Las redes sociales silencian la libertad de expresión bajo el pretexto de “desinformación”

 [Nick Gutteridge – The Telegraph -17/10/2023]

Los censores de las redes sociales están utilizando denuncias de “desinformación” para silenciar la libertad de expresión, han advertido 136 académicos, historiadores y periodistas al primer ministro británico Rishi Sunak.

Según este grupo de influyentes pensadores, redes sociales, funcionarios públicos, universidades y ONG intentan tachar de “fake news” (noticias falsas) opiniones que son legítimas.

En una declaración entregada al Primer Ministro, figuras de todos los bandos del ámbito político, como el cómico John Cleese, el escritor Jordan Peterson y el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, expresaron su preocupación por la “censura de la gente común, los periodistas y los disidentes”.

Su intervención se produce después de que The Telegraph revelara que una unidad secreta del gobierno estaba señalando las críticas a la cuarentena como “desinformación” respecto del COVID. La Unidad de Lucha contra la Desinformación trabajaba con agencias de inteligencia para vigilar las publicaciones de periodistas y ciudadanos en internet.

Censura ideológica versus libertad de expresión y ciencia

Al menos tres personas, cuyas opiniones legítimas sobre COVID fueron señaladas por los monitores del gobierno han firmado conjuntamente una declaración enviada al Sr. Sunak, en la que se advertía de que se estaba abusando de las etiquetas de “desinformación”.

En su “Declaración de Westminster” dicen así: “Todos estamos profundamente preocupados por los intentos de clasificar la libertad de expresión como ‘información errónea’, ‘desinformación’ y otros términos poco precisos”.

“Es más, una y otra vez, opiniones e ideas no populares han acabado convirtiéndose en sabiduría convencional. La libertad de expresión es nuestra mejor defensa contra la desinformación”.

“Al etiquetar determinadas posturas políticas o científicas como ‘información errónea’ o ‘desinformación’, nuestras sociedades corren el riesgo de quedarse atrapadas en falsos paradigmas que robarán a la humanidad los conocimientos que tanto le ha costado adquirir y anularán la posibilidad de adquirir nuevos conocimientos”.

Los firmantes expresaron su alarma por el uso generalizado de tales términos, y añadieron: “No queremos que nuestros hijos crezcan en un mundo en el que vivan con miedo a decir lo que piensan”.

Los periodistas Julia Hartley-Brewer y Peter Hitchens, y el activista por la libertad de expresión Toby Young -todos ellos firmantes de la declaración- fueron identificados por unidades gubernamentales como agentes de “desinformación” con relación al COVID.

La Sra. Hartley-Brewer fue señalada por una conversación sobre certificados de vacunación, mientras que el Sr. Hitchens había compartido un artículo en el que sugería que los datos utilizados para justificar la cuarentena eran incompletos.

Entre los 136 firmantes se encontraban también el escritor Richard Dawkins, el historiador Robert Tombs y el denunciante estadounidense Edward Snowden, que advirtieron de la “creciente censura internacional que amenaza con erosionar normas democráticas centenarias”. Los firmantes afirmaron que esta censura incluye “el filtrado de la visibilidad, el etiquetado y la manipulación de los resultados de los motores de búsqueda”, así como “la eliminación de plataformas y la señalización” de “contenidos controvertidos”.

“Los censores de las redes sociales ya han silenciado opiniones legítimas sobre temas de importancia nacional y geopolítica”, escribieron.

Herir los sentimientos no es motivo de censura

“Esta injerencia en el derecho a la libertad de expresión suprime el debate válido sobre asuntos de interés público urgente y socava los principios fundamentales de la democracia representativa. Reconocemos que a veces las palabras pueden ofender, pero rechazamos la idea de que los sentimientos heridos y el malestar, aunque sean agudos, sean motivo de censura”.

“El discurso abierto es el pilar central de una sociedad libre, y es esencial para exigir responsabilidades a los gobiernos, empoderar a los grupos vulnerables y reducir el riesgo de tiranía.”

“Todas las campañas por la igualdad y la justicia de la historia se han basado en un foro abierto para expresar la disidencia”, agregaron.

El grupo también expresó su preocupación por otras medidas que, en su opinión, amenazan la libertad de expresión, como el proyecto de ley sobre seguridad en línea. Los ministros están a punto de promulgar este proyecto de ley, cuyo objetivo es proteger a las personas de contenidos nocivos en Internet y obligar a las empresas de redes sociales a eliminar las publicaciones ilegales, pero los activistas han advertido de que tendrá un efecto amedrentador en el debate público.

En la declaración también se advierte contra los planes que está elaborando el Ministerio del Interior para abrir el cifrado de extremo a extremo de los mensajes privados en plataformas como WhatsApp.