

El colectivo animal oprimido y el nuevo maniqueísmo
Nada nuevo bajo el sol, las herejías de antaño se repiten en nuestro tiempo en forma de ideologías. El maniqueísmo aparece hoy en forma de
Nada nuevo bajo el sol, las herejías de antaño se repiten en nuestro tiempo en forma de ideologías. El maniqueísmo aparece hoy en forma de
En este video el P. Silvio Moreno misionero en Túnez nos cuenta sobre el proyecto cultural “redescubriendo las raices cristianas de Túnez”.
Ya entonces comenzó a unir en sí mismo a dos paredes que traían distinta dirección, guiando a los pastores de Judea y a los magos de Oriente para hacer en sí mismo, de los dos, un solo hombre nuevo, estableciendo la paz; paz a los de lejos y paz a los de cerca. De aquí que unos, acercándose desde la vecindad aquel mismo día, y otros, llegando desde la lejanía en la fecha de hoy, han marcado para la posteridad estos dos días festivos; pero unos y otros vieron la única luz del mundo.
El Verbo en la Encarnación unge con unción santísima todas y cada una de las células del cuerpo de Jesús, y el alma entera en su esencia y en sus facultades. No hay nada en Cristo que no sea tres veces santo, y por tanto, infinitamente adorable. Todo en El es transparencia, autenticidad, sinceridad, coherencia, verdad: Yo soy… la Verdad (Jn 14,6). Es el Amén (Apoc 3,14). Cuantas promesas hay en Dios son en Él Sí; y por Él decimos Amén, para gloria de Dios (2 Cor 1,20), en Él habita la plenitud de la divinidad corporalmente (Col 2,9). En El no hay nada vacío, hueco, o no asumido hipostáticamente. No hay nada de barniz o cáscara. Nada de simulado o camuflado. Nada de mentira, falsedad, inseguridad, velación o hipocresía. Es Uno Solo -el Verbo- en dos naturalezas distintas, ambas perfectas, íntegras e hipostáticamente unidas.
¿Quién puede conocer los tesoros de sabiduría y ciencia ocultos en Cristo y escondidos en la pobreza de su carne? Él, siendo rico, se hizo pobre por nosotros, para que nos enriqueciéramos con su pobreza. Al asumir nuestra condición mortal, destruyendo así la muerte, se mostró en pobreza; pero con ello nos garantizó las riquezas futuras, sin perder las que había dejado.