Apareció la flor sobre la tierra[1]
“Debemos notar la belleza de quien resucitó, expresada en la palabra Nazareno aplicada a Cristo, que significa una flor entre las flores cuya belleza permanece…”[2]
Hay un día en el Triduo que distingo que
lo abre todo y que todo lo encierra es el
tercero, o el primer domingo,
cuando la flor surgió de entre la tierra
Tuvo la flor un tono nazareno
que pintaba el paisaje del Sarón,3
y de tanto cargar pecado ajeno se
volvió roja y de betún salmón.
Y retiñéndose de colorado, se clavó
sobre un monte pedregoso, un cantero
de espinas, desolado, donde murió,
aquel viernes tenebroso.
La sacaron traspasada de cardos,
toda exangüe y los pétalos caídos,
y cubriéndose de olivas y nardos la
enterraron con cánticos sentidos.
Y el día más glorioso de este mundo
resucitó radiante de blancura y las
gotas de un cáliz rubicundo,
daban fe de su franca galanura
Entre blanco y rojizo se notaban las
franjas de un violeta ennegrecido
señales de victoria que anunciaban
que el pecado y la muerte han sucumbido
Yo te pido, Jardín Resucitado que
las almas plantadas en tu huerto
retoñen como lirio purpurado, y del
color de tu costado abierto.
Javier Ibarra IVE
Domingo de Pascua 2020
[1] “Porque ya pasó el invierno, cesaron y se fueron las lluvias. Aparecieron las flores sobre la tierra, llegó el tiempo de las canciones”, Cant. 2,11.
[2] Cfr. SANTO TOMAS DE AQUINO, Sermón del día de Pascua, del Evangelio: “En Cristo había tres tipos de flores: rojas, negras y blancas. Las flores rojas son gotas de su sangre; las negras, son las marcas de sus heridas; las blancas, el esplendor de su cuerpo glorificado”. Cfr. Saint Thomas Aquinas. Easter Day, Ninety-Nine Homilies of Saint Thomas Aquinas: Upon the Epistles and Gospels for Forty-Nine Sundays of the Christian Year, Aeterna Press. 3 “Yo soy la rosa de Sarón, y el lirio de los valles”, Cant. 2,1.