La Iglesia católica señala quince promesas que el beato Alano de la Roca (en francés, Alain de La Roche) declaró recibir de la Virgen María, destinadas a quienes recen devotamente el rosario. Fue Alan quien restableció la devoción al rosario enseñada por santo Domingo de Guzmán apenas un siglo antes y olvidada tras su muerte.
Cuando la devoción empezó a disminuir, la Virgen se apareció a Alan de la Roche y le dijo que reviviera dicha devoción mariana. La Virgen le dijo también que se necesitarían volúmenes inmensos para registrar todos los milagros logrados por medio del Santo Rosario y reiteró las quince promesas dadas a Santo Domingo referentes al rosario.
- El que me sirva, rezando diariamente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.
- Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario.
- El rosario será un fortísimo escudo de defensa contra el infierno, destruirá los vicios, librará de los pecados y exterminará las herejías.
- El rosario hará germinar las virtudes y también hará que sus devotos obtengan la misericordia divina; sustituirá en el corazón de los hombres el amor del mundo al amor por Dios y los elevarán a desear las cosas celestiales y eternas. ¡Cuántas almas por este medio se santificarán!
- El alma que se encomiende por el Rosario no perecerá.
- El que con devoción rezare mi Rosario, considerando misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá muerte desgraciada; se convertirá, si es pecador; perseverará en las gracias si es justo, y en todo caso será admitido a la vida eterna.
- Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin auxilios de la Iglesia.
- Quiero que todos los devotos de mi Rosario tengan en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia, y sean partícipes de los méritos de los bienaventurados.
- Libraré pronto del purgatorio a las almas devotas del rosario.
- Los hijos verdaderos de mi Rosario gozarán en el cielo una gloria singular.
- Todo lo que se me pidiere por medio del rosario se alcanzará prontamente.
- Socorreré en todas sus necesidades a los que propaguen mi rosario.
- Todos los que recen el rosario tendrán por hermanos en la vida y en la muerte a los bienaventurados del cielo.
- Los que rezan mi rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús.
- La devoción al santo rosario es una señal manifiesta de predestinación a la gloria.