Introducción: Presentamos aquí algunas reflexiones del célebre autor inglés, Gilbert K. Chesterton, sobre Belén y el nacimiento de Cristo, según se leen en su obra
Compartimos este escrito sobre la importancia de la consagración realizada como religiosos, respecto a la realeza de Jesús, realeza que en este mes de Noviembre
San Miguel Arcángel se ha aparecido muchas veces en la tierra. Una de las apariciones más documentadas es la que se registró en el Mont
es el mejor amigo del hombre. Lo acompaña sin descanso día y noche desde el nacimiento hasta más allá de la muerte, hasta que llegue
En Octubre 13, 1884, el Papa León XIII, experimento una visión horrible. Después de celebrar la Eucaristía, estaba consultando sobre ciertos temas con sus cardenales
Cuando el recordado Papa Pío XII incluyó en el tesoro de nuestros dogmas el misterio de la Asunción de la Santísima Virgen realizó, sin duda,
¿Qué buscas? Sólo el sentido del oído puede alcanzar la verdad, porque solo él entiende la palabra… “No me toques”, esto es: desentiéndete de ese sentido
En el momento actual de la vida de la Iglesia, la cuestión del Primado de Pedro y de sus Sucesores presenta una singular importancia, incluso ecuménica.
San Juan Pablo II invitó , de modo particular en la encíclica Ut unum sint, a «encontrar una forma de ejercicio del Primado que, sin renunciar de ningún modo a lo esencial de su misión, se abra a una situación nueva» [1].
¡Oh Corazón de Jesús!,
Tú manifestaste el deseo de reinar en las familias cristianas;
Hoy venimos a proclamar tu absoluto dominio sobre la nuestra.
Queremos vivir, de hoy en adelante, de tu misma vida,
y desterrar lejos de nosotros el espíritu mundano que Tú condenaste.
Queremos que reines en nuestros entendimientos por la sencillez de nuestra fe, y en nuestros corazones por tu amor, los cuales arderán para Ti procurando mantener vivo este amor con la frecuente comunión de tu Cuerpo y Sangre.
Dígnate ¡oh Corazón de Cristo! Presidir nuestras reuniones,
bendecir nuestras empresas espirituales y temporales,
apartar de nosotros los vanos cuidados,
santificar nuestras alegrías y consolar nuestras penas.
Danos un corazón manso y humilde como el tuyo,
para que reine la paz en nuestro hogar.
Si alguna vez alguno de nosotros tiene la triste desgracia de ofenderte, recuérdale ¡oh Corazón de Jesús!, que eres bueno y misericordioso con los corazones arrepentidos.
Y cuando llegue la hora de la separación, cuando venga la muerte a sembrar el luto en medio de nosotros, que todos, tanto los que se vayan como los que se queden, estemos conformes confiando en tus bondadosos designios.
Nos consolará saber que llegará un día en que toda la familia, reunida en el cielo, podrá cantar eternamente tu bondad y misericordia con nosotros.
Te ofrecemos esta consagración por medio del Corazón Inmaculado de María. Que el Glorioso Patriarca San José se encargue de recordárnosla todos los días de nuestras vidas. Amén.
V Sagrado Corazón de Jesús.
R En Vos confío
V Dulce Corazón de María.
R Sed la salvación del alma mía.
V San José.
R Ruega por nosotros.
Unos años después de las apariciones en Fátima, el 10 de diciembre de 1925 en Pontevedra, España, se apareció la Virgen con el Niño a la hermana Lucía y le reveló este mensaje:
«Mira, hija mía, mi Corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan continuamente con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme y de que todos aquellos que durante cinco meses, en el Primer sábado se confiesen, reciban la Santa Comunión, recen la tercera parte del Rosario y me hagan 15 minutos de compañía, meditando en los 15 misterios del Rosario, con el fin de desagraviarme, yo prometo asistirles en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para la salvación de sus almas».
Esta gran gracia nos muestra el gran poder de intercesión que Dios ha otorgado a la Santísima Virgen para la salvación de las almas.