Ushetu, Tanzania, 2 de mayo de 2022
Me sabrán disculpar que comienzo otra crónica con atraso, pero me parece que no es bueno pasar por alto algunas cosas que han pasado en la misión, porque me gusta que también que queden registradas. Voy a contarles un poco de la semana santa y la fiesta de Pascua.
Este año, por primera vez se predicaron Ejercicios Espirituales de San Ignacio a laicos en el tiempo de la Semana Santa. Un detalle que se nos había pasado al comenzar la organización fue que terminaban el Domingo de Pascua al mediodía, y entonces los días iban pasando y muy pocos se anotaban. Finalmente averiguamos y algunos de los laicos más amigos nos decía que era un poco difícil hacerlos porque el almuerzo de la Pascua es muy importante tenerlo con la familia. Muchas veces los hijos que están estudiando afuera, en otras ciudades, aprovechan para venir a la casa y pasar esta fiesta en familia. Es verdad que para ellos el almuerzo del domingo de Pascua es como para nosotros la cena de Nochebuena. Ningún miembro de la familia puede faltar, especialmente el papá o la mamá, porque todos deben festejar juntos ese día. Entonces, los Ejercicios Espirituales se adelantaron un día, comenzando el miércoles santo a la noche, y terminando el sábado con la Vigilia Pascual. Participaron 19 varones y 31 mujeres, y fueron predicados por los padres Víctor Guamán y Pablo Folz respectivamente.
A su vez, como se imaginan, las parroquias de Ushetu y Kangeme debían seguir con su ritmo normal de actividades por esos días. Así que en la parroquia de Ushetu celebró todas las ceremonias el P. Martin Connolly, y en Kangeme estuve yo. El P. Martin se esforzó muchísimo, con gran preparación, para hacer todas las ceremonias, practicarlas, y predicar en cada una de ellas. La gente estaba muy contenta por esto, pues el P. Martin hace sólo seis meses que ha llegado y ya está a pleno con el trabajo apostólico.
La gente participa muy bien de las ceremonias de Semana Santa, pero debo ser sincero que no es una participación multitudinaria. No hay tradiciones arraigadas, y por eso los que asisten son los que siempre están más cerca, y son católicos fervientes. Esto se debe a que nuestras parroquias no tienen cientos de años de tradición cristiana. Pensemos un Ushetu, con tal vez ochenta años, pero veinte años estuvo cerrada. Y podemos contar que hace veinte años, aproximadamente, cuenta con sacerdotes viviendo en este lugar. La parroquia de Kangeme, como saben, tiene solo tres años desde su creación, y hasta el día de hoy la seguimos atendiendo desde Ushetu, es decir que la estadía del sacerdote en el lugar es esporádica. Por esta razón aún es más difícil que participen en las actividades del Jueves Santo, Viernes Santo, y hasta de la Vigilia Pascual. Por supuesto que para todos la “gran fiesta” es la de Pascua, donde asiste todo el mundo, y allí sí podemos decir que son multitudes. Pero como misioneros es nuestro deseo que lleguen a vivir mejor todo el misterio pascual, que como sabemos consiste en pasión, muerte y resurrección del Señor. Que sin la pasión y cruz no hay resurrección. Pero como siempre lo recordamos, es nuestro trabajo como misioneros, enseñar, repetir, insistir, corregir… y de a poco se van viendo cambios, de un año a otro, podemos decir que siempre hay un progreso en la fe y en la práctica de la fe.
Pero bien, por cierto que llegó el día tan esperado de la Pascua. Aquí lo viven de una manera especial, con cantos muy alegres, con bailes, con festejos. Los coros de cada capilla se preparan practicando cantos nuevos cada año, y también buscan hacerse uniformes nuevos. Los papás que pueden les regalan a sus hijos ropas nuevas, que visten con gran alegría para la ceremonia de la Vigilia Pascual, o el Domingo por la mañana. También es tradición hacerles algún regalo de dinero para que puedan comprarse algunos dulces ese día. Los poblados se llenan de gente en el centro, todas las personas que vienen aún de los lugares más alejados, se acercan al pueblo para festejar. Hay música, hay venta de dulces y caña de azúcar, y un hormigueo de grandes y chicos con sus ropas nuevas.
En nuestra misión, en ambas parroquias, organizamos un especial día de oratorio, con kermesse o juegos, y así los chicos jugando pueden llegar a comprarse algún caramelo. De esta forma hasta los chicos de las familias más pobres pueden irse con un regalo a su casa, sin usar dinero, sino sólo jugando. Nuestras parroquias se llenan de cientos y cientos de niños, literalmente hablando. Los festejos además se extienden hasta el lunes de la octava de pascua, donde sigue siendo feriado también en las escuelas, y por eso la gente participa de la misa el domingo de pascua y el lunes siguiente. Los chicos vienen todos ambos días a jugar y a comprar. En el kiosco donde se vende, lo hacemos a menor precio del que sería necesario, pues lo que queremos es que los chicos vengan a la misión, y festejen aquí en un buen ambiente, cristiano y muy alegre. Se da en los festejos en el centro del pueblo que hay mucho alcohol, mala música, y mal ambiente, con muchos malos ejemplos para nuestros niños y jóvenes.
Hace unos días, mientras nos dirigíamos a una misa en una aldea lejana, la misa de acción de gracia de los votos de la hermana Maria wa Huruma ya Mungu (María de la Misericordia de Dios), en el vehículo viajaban tres señoras que las había invitado la hermana. Ellas en el viaje iban hablando de todo, y entre esas cosas comentaban que sus hijos, el día domingo al mediodía estaban ansiosos de salir hacia la misión. Hasta el punto que les decían que si el almuerzo se demoraba ellos se irían sin almorzar a la parroquia, ¡porque están los juegos y los premios! Ellas se reían mucho de esto, y nos felicitaban, porque desde hace varios años todos los niños cercanos a nuestra aldea vienen aquí para festejar. Creo que se logra realmente lo que Don Bosco quería, que fueran “oratorios festivos”, que los días de fiesta se sientan atraídos al oratorio, y que este sea el lugar preferido para pasar los días sin clases, los días de fiesta.
Los misioneros siempre daremos gracias por la formación recibida, pues nos enseñaron todo. Entre esas cosas, también nos enseñaron a misionar, a trabajar pastoralmente, y ser fieles a los métodos y las genialidades de los grandes santos. Lo que hacemos nosotros es lo que han hecho ellos, y sigue dando fruto siempre.
¡Vivan San Ignacio de Loyola, San Alfonso María de Ligorio, San Juan Bosco, San Luis María, y tantísimos santos por habernos legado los Ejercicios Espirituales, las Misiones Populares, los Oratorios Festivos, la Devoción a la Virgen, y mil cosas más! Mil gracias a la querida Congre que nos trasmite esto de una manera viva, siendo fieles al espíritu y al carisma del Instituto, y siendo fieles al espíritu y la manera que lo aprendimos de nuestro fundador.
¡Viva la Misión! ¡Firmes en la brecha!
Y ¡Felices Pascuas para todos!
P. Diego Cano IVE
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El Señor siga Bendiciendo su misión. Nos encontramos en la Oración.