Hoy el P Gabriel nos habla de cómo tenemos que evitar dejarnos gobernar por los sentimientos.
Al mostrarnos su Corazón, Jesús nos muestra lo que ha asumido de nuestra realidad: tiene sentimientos humanos, un querer humano y un entender humano; sabe lo que es amar, lo que es peregrinar, lo que es ver las cosas con ojos humanos. Sabe, sobre todo, lo que es sufrir. Ha experimentado nuestras limitaciones, nuestras dificultades y nuestros dolores
Debemos asistir a la Santa Misa con los mismos sentimientos que si hubiéramos sido testigos de la muerte de nuestro Salvador en el Calvario. O mejor: debemos intentar entrar en los sentimientos que anidaban en nuestra querida Madre y el discípulo amado». El recogimiento, el silencio, una actitud humilde y un respeto profundo son disposiciones necesarias. Pero tienen que estar sostenidas por una fe viva: recordar que estamos asistiendo a un sacrificio del que Jesucristo es la víctima, y es por nosotros por quienes se ofrece ese sacrificio.