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Ushetu, Tanzania, 19 de noviembre, 2019

Les cuento ahora de la apertura de una nueva parroquia en los territorios de nuestra misión. Les refresco un poco la memoria, para que se pueda comprender mejor lo que voy a relatar. Nuestra misión de Ushetu contaba con 53 aldeas divididas en siete grupos, que llamamos “centros”. Siempre les dije que se trataba de un territorio enorme, que necesita la atención de muchos sacerdotes y misioneros. Llegamos a tener un total de 90.000 habitantes, esparcidos en un territorio de 2.400 km2. El año pasado, 2018, el obispo creó una nueva parroquia, dividiendo una parte de esta de Ushetu y agregando una parte de la parroquia vecina. Así el 25 de agosto de 2018 se inició la parroquia “San Pedro y San Pablo” de Nyamilangano. Esta parroquia fue dada a cargo a los padres del IVE, pero realmente llegaba a ser imposible atenderla como sería necesario, porque se aumentaba el trabajo debido a que se agregó una parte de otra parroquia, y así llegamos a atender el año pasado 61 aldeas, 100.000 habitantes, esparcidos en un territorio de 2.900 km2. Fue un año muy exigente, tanto que llegamos a tener más de 18 campamentos de niños de catecismo, 1.900 niños en total.

Este año 2019  el obispo seguía con la idea de volver a dividir la parroquia de Ushetu, porque continuaba siendo la más grande de toda la diócesis, es decir la más grande entre 27 parroquias. El vio la conveniencia de hacerlo este año, el crear una nueva parroquia y la anterior de “San Pedro y San Pablo” pasarla a los sacerdotes diocesanos, para una mejor atención. A nosotros nos pareció muy bien, así fue que en septiembre de este año dejamos la parroquia de Nyamilangano (escribí una crónica de esto), y comenzamos los preparativos de la apertura de la nueva parroquia de “San Martín de Porres” de Kangeme. Es decir, de las 43 aldeas y los cinco “centros” que quedaban dentro de la parroquia de Ushetu, se dividió casi por la mitad, y ahora tenemos dos parroquias (“Nuestra Señora de Lourdes” de Ushetu, y “San Martín de Porres” de Kangeme), atendidas ambas por los padres del IVE. Espero que me vengan siguiendo bien, y no los haya mareado con mis explicaciones.

Bien, había que encarar la apertura de una nueva parroquia, que significa mucho, al menos por estos lados. Nunca había asistido ni participado en la apertura de un nueva parroquia en mi vida, hasta el año pasado. Fue un trabajo muy grande. Y en esta ocasión también lo fue, pero con la ventaja de la experiencia pasada, todo se pudo preparar mejor, y nos causó menos dolores de cabeza.

Hubo que encarar muchas cosas, entre ellas, formar una nueva comisión de laicos y líderes, comisión “provisoria”, hasta que una vez que estuviera erigida la nueva parroquia, se pueda proceder a elegir una comisión de líderes permanente. Pero todo se desarrolló con muy buen espíritu y mucha participación de la gente. Estaban muy contentos de estar preparando algo histórico para ellos, y para las generaciones que vengan después: una parroquia nueva. Ellos saben que también eso significa un progreso y crecimiento en la fe, y un progreso también otros sentidos, porque la iglesia también trae progreso y desarrollo en el plano de la educación, de la salud, etc.

Hicimos muchas reuniones, casi siempre al aire libre, debajo de los toldos, para ir preparando todo. En la apertura no sólo estaría el obispo, sino también todos los sacerdotes de la diócesis, y representantes de todas las parroquias de la diócesis, representantes del gobierno, y muchos fieles pertenecientes a la nueva jurisdicción. Como se sabe, como la gente viene de lejos, hay que preparar comida para todos, y eso es una de las cosas que más tiempo lleva, porque había que recaudar lo necesario para dar desayuno y almuerzo a 1.500 personas. Contando también toda la parte organizativa de la liturgia, seguridad, limpieza, etc. Nos hacía acordar a los trabajos de las jornadas de las familias o de los jóvenes en nuestro tiempo de formación.

Este hecho de la apertura de la nueva parroquia, pienso dividirlo en un par de crónicas, porque hay mucho para decir, pero no quiero cansarlos. Aquí sólo destaco lo que significó el trabajo de mejorar todos los edificios de la futura parroquia. Gracias a la generosidad de un donante, pudimos encarar el arreglo de la iglesia, la casa de los sacerdotes (en lo que también me han ayudado ustedes mismos en campañas anteriores para recaudar ayuda, pero en esta oportunidad le dimos el toque final), dos casas que estaban afuera y sirven como depósitos (y también casas para visitantes o incluso un guardia que duerme a la noche allí), y la construcción de nuevos baños (letrina, mejor dicho, ya que las letrinas anteriores estaban en medio de las construcciones y muy cerca de la iglesia, con la consiguiente molestia que significaba). Y no quiero dejar de mostrarles, a manera de anécdota, la cantidad de escorpiones, grandecitos digamos, que encontramos mientras hacíamos limpieza en la casa y sus alrededores.

Aquí les mando fotos de cada una de las construcciones, del antes y del después. Dejo para la próxima contarles la visita del obispo y el recorrido por todas las aldeas de la nueva parroquia para determinar los límites de la nueva jurisdicción.

Fotos de la Iglesia antes y después y de la Casa de los sacerdotes antes y después

Depósitos antes y después

Baños antes y depués

Dios los bendiga. ¡Firmes en la brecha!

P. Diego Cano, IVE

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