En Argentina desde el 8 de diciembre de este año al 8 de diciembre del año próximo tenemos la gracia de vivir un año Jubilar Mariano porque hace 400 años que comenzó la advocación de Nuestra Señora del Valle de Catamarca, por ese motivo quería dedicar los videos de este mes, de diciembre y enero del año que viene a María Santísima. De María “nunquam satis “ dice la teología mariana, nunca se predica, se habla, se escribe, se piensa demasiado sobre María, sobre esta obra de arte salida, esta obra maestra salida de las manos de Dios que es nuestra Madre del Cielo.
En esta oportunidad quería referirme brevemente a la virginidad de María, es una verdad de fe, un dato revelado desde los comienzos de la Iglesia, en los primeros credos apostólicos tenemos esa verdad de que María es virgen, fue virgen antes, durante y después del parto. Es un dato que lo tenemos en la Escritura ya revelado 8 siglos antes de la Encarnación, Isaías va a decir “He aquí que la Virgen va a dar a luz al Emmanuel, al Dios con nosotros”. Y san Mateo se encarga de confirmarnos que esa profecía se cumple en María Santísima.
Todos los Padres de la Iglesia han hablado de esto, han afirmado esta verdad. El Magisterio por supuesto la ha confirmado desde el comienzo de la Iglesia y nosotros tenemos que tratar de entender hasta donde podemos el Misterio, la teología nos va a hablar de las conveniencias por la cuales Dios hizo este milagro, siempre hace eso la teología, dado el dato revelado, de hecho María fue antes, durante y después del parto virgen, es el dato de fe, el dogma de fe, la razón teológica, es decir la razón iluminada por la fe va a buscarle las conveniencias que no da el tiempo en un video tan corto de dar los motivos. Las conveniencias por parte del Padre Eterno, de María Santísima misma, de Jesucristo, del Espíritu Santo, de San José, todos los motivos de conveniencia que nos hablan de que realmente hizo lo mejor que podría haber hecho Dios al hacer encarnar a su Hijo de una mujer virgen y mantenerla virgen hasta siempre, hasta el fin de sus días.
Dice santo Tomás de Aquino que así “como la luz pasa por el vidrio, ilumina, pero no rompe este vidrio, así también Jesucristo fue concebido de manera virginal y nació también de manera virginal de María Santísima”.
También no es un dogma de fe, pero lo enseñan muchos Padres de la Iglesia y muchos maestros sagrados de que María tenia un voto de castidad, un voto de virginidad. En ese tiempo era algo que no se podía entender porque los judíos tenían como mandato divino tener hijos, tener prole porque no solamente por ese “creced y multiplicaos” del Génesis, sino que también porque la fe judía se trasmitía por medio de la concepción, por medio de la sangre, una fe que venía por la raza, si se quiere. Y, además, porque las mujeres esperaban que alguno de sus hijos fuese el Mesías, “el Esperado” justamente. María Santísima tuvo una iluminación especial del Espíritu Santo y Dios le pidió, cosa que hizo junto con José ese voto especial de virginidad, se entiende del texto bíblico. Hay otros motivos que se podrían dar, pero el texto bíblico donde María le contesta al Ángel cuando el Ángel le plantea como va a ser la concepción y demás, que iba a ser madre del Mesías, del Rey. Ella le dice “¿cómo será esto si no conozco varón? …ese “no conozco varón” se entiende solamente si además de no conocer varón, esa manera tan delicada de hablar de la Escritura, de no haber tenido intimidad con varón, no la iba a tener tampoco después, porque sino no tiene sentido esa frase dicha al ángel, si iba a tener intimidad con José por supuesto entonces era fácil de entender que ese hijo que iba a nacer iba a ser el Rey, el Mesías, pero no, al decirlo así María quiere entender como Ella lo que había visto ser la voluntad de Dios, que Ella sea Virgen, que tengan ese voto con san José, a pesar de estar desposados ,como podía darse con ese plan que le traía el ángel, y que el ángel le explica perfectamente entonces que se iba a dar un milagro que de hecho se dio.
Ojala que podamos nosotros viendo esta virginidad de María Santísima valorar lo que es la virginidad hoy en día, tanto como para quien tiene la vocación al matrimonio, para llegar así al matrimonio, y tanto también para nosotros que tenemos la vocación de la virginidad o del celibato hasta la muerte, valorar la grandeza que tiene la virginidad algo que el mundo moderno ha perdido totalmente. Monseñor Fulton Sheen va a decir que para el si se ha perdido la noción de estas cosas, de vivir bien la sexualidad es porque el hombre no tiene rumbo, no sabe hacia donde va entonces esta apurado, como quien anda perdido, anda apurado, y en ese apuro entonces las pasiones lo vencen, ¿no?, el tener porque vivir, un motivo, un fin para nuestra vida como nos ayuda.
Valorar entonces la virginidad en si misma ese don dado por Dios a la Iglesia y que es inaugurado por María Santísima y después por supuesto vivido de manera perfectísima por el mismo Jesucristo, valorarlo, amarlo.
Y después también poder valorar más la grandeza, la belleza, la perfección de María Santísima, conocer más sobre María tiene que hacernos amarla más a Ella y tenerle más devoción y tenerla como nuestra compañía como se decía del Padre Pio. No se puede decir que era devoto del padre Pio va a decir un sacerdote, sino que… no se puede decir perdón, que él era devoto de María santísima, sino que él vivía en compañía y bajo la protección constante de María.
Y quería terminar con unas palabras de el mismo Padre Pio que hablan de ese amor tan tierno que tenían, que tuvieron todos los santos a María Santísima y que nos tiene que llevar a nosotros también a tratar de imitarlo. Le decía el Padre Pio al padre Pellegrino “Ya te lo he dicho tantas veces, yo me siento y creo ser, aún en medio de mi indignidad, un hijo de la Virgen María. Ella crea mi campo de acción, Ella me da el oxígeno… yo me siento como un velero, empujado por el soplo de la Virgen. Y aunque me encuentre en alta mar, estoy siempre tranquilo… no me siento inseguro, porque soy guiado por la Virgen… estoy siempre activo, porque tomo fuerzas de Ella”.
Le vamos a pedir a María Santísima la gracia entonces de amarla mucho, de tenerla como nuestro gran amor, el gran amor que nos lleva al grandísimo amor que es el Señor, la manera más segura, más corta de llegar a Cristo como va a decir san Luis María y también de valorar este don para la Iglesia, este regalo que nos ha traído el Señor, la virginidad…el celibato, la virginidad todo lo que tiene que ver con el buen uso de la santidad, de la castidad para todas las vocaciones en este mundo que nos dice lo contrario que María nos preserve y nos ayude y nos proteja.