El hijo. Regocíjate hoy, Santa María, porque das a luz los gozos de la nueva alianza; regocíjate, Madre Intacta, porque continúa tu virginidad florecida de
Doblo las rodillas ante ti, Señor Jesucristo, a quien contemplo suspendido en la cruz por mí. Te saludo, venerable imagen de mi Señor Jesucristo crucificado,
Te bendigo, te alabo y te doy gracias, Santa Madre de Dios, Virgen María, por todos los bienes y los dones que el Señor te
María y el misterio de la Encarnación (Del Libro Imitación De María). Novena de la “Asunción de María Santísima en cuerpo y alma al Cielo” – día cuarto
El recuerdo y la invocación de la Santísima Virgen María. (Del Libro Imitación De María). Novena de la “Asunción de María Santísima en cuerpo y alma al Cielo” – día tercero
El consuelo de la Virgen María. Novena de la “Asunción de María Santísima en cuerpo y alma al Cielo” – día segundo
Cómo saludar a la gloriosa Virgen. Escucha oh Madre al devoto enamorado de tu nombre: “El cielo se regocija y la tierra se asombra, cuando
¿A qué me llama Jesucristo?
“Mi voluntad es de conquistar todo el mundo y todos los enemigos y así entrar en la gloria de mi Padre”.
Hay un mundo que hay que conquistar; hay unos enemigos que hemos de vencer hay una gloria en dónde hay que entrar triunfando.
¿Qué significa esto?
Este mundo que hay que conquistar es aquel mundo sobrenatural en qué fue creado el hombre y que fue perdido por el pecado. Jesús viene a restablecerlo, no con aquellas dulcisimas leyes primeras de la inocencia, sino con leyes de expiación y redención.
Cristo quiso sufrir la Cruz por obra del odio intenso de los fariseos. Y luego quiso difundir la gloria de la Cruz por el amor ardiente de un fariseo: Saulo de Tarso, San Pablo.
San Pablo, de entre los muchos lugares donde expresa este amor y esa mutua compenetración con Cristo, se encuentra el texto de Gálatas: vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mi (2,20). Antes había presentado su situación: con Cristo estoy crucificado (2,19).
La unión con Cristo siempre va a ser en la Cruz y nunca al margen de ella. Y de allí la consecuencia: Cristo vive en mí y no de cualquier manera.
Rezar con San Ignacio:
Cuando queremos aprender algún arte, alguna oficio técnico, alguna profesión, buscamos a alguien que sepa hacerlo y que pueda enseñarnos.
Para aprender a rezar pasa algo parecido. A veces decimos que no sabemos cómo rezar, qué decir, qué hacer con las distracciones, cómo podemos adquirir constancia, cómo rezar en nuestra vida ordinaria. Y pensamos… ¿Quién puede enseñamos?