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Ushetu, Tanzania, 22 de agosto de 2019

Durante los días de la misión popular, de la que les he contado en la crónica anterior, estuvieron con nosotros algunos voluntarios. Jóvenes de España y Estados Unidos, que vinieron en grupos separados pero coincidieron en su estadía aquí. De España vinieron dos jóvenes varones, estudiantes, y que ayudaron mucho en el trabajo de la construcción de una capilla en la aldea de Kalembela. De Estados Unidos vinieron dos chicas, una americana y la otra oriunda de Colombia, quienes ayudaron a las hermanas en todo lo que fuera menester: dispensario, escuela, la casa, misión popular, oratorio, etc.

Los dos jóvenes españoles estuvieron yendo todos los días a hacer bloques de cemento, con una máquina manual. Para este trabajo, bastante pesado de por sí, salían a la mañana luego del desayuno, en motocicleta hasta la aldea de Kalembela.

Allí trabajaban con la gente del lugar, que estaba feliz de verlos trabajar junto a ellos. Algunos jóvenes y hombres que por allí pasaban, se sumaban al trabajo, y lo más admirable es que muchos de ellos eran paganos. Pero el ejemplo conmueve, y la gente se movía a trabajar con ellos. Pedro y Víctor, se quedaban allí hasta la tarde, almorzaban la comida que la gente les preparaba… una comida muy sencilla, casi siempre lo mismo, a base de maíz. Esta es una de las cosas que a ellos también les admiraba, la sencillez y pobreza en que vive la gente de esta zona.

La iglesia ya está bastante encaminada, con las paredes levantadas hasta arriba del nivel del dintel de las puertas y ventanas. Esta capilla tiene como patrona a Santa Rita de Cascia, porque así lo pidió la persona que está donando todo para levantar esta iglesia. Siempre fue una muy pequeña comunidad, muy pocos cristianos. A pesar de ser un lugar no muy lejano de nuestra casa, tal vez unos seis kilómetros, sin embargo en su mayoría los habitantes son paganos. Agradecemos a Víctor y Pedro por todo el trabajo que hicieron con mucho sacrificio… Dios los bendiga y les retribuya el ciento por uno.

La gente de estos lugares siempre rezará por ustedes, lo mismo que por el Sr. Pablo y su familia, quienes están haciendo posible que esta capilla sea una realidad, y allí, en medio de tantos paganos, se pueda contar con un signo sensible de la presencia de Dios entre esta gente, signo de la presencia de la iglesia y de la fe… una “luz para alumbrar a las naciones”, brilla, pequeña, tenue… en Kalembela.

¡Firmes en la brecha!

P. Diego Cano, IVE

PD: agrego tres fotos de la antigua capillita de Kalembela, con paredes de barro y techo de hojas de palmera.

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