En esta meditación, se nos invita a redescubrir el tesoro oculto de la Santa Misa. A través de ejemplos conmovedores, anécdotas inspiradoras y las enseñanzas de santos como San Roque González, Santa Gertrudis y San Bernardo de Claraval, se nos recuerda que la Misa no es solo una obligación dominical, sino una fuente inagotable de gracia, fortaleza y transformación interior.