Ayer San José nos regaló un día con lluvia, que realmente fue una bendición. Este año, lo he visto por primera vez en doce años por estas tierras, durante el tiempo de lluvia vivimos casi dos meses sin lluvias. La falta de agua en este tiempo, en que se debe plantar y cosechar, ha sido una prueba bastante grande. Ya sabemos que este no será un buen año en lo que se refiere a la comida de la gente, y que la vida será más difícil, sencillamente porque no se va a poder cosechar como en otros años. Sobre todo, los cultivos que ya se han visto perjudicados, como el maíz, que es uno de los productos básicos para la comida diaria. Sin embargo, la hermosa lluvia de ayer ayuda para los cultivos que todavía tienen posibilidades, como el arroz, y que también es muy importante.
El asunto fue que ayer llovió un poco a la mañana, pero a la tarde cayó una tormenta considerable, y que además duró casi cinco horas. Nosotros hemos podido construir un tanque de cemento para almacenar agua de lluvia, pero como suele suceder por estos lados, los albañiles no cumplieron con los tiempos, y se demoraron en terminarlo. La idea era que estuviera listo para antes de comenzar las lluvias, cerca de noviembre del año pasado, pero fue concluido en los primeros días de febrero. Y ya en este tiempo no ha llovido casi nada. Así que ayer, en medio de la tormenta, me fui varias veces a ver cómo entraba agua en la cisterna nueva. Parecía un loco, pues me debía subir con una escalera sobre el tanque, y allí veía con gran gozo entrar gran cantidad de agua, mientras me empapaba con la lluvia. Tal vez tendrían que vivir en estos lugares en tiempo de sequía para darse cuenta del valor que tiene para nosotros el agua, y porqué les estoy contando esto. Me alegré mucho de que fuera en el día de san José, que nos regalara algo tan importante para la vida diaria.
Pero, además, aunque sea de pasada, debo contarles algunas cosas que han sucedido en la misión en estas semanas. No son cosas tan llamativas o destacadas, pero así es también la vida en la misión, podemos decir que tiene su rutina también, con cosas que se repiten de un año al otro. Una de ellas, la entrada en la Cuaresma, por la puerta del Miércoles de Cenizas. Nosotros pudimos hacer, como todos los años, un retiro con los catequistas de las dos parroquias, Ushetu y Kangeme. Comenzando el lunes por la tarde, y terminando el miércoles de cenizas, con la misa a las 5:30 am. Durante el retiro se aprovecha a hablar de cosas en general de interés de los catequistas y su apostolado en las aldeas. Pero especialmente el martes por la tarde les dimos algunas meditaciones, para que puedan aprovechar mejor el tiempo de cuaresma que iniciábamos. Las hermanas Blessed Sacrament y Cor Iesu ayudaron en esta actividad, pues son las encargadas de la catequesis de ambas parroquias.
El miércoles de Cenizas pude celebrar tres misas, dos en Kangeme, en la parroquia, y otra en una aldea, en Mazirayo. Gracias a Dios los caminos están muy bien, pues los han arreglado, y porque ha llovido poco. Eso me facilitó llegar bastante a tiempo a Mazirayo, la iglesia de Nuestra Sra. de Luján. A esta iglesia vinieron también todos los jóvenes católicos del colegio secundario estatal de Ubagwe, que queda a unos dos kilómetros de la iglesia. Cuando llegaba con el auto se veía hermoso, en el camino que asciende hasta el poblado, la gran cantidad de jóvenes caminando para ir a la iglesia. Un espectáculo increíble. El catequista del lugar había ido a la escuela primaria para hacer la liturgia de la palabra y la imposición de las cenizas, y esto ayudó a que no fuera tan grande la multitud que participara en la iglesia. La iglesia es bastante grande, y pudo albergar a todos los fieles, todos los jóvenes y los adultos y niños que no van a la escuela. Pienso que tienen que haber participado más de 350 personas. Durante la misa comulgaron cerca de 130 feligreses. Después de la misa me quedé para confesar, y terminamos aproximadamente a las tres de la tarde. Desde allí fuimos a llevar la comunión a dos enfermos. Es muy bueno que los jóvenes del colegio puedan participar, porque es el único secundario de la zona, y por lo tanto allí estudian jóvenes de todas las siete aldeas de esa parte. Entonces los que vinieron a la misa son de todo ése centro, y por eso hubo tanta participación.
Otra de las cosas que pudimos realizar fue la Novena al Santo Cura Brochero. Como hemos traído una imagen grande del santo, y algunas más pequeñas, de a poco la devoción se va difundiendo. Para eso, hemos traducido la Novena al swahili, y la difundimos, regalándola a todos los que deseen rezarla. En la casa de formación y en la parroquia de Kangeme la rezamos, aprovechando también las imágenes que tenemos del santo padre Brochero.
Aquí en la parroquia la rezamos delante de una pequeña imagen, y los fieles que venían cada día, no eran muchos. Pero la rezamos con mucha devoción, todos los días, después de la misa. Una gracia que le pedíamos “al curita” como comunidad, era poder obtener la ayuda para terminar la construcción de la sacristía y la oficina de la parroquia. Gracia se nos concedió, y con abundancia, al día siguiente de su fiesta… ¡Gracias a Dios! Y ¡Gracias Cura Brochero! El día del inicio de la catequesis, el sábado que culminamos la novena, aproveché a contarles muy brevemente algo de la vida de Brochero a los niños, y luego nos sacamos algunas fotos con el santo, aclamado por los niños con aplausos y cantos. En la casa de formación pudieron hacer una procesión el domingo, después de la misa, con la imagen grande del santo, y con la reliquia suya de primer grado que allí se guarda para veneración de los fieles.
Respecto a la devoción, les cuento. No es que la devoción sea “popular”, es decir, que se vuelquen multitudes a rezarle a nuestro santo “argentino”, que ahora es de toda la Iglesia, por mejor decir. Nosotros, que venimos de Argentina, y que vivimos cerca de la obra del santo, que hemos visto su obra y los efectos de su labor misionera tras las sierras cordobesas, la devoción nos brota del fondo del alma. Pero para quienes viven en una cultura tan distinta a la nuestra como ésta de Tanzania, a tan gran distancia, y que por lo tanto les hace difícil ver la magnitud de lo que hizo San José Gabriel, la devoción no surge tan “espontáneamente”. La devoción a un santo, o a algún misterio de la fe, proviene directamente del Espíritu Santo, que obra en las almas. Pero, a su vez, hay que sumar el trabajo de la predicación de la iglesia, y el trabajo misionero. Sabemos que en muchos casos son los misioneros los que difundieron en una región alguna devoción particular: al Sagrado Corazón, o a la Virgen, o a algún santo. Así lo hemos visto en tantas partes. Es por eso que la devoción a nuestro santo Cura Brochero, irá creciendo de a poco, por trabajo interior del Espíritu Santo en las almas, y en la medida que nosotros trasmitamos el amor que le tenemos, y a la vez que demos a conocer su vida, sus enseñanzas, y sus obras. Y en ese trabajo estamos, poco a poco, que vaya cada uno tomando la devoción que Dios le inspire, y dando a conocer distintos santos y devociones.
Y finalmente les cuento de la visita de los chicos del Hogar de discapacitados “San Luis Orione” a la parroquia de Kangeme. Este apostolado con los enfermos que más necesitan, es un trabajo que siempre da mucho fruto, por el gran testimonio de caridad cristiana. Es la caridad en obras, la caridad en acción. Esto lo sabemos de sobra, por todo lo que se nos ha enseñado en la Congregación, y por lo que siempre vemos en los Hogares que la Familia Religiosa atiende en todo el mundo. Este apostolado con los enfermos lo llevan adelante dos hermanos, que están en la comunidad de la casa de formación, y atienden cinco internos, uno de ellos es grande, tiene más de 30 años, y otros cuatro niños. En alguna oportunidad podré escribirles una crónica contando especialmente de este apostolado, pero ahora me quiero ceñir a lo que hicimos el domingo pasado con ellos.
Como en la diócesis se había decretado que el fin de semana pasado era el jubileo de los discapacitados y enfermos, aprovechamos para invitarlos a los chicos del Hogar a que vengan a visitarnos a Kangeme. Ellos participan todos los domingos de la misa parroquial en Ushetu, y por la tarde van algunas veces al Oratorio parroquial. Entonces, la gente de esa parroquia están acostumbrados a verlos y tratarlos, pero no así la gente de Kangeme. Por eso fue algo muy hermoso que vinieran, y que estuvieran con nosotros. Al final de la misa pasaron al frente y el Hermano Emanuel los presentó a cada uno. Luego pasó toda la gente a saludarlos y darles alguna colaboración o regalo, como es tradición por estas partes. Fue muy emocionante, y al inicio algunos niños no se animaban a darle la mano a Johny, uno de los beneficiarios, con un poco de miedo, sin saber cómo tratarlos.
Luego fueron tomando confianza y finalmente, después de la misa los niños y niñas se quedaron para jugar con ellos. Terminamos con un almuerzo festivo, sencillo, pero muy alegre, con música, baile, cantos y torta. Era increíble ver la cara de alegría de los chicos del Hogar. Pero ciertamente que los más beneficiados hemos sido nosotros con su visita, pues así nuestra gente va creciendo en el sentimiento cristiano, comprendiendo la importancia de etas obras de caridad, y la fuente de bendiciones que son para nosotros. Mucha gente quedó muy bien impresionada, viendo la obra inmensa que hace la iglesia católica, por medio de la Congregación, en un lugar tan difícil.
Mil gracias a Todos por leer hasta aquí. Dios los bendiga.
¡Gracias a todos los que han ayudado con la colecta para la sacristía!
¡Firmes en la brecha! ¡Viva Brochero! ¡Viva el Hogarcito de Tanzania!
Recen por todos nosotros, rezamos por ustedes.
P. Diego Cano, IVE
Comentarios 1
Padre Diego muchas felicidades por su gran esfuerzo y dedicación para con su obra. Muchas bendiciones para todos ustedes.