Creo que es la primera vez que para escribir un post fluctúo entre dos polos casi opuestos. Por un lado, pienso que diré una verdad de Perogrullo, y por otro, que estoy cayendo en una especie de puritanismo innecesario –como todo error– que no producirá demasiada simpatía en algún que otro lector, sobre todo coterráneo o de algún otro país donde el fútbol ocupe socialmente el lugar que ocupa en mi querida patria Argentina.
De todos modos, si lo escribo es porque dejo de lado esas impresiones y pienso que algo puedo aportar, y sobre todo pienso que Dios quiere que lo haga, no por una revelación especial sino como todo aquello que a diario hacemos o dejamos de hacer, intentando, aún con nuestras debilidades, no separarnos del querer Divino.
No hablaré de dogmas ni verdades inmutables, por tanto, si el querido lector no está de acuerdo en parte (porque estimo que la tesis de fondo la vamos a compartir), desde ya sepa que puede que tenga razón… yo solo tiro a la palestra del ciberespacio una opinión; en todo caso, al mejor estilo YouTube lo que Ud. vea al respecto, déjelo en los comentarios…
Estas líneas tienen su génesis hace 8 años, cuando se jugó la copa del mundo de fútbol de 2014 en Brasil. Me encontraba predicando Ejercicios Espirituales de mes en Manizales, Colombia, a un grupo de seminaristas, y si bien no podía ver todos los partidos en vivo, iba siguiendo los resultados, viendo los resúmenes, etc. y asombrándome en cierta manera de la indiferencia –a nivel sensible y en el mejor sentido ignaciano– de los resultados que se iban dando. Pensaba que ya estaba un poco más «grande», y siendo sacerdote y religioso, claro, estaba bien que ya fuese un poco más indiferente a esos temas…
Pero todo cambió cuando casi terminando la prórroga de la final, Alemania metió el gol que le dio la victoria sobre el equipo argentino… solamente atiné a levantarme de la silla –dando por perdido el partido– e ir a la iglesia a rezar… ¿por qué? Porque me invadió una tristeza tal que no podía creer que pudiera estar así de triste por un partido de fútbol… sinceramente, no me entraba en la cabeza –aunque sí, y por demás, en el corazón– semejante desproporción…
No era tan difícil reconocer un desorden… de ahí en más he tratado, no sin esfuerzo, de poner menos los ojos –si ellos no ven, el corazón no siente– en el endiosado futbol. Y con esa palabrita en cursivas empieza mi reflexión… ¿Por qué suscita semejante pasión el deporte y sobre todo el fútbol a nivel mundial? Es cierto que hay países y países, pero en general hay una exacerbación al respecto que un poco unifica el globo terráqueo.
En un excelente artículo del P. Calos Biestro titulado «Un pueblo sin templo»[1] afirma:
«Sucede que en la Argentina, al igual que en casi todo el mundo, la Vida Pública se divorció de la fe como resultado del triunfo del Liberalismo (Rivadavia, Sarmiento, Mitre, Roca, etc.). El Liberalismo cede a la tentación pagana “que tiende a relegar la Religión al Templo y a Absolutizar el Estado fuera del Templo”[2]. “Hay que dar al César lo que es del César… y todo es del César” (Clemenceau).
Como el ejemplo de la Autoridad y las normas legales tienen gran influjo en la conducta de los particulares, se produjo un descenso de la fe[3]. Pero el pueblo no cayó simplemente en el Ateísmo porque “el hombre continúa siendo teólogo aun cuando ha dejado de creer en Dios” (Chesterton): la religiosidad arraiga en lo más hondo del alma, y no desaparece, aunque sí puede sufrir una retorsión. Así la gente comenzó a buscar creencias de reemplazo, y a expresar su religiosidad en templos donde no se da culto al Dios verdadero. Consideraremos varios fenómenos sociales que presentan un carácter sumamente extraño y en definitiva muestran que la raíz más honda de la crisis argentina».
Uno de esos templos de reemplazo que cita el P. Biestro es el estadio, es decir, el deporte «porque el deporte es una figura de aquellas actividades en las que el hombre se juega entero: la guerra y, sobre todo, la religión». Y lo vemos con evidencia patética… leyendo periódicos argentinos estos días, fue muy fácil encontrar frases como «La selección de Messi ganó la mejor final de la historia y se compró un lugar en el cielo del fútbol»[4]; «Lionel Messi alcanzó la eternidad», «El 18 de diciembre de 2022 en Doha Lionel Andrés Messi alcanzó la inmortalidad», «No hay exageraciones con Messi. Es al revés. Todo lo que se diga o se escriba sobre Leo quedará corto». Esta última expresión me evocó aquel «nunquam satis»[5] que se aplica a María Santísima, que hasta me da cierto no se qué escribir su nombre en el mismo párrafo donde se endiosa de ese modo lo humano.
«Tal mezcla turbia de lo deportivo y lo religioso es extrema en el fútbol» –comenta el P. Biestro y sigue con esta cita–:
“Se han comparado los estadios con santuarios, y existe mucha afinidad entre la pasión por el fútbol y la Religión. Hay, en efecto, un espacio consagrado (el césped), oficiantes (los jugadores), feligreses con una gestualidad codificada similar a la liturgia y toda una serie de actitudes mágico-religiosas”[6]».
Volviendo al periódico, también alcancé a ver una imagen de Messi presentado como el Sagrado Corazón de Jesús (otra vez me tiembla el pulso para mezclar estas cosas…). Y si uno se pusiera a buscar seguramente encontraría mucho más… Algo escuché de la canción que han cantado en el mundial, de que Maradona intercede desde el cielo… es bueno que quede en el pueblo algún resabio de vida eterna, pero… pobre Diego… Dios quiera que se haya salvado.
Por supuesto que de esta situación ninguna culpa tiene Messi que ha afirmado que no le gusta que le llamen «Dios» (sí, hasta a eso se ha llegado…) porque sabe que sus talentos los ha recibido de Él. Tampoco le quito mérito al mismo Messi ni al resto de los deportistas que con mucha disciplina y esfuerzo llegan a esas metas. Incluso a veces son sometidos a «un orden antihumano que atrapa la vida de las personas cuando la sociedad apostata de la Luz»[7].
Aquí el problema no es de ellos sino nuestro, y cuando digo nuestro no me refiero a las personas que efectivamente han puesto en el deporte –fútbol en este caso[8]– su objetivo y su corazón hasta el punto de que ocupe el lugar de Dios y, por tanto, cometen verdaderos pecados[9] contra el primer mandamiento o conta el tercero –ya que en lugar de la Santa Misa van al estadio–, sino que con nuestro hago referencia a los que tenemos fe y no ponemos ningún deporte por encima de nuestra relación con Dios. No lo ponemos al menos en cuanto pueda ser pecado mortal –de eso, no hay duda– pero de pecado venial o imperfección/desorden… ¿estamos bien seguros de ser ajenos?
Es decir, si pasamos aquella medida de precisión exacta –al decir de San Alberto Hurtado– que es el «tanto cuanto» de los Ejercicios ignacianos[10], ¿nos da realmente la medida justa?
Y aquí, antes de hacer algunas aplicaciones prácticas vuelvo a aclarar –si es que lo hice– que no estoy afirmando que tenga de suyo algo desordenado ver fútbol –o cualquier deporte–, ni alegrarse por una victoria, ni entristecerse con una derrota… lo que sucede es que somos hijos de nuestro tiempo y, por tanto, me parece que cabe examinarse si realmente no se nos ha colado algo del endiosamiento en el modo en que lo vivimos. Y menos mal que ganamos la final sino todo esto caería aún más antipático a mis compatriotas (ya que dudo que algún francoparlante lea estas líneas…).
De paso: si alguno ha llegado a leer hasta aquí y no le atrae el fútbol de ese modo –cosa bastante común– podrá aplicarlo a cualquier otra realidad u actividad que sí le lleve el corazón…
Volviendo, entonces, al «tanto cuanto», podemos considerar por un lado algo más «material», como es el tiempo dedicado: ¿realmente todo el tiempo dedicado a ver futbol en este mundial ha sido «ordenado»? Porque a veces no alcanza con ver los partidos, sino que hay que ver los resúmenes, comentarios, etc. Y estoy dando por hecho que el partido hay que verlo ¡sin duda! Pero ¿acaso esa premisa así, sin dudar ni poder dudar, no es un resabio de la inversión de valores en que vivimos? Si no le cae simpática la pregunta, querido lector, sepa que lo entiendo… hace años conozco un sacerdote que se sabía que no veía nada de fútbol (y le había gustado mucho en sus tiempos) y me costaba mucho entenderlo… También algún laico podrá decir «será cosa de curas/religiosos preguntarse algo así…», pero yo no lo creo tanto, aunque sí es cierto que nos toca más de cerca a nosotros.
Y ¿el tiempo dedicado a hablar de fútbol? ¿No vamos a ser juzgados acaso por cada palabra ociosa? ¡¡¿Qué? ¿No se puede hablar de fútbol?!! No, claro que no afirmo eso, solo que si todo el tiempo hablo de futbol… estéee… bue, quizás se pueda mejorar un poco… ¿no?. Si en televisión se ocupara un 10% del tiempo que se dedica a «filosofar» sobre el futbol a hacerlo acerca de la verdad, es decir, buscando la sabiduría, el mundo no estaría como está… ¡¡¿¿Tanto se puede decir o discutir sobre una pelota que tiene que entrar bajo 3 palos??!! ¡¡Por el amor de Dios!!
Pero más allá del tiempo que se puede dedicar, algo más delicado aún me parece que está en lo referente a las pasiones/sentimientos que suscitan este tipo de cosas. Me pregunto si es ordenado alegrarse o entristecerse tanto por algo así… En aquella oportunidad que les comentaba, en la iglesia en Colombia, pensaba que esa tristeza que sentía tenía que ser por mis pecados o por los dolores del Señor en la Cruz… ¡no por un partido de fútbol!
Realmente me cuesta pensar que el hecho de que algo tan meramente humano nos alegre o nos entristezca tanto, no vaya en desmedro de los sentimientos que tenemos que tener a las cosas divinas. Y, por tanto, que para educarnos en lo que a eso respecta, y sublimar los sentimientos, debemos procurar ordenar esta «parte» de nuestro hacer y sentir. Porque, seamos sinceros, no podemos amar a Dios con un amor puramente espiritual, sin que entre en juego para nada la parte afectiva-sentimental; somos seres humanos, cuerpo y alma… Santo Tomás dice que cuando el acto de la voluntad es firme, suscita los sentimientos correspondientes; y con respecto a la oración, se cuenta de San Ignacio:
«El Padre, enterado de la enfermedad del Papa Julio, hizo oración por él; pero dice que no podía hallar devoción; y que después la halló, buscando y descubriendo muchas razones para ello, a saber, para pedir que viviera, etc.
Parece que el Padre se mueve por la razón en todas las cosas y que el afecto y la devoción van siempre detrás; y ésta es la regla que guarda en todas las cosas y la misma que da a otros; y dice que ésta es la diferencia que tienen los hombres con los otros animales. Y esto es lo más señalado, o una de las cosas más señaladas del Padre»[11].
A lo que voy es que debemos tender a tener siempre un mayor dominio de nuestros afectos, procurando que la gracia los divinice más y más aún, para lo cual, repito, no me parece ayude desear tanto una cosa meramente humana, sino más acertado parece esto otro de San Francisco de Sales: «Quiero pocas cosas, y las que quiero, las quiero poco. Apenas tengo deseos y si volviera a nacer, quisiera no tener ninguno»[12]. ¿Era abúlico el Santo? ¡Claro que no! Lo que tenía que ver con Dios lo quería entrañablemente… de todo lo demás, podía decir con San Pablo: «Pero lo que era para mí ganancia, lo he juzgado una pérdida a causa de Cristo. Y más aún: juzgo que todo es pérdida ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por quien perdí todas las cosas, y las tengo por basura para ganar a Cristo» (Flp 3,7-8).
Valga también citar aquí al gran San Agustín, traído a colación por otro grande, Santo Tomás: «venenum caritatis est cupiditas, perfectio nulla cupiditas»[13], que traducido sería: «el veneno de la caridad es el deseo; su perfección, la ausencia de deseo». Sí, sí, uno podría traducir «el deseo desordenado» pero literalmente no dice eso y fácilmente podemos descartar algunos deseos de la lista por creerlos ordenados.
¿Puedo hablar –o como sacerdote predicar– con mayor pasión de fútbol que de las cosas de Dios? ¿Me alegro más –en caso de ser argentino– de que salimos campeones que de la Navidad que se acerca? ¿Puse más medios para prepararme para el partido (o los partidos) que para la Santa Misa? ¿Me entristece más una derrota futbolística que un pecado o que verlo al Señor en la Cruz?… y podríamos seguir… Si la respuesta a estas preguntas es afirmativa, creo que hay algo que mejorar, ¿no?… si exagero, sepan disculparme y espero vuestros comentarios, pero por lo pronto no puedo verlo de otra manera (y a mi es al primero que me lo predico, obviamente).
He tratado de imaginarme un santo alegrarse tanto de cosas tan humanas y no he podido. Por ejemplo a San Ignacio que aquí en Manresa –y seguro que después también– «nunca decía ni hablaba en sus conversaciones sino de cosas de Nuestro Señor»[14], y por tanto era lo único que tenía en su corazón, no puedo imaginármelo así… Y lo mismo con otros santos, religiosos o laicos… Es más, los que son de épocas pasadas estimo que no tenían cosas humanas que atrajeran tanto, al menos de modo tan universal, como lo es hoy el fútbol… en esos tiempos había más fe.
Creo que era a Eva Lavalliere, esa famosa actriz del siglo pasado, a quien le preguntaron «¿Por qué los curas no hacen llorar a la gente y los actores sí?» Y respondió quizás con algo de burla –aún no se había convertido– pero con quizás con no poca verdad: «porque los curas hablan de cosas verdaderas y reales como si no fuesen tales, y los actores interpretamos cosas no reales como si fuesen verdaderas». Creo que en mucho de esto influye lo que venimos diciendo… cuánto hay de corazón en nuestra fe.
Que Nuestra Madre Santísima, el corazón más puro, nunca jamás habido ni por haber, de sentimientos tan celestiales –y no por eso menos humanos– que no podemos ni imaginar, nos ayude a compartir cada día más los sentimientos de Cristo Jesús –que son también los suyos– y en estas Navidades podamos alegrarnos entrañablemente de ver a Dios en pañales sobre un pesebre y aun en medio de la paz que nos viene a traer, también entristecernos por ser tan débiles y apegados a las creaturas, que no podamos darle todavía todo el amor que deberíamos.
P. Gustavo Lombardo, IVE
[1] Revista Gladius, nº 56, año 2003. Las negritas de la cita son nuestras.
[2] Castellani, El Apocalipsis de San Juan, México, Ed. Jus, 1967, pp 45 y 498.
[3] En realidad, la victoria del Liberalismo fue consecuencia del previo entibiamiento de la fe, pero este proceso de decadencia religiosa, que permitió a “la Religión de la Libertad” alzarse con el triunfo, no es considerado en el presente trabajo.
[4] Todas las citas tomadas de «La Nación» en su edición digital del 19/12/2022.
[5] Literalmente «Acerca de María, nunca es suficiente (o demasiado)» Expresión acuñada por la mariología para afirmar que nunca se predicará, escribirá, ponderará demasiado a la más divinas de las creaciones de Dios, que es su Madre Santísima.
[6] Reportaje al antropólogo francés Christian Bromberger, en Clarín, 27-VIII-00, p. 26.
[7] Carlos Biestro, ibid….
[8] Podría ser otro, claro está. Recuerdo hace 2 años cuando un sacerdote amigo en USA me llevó a ver jugar a los Phoenix Suns –equipo de básquet de la NBA– y ante ese espectáculo -muy divertido, por cierto, no solo el partido en sí sino todo lo demás que hacen en los entretiempos, etc.– me dijo con mucho tino: «esto es lo que reemplaza la liturgia dominical para mucha gente…» (¡cuánta razón!)
[9] Al menos materialmente pecados; o sea objetivamente hablando, y que no me meto en la conciencia de cada uno… uff… qué de aclaraciones que hay que hacer en estos tiempos de sensibilidades extremas…
[10] Por si alguno no sabe a qué me estoy refiriendo, se trata de la tercera parte del «Principio y Fundamento» de los Ejercicios Espirituales, donde San Ignacio de Loyola, luego de dejar claro que el fin para el que existimos es Dios y las criaturas son medios, afirma: «de donde se sigue que el hombre tanto ha de usar dellas, quanto le ayudan para su fin, y tanto debe quitarse dellas, quanto para ello le impiden» (Ejercicios, 23). Un comentario al respecto, puede verse aquí: https://youtu.be/NnfyZvfZ62E
[11] L. G. da Câmara (S.I.), Recuerdos ignacianos: memorial de Luis Gonçalves da Câmara, ed. B. Hernández Montes (S.I.), Editorial SAL TERRAE 1992, 208. Las negritas son nuestras.
[12] San Francisco de Sales, En las fuentes de la alegría, cap. 6
[13] San Agustín, Octoginta trium Quaest. 4; en: Suma Teológica, II-II Q184, a2.
[14] J. Calveras (S.J.), San Ignacio en Montserrat y Manresa a través de los procesos de canonización, ELR Ediciones, Barcelona 1956, 131.
Comentarios 33
Excelente artículo!
Me quedé impresionada al ver tanta idolatría , de la gente. Es cierto, que jugaron bien y sobre todo Messi. Pero sería bueno calmar tanta euforia que a nada bueno conduce.
Gracias P. Gustavo Lombardo. Que tenga una Feliz Navidad y un Venturoso año nuevo.
A nuestra comunidad nos sacaron dos Misas seguidas por los partidos. Yo no podía entender porque hicieron eso. No le encuentro razón. Pero a mi me sirvió para darme cuenta que ponía mucho de mi en esos partidos. Esta vez no pare mi vida por el mundial. Yo tuve la posibilidad de ir a otra Misa pero hay personas que no pudieron. Tendremos que replantearnos nuestras prioridades y lo realmente importante.
Estimado Padre Lombardo: es cierto que toda pasión debe estar ordenada. En este caso creo que hay mucho para comentar. Antes que nada, la Argentina y los argentinos estamos sufriendo mucho por las razones de publico conocimiento. Necesitamos sentir que algo colectivo nos sale bien. Que podemos sentirnos orgullosos de algo. Y en este caso, ese orgullo se estructuró sobre un equipo humano donde resaltaba el compañerismo, el tesón,.el ego ordenado en función del equipo, las vidas ordenadas de los jugadores, todos orgullosos de sus familias. Hasta cómo se dió el triunfo, con esa mezcla de fracaso ( el partido inicial perdido) y posterior “exito”. Incluso en los partidos finales. Donde se vió la “garra” para no aflojar. El hecho de que todos sean humildes. En especial Messi. Creo que también es importante, porque en el inconsciente colectivo van prendiendo esos valores. Creo que por eso Dios, en su Divina Providencia nos permitió ser “campeones”. No es fácil comprender la Cruz y la Resurrección. Por lo menos no para mí. Pero esta metáfora del futbol, donde el triunfo estuvo precedido del dolor y la frustracion de años enseña mucho sobre esa Verdad más compleja. A partir de esa pequeña realidad creo que se puede también Evangelizar. Todo ello sin perjuicio de que estoy de acuerdo sobre la necesidad de tener un Orden. Gracias Padre por su trabajo.Saludos. Cristina
María Cristina coincido con vos! Creo que de este mundial se pueden resaltar los aspectos positivos de los que nos dejó! Es cierto que los argentinos somos demasiado quizás pasionales y nos dejamos llevar por el amor o el odio pero ya bien dice nuestro señor que a los tibios los vomitara…yo resalto cómo vos el trabajo en equipo, la disciplina, la garra, el corazón en la mano y la humildad. Pusieron de relevancia el amor a la familia, a los amigos, el amor a su patria. Resaltaría todos los valores que nos transmitio este equipo.Todos se persignaban antes de entrar a la cancha, levantaban los ojos al cielo en actitud de agradecimiento cuando hacían un gol.Creo que estos chicos nos dieron una clase de la que hay que sacar provecho y edificar al prójimo.Yo como dice el slogan ‘elijo creer”en un mundo mejor.
Pienso que es excelente que se ponga sobre la mesa este tema. como decimos por acá. Y precisamente por ser tema sensible para muchos se vuelve necesario para nuestro crecimiento espiritual reflexionar las preguntas planteadas. El maligno puede tentarnos en tantas maneras …He leído anteriormente que el fútbol es utilizado para introducir ideas, moldear criterios a favor de líderes no precisamente de valores cristianos exactamente por esa pasión con que se vive entre los aficionados, nos vuelve vulnerables. Tampoco creo que tenga nada de malo ver un partido o disfrutar del talento en los pies de otros seres humanos, lo malo está en hacerlo de manera desordenada. Igual pienso que está pasando lo mismo con otros aspectos de la vida como el trabajo que a veces ocupa el primer lugar en nuestra mente y corazón, o muchas otras actividades.
Pisa callos. Cómo decimos por aca.
Que bueno que se animo a publicarlo.
Gracias padre!! Es verdad todo lo q dice..soy muy futbolero y trato siempre de tener presente a Dios en todo!! Sufrí en la final como nunca pensé que volvería a sufrir por un partido de fútbol!! Dios y la Virgen nos conceda la gracia de controlar nuestras pasiones y así aprender a vivir las alegrías y los sufrimientos santamente..Bendiciones desde San Juan Argentina!!
Claro e iluminador como todo lo inspirado por el Espíritu Santo. Gracias mil
Muy bueno Padre. A mi no me gusta el football pero también me cuestione mis sentimientos y reacciones estos días. Especialmente durante los penales. Me responde muchas de mis preguntas.
Padre Gustavo, le deseo muchas bendiciones desde Guatemala. Sinceramente, gracias por escribir esta reflexión en torno al reciente campeonato de futbol, en el cual Argentina quedó en primer lugar.
Seguramente, muchos de los que lo leamos, también tenemos que revisar cuáles han sido y son nuestras actitudes ante este “fenómeno social” que atrae masas…
Créame que lo felicito por este testimonio y esta predicación, porque ante lo que vimos y leímos, como cristianos, debemos reaccionar y replantearnos el lugar que Dios ocupa realmente en nuestras vidas.
Un abrazo en Jesús desde el pesebre y que María Santísima lo siga protegiendo.
MAGISTRAL. Para ponerme a tono con el mundo de hoy, utilizo una palabra rimbombante para adherir mi opinión a la del Padre. La exacerbación de las sensibilidades es lo que “la lleva” hoy y vaya uno a decir esto pues arriesga demanda, amenazas o penas de cárcel pues las sensibilidades también son normadas por los gobiernos de turno. A mis años no tengo recuerdos de haber visto sobretodo el segundo mandamiento tan “manoseado” por el estado, como el día de hoy, así podemos ver a través del mundo como jefes de estados y sus secuaces, perdón, ministros, promulgan solapadas leyes, (que por cierto de solapadas les queda muy poco …) aduciendo sagasmente como monedita de cambio, el “ Amor al Prójimo “ y el Respeto a la “Dignidad” del “hombre”, para hacer caer al despistado y sensible ciudadano medio de hoy. La media?, estoy quitando créditos al mundo, estoy quedando corta para lo que verdaderamente se constata hoy…y qué tendrá que ver ésto con el fútbol!!!, “TODO”, solo es una ventana por donde se le escapa un poco de viento al mundo, ojalá que esa “pequeña” brisa despeine a alguien, antes de que corran el telón y el tornado se lleve todo a su paso, incluida la exacerbada sensibilidad de hoy. Gracias Padre el mundo gime por Valientes hoy.
PD: Servicio de Utilidad Publica: “Se necesitan Valientes”.
( diríjase al Mundo)
Gracias padre por esta oportuna y pertinente reflexión…entre muchas cosas para meditar , agradezco que nos comparta su propia vivencia sobre los apegos…y dejarnos ver también como priorizamos nuestros gustos, hábitos, etc por encima de Nuestro Señor.
PD: espero nos guíe nuevamente en los Ejercicios Espirituales en la cuaresma 2023
Feliz Navidad y feliz año 2023
La Virgen María siga protegiendo su vocación y su ministerio padre.
Totalmente de acuerdo con ud, Me ha pasado, no con el fútbol, pero me surgen las mismas inquietudes que a ud.
Algunas veces se salieron unas palabrotas y hasta en los momentos de felicidad 😳 y pensé en no decirlas pero pudo más ese desorden emocional 😫
¡Excelente reflexión P. Gustavo! Es increíble cómo una pasión desordenada puede poner en peligro la existencia física y espiritual. El fanatismo en el futbol (y también en otros ámbitos) ha causado tragedias en muchos estadios y los medios de comunicación no ayudan en nada. En mi país, como quizá también sucede en otros, la euforia desordenada hace salir “lo animal” y poner en peligro a gente inocente. en donde vivo, las familias se reúnen poniendo al centro el partido de futbol del equipo local, eso es cada fin de semana. Les dejo dos ligas en donde se podrá corroborar lo que acabo de comentar: https://www.youtube.com/watch?v=tT4mScLaE8M, https://www.youtube.com/watch?v=LnLcArSu16s, No soy fanática del futbol, pero el artículo me pega hondo, por aquéllo que sé si tengo que regular, si evalúo a qué le doy prioridad y cómo administro mi tiempo, ¡Tengo mucho que cambiar! Gracias P. Gustavo por la reflexión. P.D entendí ahora el “paso, paso : )”
Estimado Padre Gustavo, realmente es un artículo escrito con mucha valentía, en lo personal me ha llevado a reflexionar sobre la forma en que manejo mis prioridades, no soy fanática del futbol, pero entiendo que no estoy lejos de ser fanática de otras cosas que me alejan de Dios. El deporte se mezcla con lo burdo, el portero argentino es mal ejemplo para todos, por su descortesía y malos modales, así otros astros y estrellas que hagan lo que hagan son aplaudidos y exaltados como “dioses”. Lamentablemente, la euforia también conduce a la muerte física y espiritual, para muestra dejo este video (https://www.youtube.com/watch?v=LnLcArSu16s). En mi ciudad, las familias se reúnen cada fin de semana entorno al juego del los equipos locales y los medios de comunicación enardecen el futbol: https://www.youtube.com/watch?v=tT4mScLaE8M y https://www.youtube.com/watch?v=c1Un4bQXAs4..
Gracias Padre por esta reflexion, con la que no puedo estar mas de acuerdo. Los ejercicios espirituales son esa guia magistral para ordernarnos hacia el proposito por el cual fuimos creados: adorar y servir a Dios en todo momento, lugar y ocasion. El deporte y muchas otras cosas en nuestras vidas, tienden a estimular las pasiones, y bien sabemos que la salvacion nos vendra, (por la gracia de Dios), si sabemos reemplazar esas pasiones por virtudes. Pienso que todo puede ser equilibrado si estamos nosotros equilibrados, o por el contrario muy desenfrenado y lleno de emociones, si estamos nosotros mas fuera de forma en lo ordenado. Tambien puedo darme cuenta, que aun no siendo yo muy inclinada al deporte como forma de entretenimiento, me sirve como termometro para apreciar la destruccion de los valores en el deportista. El deportista de antano enarbolaba mas el estandarte del respeto y la justicia, de la gentileza con el oponente o contrario, anteponiendo estos, a una competitividad agresiva y desprovista de valores ya no digamos cristianos, sino meramente morales. El campo de juego es para muchos un templo, pero tambien puede ser el escenario del mundo en que vivimos, que tristemente nos presenta a un ser humano que se ha hecho Dios a si mismo y plasma sus miserias en una penosa puesta en escena. Tambien puede haber sus casos aislados de deportistas, que si repasamos un poco su vida, nos damos cuenta que su fe catolica marca las pautas y el resultado es contrastante con el otro. Gracias de nuevo Padre, y como usted dice, que la Santisima Virgen Maria nos ayude a alcanzar esa grandisima y tan necesaria virtud que es la humildad para impregnar de ella todas nuestras obras.
… bajo la lógica de los EE es válido este artículo … bien argumenado … en lo que me atañe … me gusta el fútbol de los mundiales casi no pude ver partidos o cometarios … estoy en trabajo y diferencias horarias, ni en fines de semana … participo activamente rn la Parroquia y no tengo tiempo … y no se justifica. Costa Rica fue al Mundial y procuré ver los partidos … después pude ver algunos partidos de 4to de finales y semifinales y la final … después de ir a misa a 7 am. Creo que estoy ubicada … por GRACIA de DIOS.
Y… sí… pero si fuera solamente el fútbol…
Y cuánto de esas pasiones desordenadas vemos hoy en enfrentamientos dentro de la Iglesia por cuestiones de forma y modo…
Excelente reflexión Pater. Muchas gracias… muy esclarecedora por lo que estamos viviendo… Una locura, y se lo dice un amante del fútbol… ¡Buenísimo además el artículo del P. Biestro que cita!
Gracias por el artículo. Concuerdo en todo su contenido. Sin embargo creo también que esta no puede ser la única reflexión de los católicos al respecto. Junto con señalar las desviaciones tenemos la misión de rescatar todo lo positivo que no enseña el mundial y el fenómeno del fútbol: superación, trabajo en equipo, unidad de todos los argentinos en pos de algo bueno, humildad, gratitud, alegría.
Querido padre Lombardo no se imagina cuántas ganas tenía de escuchar que se pronuncie desde la iglesia éste tema; he visto incluso con gran dolor la cara de un cantante puesta en el Sagrado Corazón de Jesús , hace muchos años que endiosan tanto a hombres como a mujeres es extremadamente doloroso verlo , escucharlo y que nadie diga y/o haga algo al respecto.Incluso aprovecho para contarle que a las salidas que hacen hoy los adolescentes les dicen ” hoy vamos a misa” (queriendo significar hoy hay descontrol) ; me gusta el deporte , pero el domingo de la final fui a Misa éramos creo que 12 mujeres sabía que me quedaba sin transporte pero comulgar y escuchar el evangelio es todo lo que necesito volví a casa feliz un poco más de cuatro kilómetros en compañía de Jesús y María . Gracias por su reflexión excelente Dios lo bendiga siempre.
Querido Padre. Desde que ganamos la final me dan vueltas en la cabeza una frase: “La Copa del Mundo”. Creo que con ésta frase en parte podemos resumir (perdón si estoy equivocado) lo que ud muy bien detalla. Es del “mundo”, que nada tiene de superior. Por otro lado también creo que es una excelente oportunidad para levantar la vara en cuanto a los “héroes” que tenemos en Argentina, no?. Este muchacho Messi, hasta el momento, ha demostrado más valores (y estadísticamente más victorias, goles, copas, etc) que maradona. Creo que podría ser el ejemplo de muchos jóvenes. Dios quiera que así sea.
PD: Antes del partido contra Croacia comenté en Facebook: “El equipo croata va a misa todos los días y su DT reza el Rosario. En contraparte nosotros le decimos Dios a Maradona. Así estamos.” Casi me matan ……
¡Gracias, padre! Ha dicho lo que muchos no sabemos cómo decir ante la avalancha de sentimientos un tanto exagerados por el fútbol, especialmente en esta final jugada en domingo y tan cercana a la Natividad de Nuestro Señor. Dios lo bendiga.
Pues a pesar de que disfruto mucho (más que mucho) del fútbol, ciertamente lo que siento es vergüenza, tanto propia como ajena. Son reacciones fuera de lugar y totalmente desproporcionadas. Lástima que no empleemos una décima parte de ese sentimiento y tiempo en obras verdaderamente cristianas… Nunca he comprendido el ‘aborregamiento’ al que llegamos de la mano de este tipo de eventos. Y encima hay quien propone a estos personajes como modelos para nuestra juventud, por encima de madres y padres totalmente entregados a sus hijos, sacerdotes y religiosos velando por todos nosotros, voluntarios desprendidos dispuestos a desprenderse de lo mucho o poco que tienen por los necesitados y un largo etcétera de personas gracias a las cuales se mantiene vivo el verdadero sentido de nuestras vidas. En fin, lo dicho: vergüenza propia y ajena.
Gracias Padre Gustavo , me ha hecho reflexionar . No me pasa con el fútbol pero si comprendo que algo no me puede entristecer tanto o alegrar tanto cuando no se trata de Nuestro Señor . Aprovecho para agradecerle y a todos los que hacen posible Los Ejercicios Espirituales, por mi conversión . Mi cambio de vida , estuve antes metida en todo lo New Age , yoga ,etc
Mi vida ha hecho un giro de 180 grados.
Todo por Misericordia de Nuestro Señor y de la mano de Nuestra Madre es que estoy aquí con un corazón muy agradecido .Están en mis oraciones
Muchas gracias Gustavo…
Eres un buen guia espiritual!!!
Actualmente a los humanos, en general, creo yo, les llama más la atención un deporte que Dios mismo, por varias razones y les explico una de ellas. Muchos humanos que contratan a otros humanos para ser sus empleados, yo digo esclavos, lo han hecho siempre y cuando esos “esclavos” les trabajen a menor precio del acordado en el contrato que se firmo y si así, violando lo contractual no lo hacen, deben renunciar y si no lo hacen, someten a ese empleado a indebidas presiones y amenazas que violentan y directamente afectan la estabilidad familiar, de ese “esclavo que incorrectamente llaman empleado”. Dando como resultado que sus padres, que con mucho esfuerzo educaron a sus hijos para garantizar el futuro de la familia será algo imposible lograrlo porque siempre, ganará menos de lo contractualmente firmado y es el abusivo jefe quien se enriquece indebidamente. Esto no sucede con los deportistas porque es tanto el dinero que se mueve y tan difícil esclavizar a los jugadores que hay dinero suficiente para todos. Por eso, ya educarse y ser un profesional para garantizar el futuro de una familia y de un país, no es negocio para el que se capacito sino para el que lo contrata como empleado esclavo.
Así las cosas, tampoco es posible Adorar a Dios en Espíritu y en Verdad porque los que contratan a profesionales como sus esclavos empleados les impiden adorar a Dios en Espíritu y en verdad porque esos, abusivos “jefes” obligan a sus esclavos empleados, hagan su voluntad o sea sean sus esclavos a costa de haberse esforzado, ellos y sus familias para garantizar no solo la estabilidad y futuro personal de ellos, sus padres que costearon sus estudio y su familia. Además, sin profesionales capacitados y que no reciben un salario justo; será imposible garantizar el futuro de un país. Increíble pero cierto.
Gracias por su comentario, Oscar.
Adorar al Señor en Espíritu y en Verdad se puede aún en esas circunstancias, puede servir: https://youtu.be/yNl6lk2rjNo
P. Gustavo Lombardo
Muy bueno el artículo. Gracias P. Gustavo
¡Cuánta verdad! Mucho para reflexionar y examinar mis aficiones y afectos.
Muchas gracias P. Gustavo