[12/03/2025 – Jonathon Van Maren – www.lifesitenews.com]
En septiembre de 2021, la BMA (British Medical Association – Asociación Médica Británica) -el sindicato de médicos del Reino Unido- abandonó su oposición a la eutanasia y votó a favor de adoptar una postura neutral ante la «muerte asistida por un médico». Este hecho hace que la moción aprobada en la Conferencia anual de Consultores de la BMA la semana pasada sea aún más extraordinaria, sobre todo porque el comité Leadbeater sobre suicidio asistido es noticia a diario a medida que se votan en contra salvaguarda tras salvaguarda.
The Spectator publicó la noticia el 10 de marzo, informando que en la conferencia «los médicos de alto nivel votan mociones relacionadas con cuestiones que afectan o pueden afectar a los servicios sanitarios del Reino Unido».
El comité de consultores de la región sur propuso la Moción 46, en la que se afirma que el proyecto de ley de suicidio asistido de la diputada laborista Kim Leadbeater crearía «serios riesgos morales potenciales para los consultores, y serios impactos adversos potenciales en los servicios sanitarios». (Otros grupos han venido exponiendo este argumento a lo largo del proceso, pero el comité de Leadbeater lo ha ignorado casi por completo). La moción 46 establece que si el proyecto de ley Leadbeater se convirtiera en ley, la BMA debe dejar claro al gobierno que: 1) Se adopte un modelo de inclusión voluntaria para los proveedores, 2) no se espere que ningún consultor participe en ninguna parte del proceso de muerte asistida, 3) ni que tenga obligación alguna de sugerir la muerte asistida a los pacientes, 4) ni de remitirlos a ella.
En resumen, los profesionales médicos quieren estar absolutamente seguros de que no se violan los derechos de conciencia de quienes se oponen moralmente a la eutanasia y al suicidio asistido. Es probable que esto responda a un debate en curso en Canadá sobre el «derecho a la remisión», así como a que los partidarios de la eutanasia en el comité Leadbeater afirmen que el suicidio asistido puede o debe plantearse proactivamente a los pacientes.
La segunda parte de la Moción 46 afirma además que “la muerte asistida no es una actividad sanitaria y no debe tener lugar en el NHS (National Health Service) ni en otras instalaciones sanitarias, y los proveedores de muerte asistida deben ser empleados bajo acuerdos contractuales separados”.
La moción 46 fue aprobada en su totalidad en la conferencia de consultores de la BMA. Como señalaba The Spectator: «Así pues, ahí lo tenemos: los consultores de alto nivel del NHS creen que el proyecto de ley Leadbeater presenta “serios riesgos morales para los consultores” y podría tener “serios impactos adversos potenciales” en los servicios sanitarios del Reino Unido».
Pero hay que destacar que la BMA fue más allá: afirmó, en contra de las constantes afirmaciones de los activistas de la eutanasia y el suicidio, que la muerte asistida no es una actividad sanitaria. No se trata de un repudio de su neutralidad de 2021 -que fue también una Conferencia de Consultores-, pero ya el hecho de aprobar una moción así en este momento es enviar un potente mensaje al comité Leadbeater de que las principales figuras médicas no están contentas con lo que ven desarrollarse.
Como señaló recientemente Dan Hitchens, el comité Leadbeater ha elegido selectivamente a los testigos que confirman sus resultados preferidos. Invitaron a nueve abogados, seis partidarios de la eutanasia, tres «neutrales» y otros ocho testigos, todos ellos partidarios. No se invitó a quienes, como la conferencia de asesores de la BMA, se oponen a la eutanasia y al suicidio asistido, entre ellos The British Geriatrics Society, Standing Together Against Domestic Abuse y docenas de otros expertos.
Aún estás a tiempo de detener el catastrófico proyecto de ley de Leadbeater en tercera lectura. Si estás en el Reino Unido, considera la posibilidad de participar aquí. Sólo habrá una oportunidad para detener este proyecto de ley: https://spuc.org.uk/campaign/assistedsuicideuk/
