Espiritualidad
El ayuno que agrada al Señor
1.– «¡A qué ayunar, si tú no lo ves? ¿A qué humillar nuestras almas, si no te das por entendido?» (Is. 58, 3). De esta manera, siempre
1.– «¡A qué ayunar, si tú no lo ves? ¿A qué humillar nuestras almas, si no te das por entendido?» (Is. 58, 3). De esta manera, siempre