La compasión, que comparte las penas de los que sufren para suavizárselas, llora con los que lloran, participa en las dificultades de todos y se afana por aliviarlas, o carga personalmente con ellas.
La alegría santa, que toma también para sí los gozos ajenos con el fin de acrecentarlos y proporcionar a sus colegas todos los consuelos y dicha de la virtud y de la vida de comunidad. San Pablo nos ofrece un admirable ejemplo de la caridad que adopta todas las formas para ser útil al prójimo: Híceme flaco con los flacos, por ganar a los flacos. Híceme todo para todos, por salvar a todos (1 Co 9, 22). ¿Ouién enferma, que no enferme yo con él? ¿quién se escandaliza, que yo no me requeme? (2 Co 1 1 , 29).
Desde El Ángel de tu Hogar intentaremos desde las ciencias para la familia, brindar ciertos elementos educativos y estructurales, para que puedas educar a tus hijos en el camino hacia la felicidad.