sin encontrarlas. Nuestra victoria no estriba en no sentirlas, sino en no consentir en ellas, y no es, en manera alguna, consentir el sentirse por ellas acosado. Es muy provechoso, para el ejercicio de la humildad, que, alguna vez, seamos heridos en este combate espiritual; sin embargo, nunca somos vencidos, sino cuando perdemos la vida o el valor. Ahora bien, las imperfecciones y los pecados no pueden arrebatarnos la vida espiritual, pues ésta sólo se pierde por el pecado grave; importa, pues, que no nos desalienten: «Líbrame, Señor -decía David-, de la cobardía y del desaliento». Es, para nosotros, una condición ventajosa, en esta guerra, saber que siempre seremos vencedores, con tal que queramos combatir.
Comentarios 5
Estoy feliz de comenzar los ejercicios gracias por pensar en nosotros
Gracias por estos espacios Dios les recompense su generosidad
La práctica de hacer el examen de conciencia a diario ayuda a corregirnos y la humildad en reconocer cuánto hemos errado , para poder vencernos a nosotros mismos. Gracias por el escrito 🙏🙏🙏
Tengo mucha emoción por iniciar los Ejercicios Espirituales el año pasado no pude concluir muy agradecida a Dios y a los sacerdotes del Verbo Encarnado por una oportunidad
Es necesario hacer un examen de conciencia para purificar nuestra alma, por los errores que cometidos y corregir con humildad.
Gracias Hermanos del VERBO ENCARNADO.