Espero que todos hayan tenido un buen inicio del año 2025, con la gracia y bendición de Dios. Esta viene a ser la primera crónica de este año, pero todavía me queda por escribir varias cosas que sucedieron antes de fin del año pasado.
Tengo que comenzar con la navidad, y pongo ante mi vista la imagen del Niño Dios de la iglesia de Kangeme, donde celebré la misa de Nochebuena. En Ushetu celebraron los padres que están en la casa de formación. Es muy hermoso ver cómo la iglesia viene adornada de manera muy simple, con algunas guirnaldas y luces, y eso produce alegría en el alma. La imagen del Niño Jesús que tenemos en Kangeme proviene de Ecuador, tallada en madera, policromada, y con dos bellos ojos de vidrio que brillan con la luz que pusimos dentro del pesebre. Al terminar la misa hicimos el acto de adoración del Niño, y como aquí no tienen la costumbre de besar las imágenes, se les deja a libertad, es decir, a lo que les mueva su piedad, ya sea que quieran hacer una reverencia con la cabeza, o tocar la imagen y hacerse la señal de la cruz, o bien besarla. Pude percibir que la mayoría prefiere hacer el acto de tocar la imagen, tomando gracia, y hacerse la señal de la cruz. Apenas terminamos los cantos navideños que acompañaban a este acto, se desató una gran tormenta, con muchísima agua y con viento.
Algunos habían alcanzado a salir de la iglesia y se apuraron a llegar a sus casas, pero otros quedaron “atrapados”, pues realmente no se podía dar un paso fuera sin empaparse. Además, que en semejante aguacero, no se ve nada, una total oscuridad en las calles y los caminos; y al ser todos caminos de tierra, se convierten en verdaderos ríos. Una odisea para la gente mayor y los niños pequeños. Así que pusimos un poco de música navideña y ahí aprovecharon algunos a rezar delante del pesebre, y después se acompañaban los cantos cantando, y hasta con los bailes tradicionales de los niños. Cuando ya disminuyó el agua, muchos comenzaron a ir a sus casas, cerca de las 23:30 de la noche. Tal vez algunos de ustedes pensarán en que se demoraron para sus cenas de nochebuena con la familia, pero en realidad aquí es tradición hacer la comida festiva el 25 de diciembre al mediodía, y por eso nadie tenía gran urgencia ni angustia de tener que quedarse en la iglesia hasta que amaine la lluvia.
El día de navidad nos esperaba bastante trabajo y todavía veníamos recuperándonos de los trabajos que les conté en la crónica pasada. Además que debíamos encarar una segunda tanda de actividades fuertes: pesebre viviente, oratorios, primeras comuniones, dos campamentos, y fin de año. El 25 estuvimos dedicados a las misas de la mañana, y después la preparación del oratorio, que como es tradición en nuestras parroquias aquí en Tanzania, incluyen un día de kermesse, es decir diversos juegos para obtener cupones que se cambian en una tienda donde encuentran gran cantidad de golosinas. Al terminar el día, antes de que los niños regresaran a sus casas, las aspirantes hicieron un teatro de títeres, representando a Don Bosco y santo Domingo Savio. Los niños siempre entusiasmados con las cosas más simples. Ése mismo día en Ushetu se realizó el Pesebre Viviente, producido por las hermanas, con mucho sacrificio, a la vez con gran participación de actores y público.
El 26 de diciembre es costumbre en Tanzania seguir los festejos. Se llama “boxing day”, como en Inglaterra, y es una herencia del tiempo de la colonia inglesa. Es tradición que se celebra misa con los horarios del domingo o del día de navidad, y se siguen los festejos. Nosotros cada año hacemos las primeras comuniones en la parroquia de Kangeme, de los centros más cercanos a la parroquia. Este año hicieron su primera comunión 119 personas, la mayoría niños y jóvenes, entre ellos algunos pocos adultos. Con ellos completamos un total de 228 primeras comuniones entre ambas parroquias, de Ushetu y Kangeme. ¡Gracias a Dios! Los festejos estuvieron muy lindos, con comida, y regalos. El día nos acompañó con un sol radiante, y ese clima se mantuvo casi toda la semana siguiente, en la segunda tanda de campamentos, nuevamente, gracias a Dios.
Al terminar los festejos de la primera comunión, ya estaban llegando los niños que comenzarían su campamento, y los niños que venían al segundo día consecutivo de oratorio… y de kermesse. Con respecto a los campamentos, en Kangeme desde el 26 a la tarde estarían los varones, y en Ushetu las niñas. En esta tanda hubieron 170 varones en Kangeme, y 220 niñas en Ushetu. Los campamentos terminan en distintos días, para poder organizar mejor la clausura de los mismos, las misas, las entregas de premios y los viajes de los vehículos. Sobre todo en la parroquia de Ushetu, pues había que llevar una gran cantidad de niñas hasta las aldeas más lejanas, por caminos muy malos, y haciendo varios viajes, usando el colectivo y las camionetas. El bus llega hasta un punto donde ya no se puede seguir por el mal estado del camino, y las camionetas hacen viajes de 15 km más o menos, para acercar a las niñas hasta un punto, desde donde deben seguir caminando algunos kilómetros más. Los campamentos de este año se destacaron por una mayor participación de los niños en las actividades de piedad, especialmente la misa, el rosario, y la confesión. La clausura de los campamentos siempre es algo lleno de alegría, difícil de describir, pues entregamos muchísimos regalos, gracias a las donaciones que hemos recibido. Es emocionante verlos a todos tan contentos y dando mil veces las gracias.
El campamento de varones terminó el 31 de diciembre por la tarde, a pocas horas de celebrar la misa de fin de año. Es increíble cómo se suceden los trabajos apostólicos esos días. El primero de enero, misas por la mañana, Solemnidad de Santa María Madre de Dios. Por la tarde, ¡otra vez oratorio!, y ¡otra vez kermesse! El mismo día, cuando cayó el sol, tuvo lugar el Pesebre Viviente, esta vez en Kangeme. Era la primera vez que se hacía con la participación de niños y jóvenes de esta parroquia. Estuvo muy lindo, muchísima gente en el salón parroquial, y pensamos que el próximo año, si el clima nos lo permite, sería bueno hacerlo afuera, pues ya no entraba ni un alfiler.
No sé si me he olvidado de contarles algo, pues son muchas cosas, y ni siquiera he podido contarles muchos detalles o anécdotas -que las hay a montones-. Simplemente damos gracias a Dios por haber podido realizar todas estas actividades, con tantos frutos espirituales, muchos de los cuales ni siquiera se pueden ver, medir, o contar con números. Gracias a Dios por todas las gracias con las que nos bendijo en el 2024, por las alegrías y las tristezas por las que tuvimos que pasar, por medio de las cuales Dios nos ha bendecido.
Incluyo en las fotos unas de nuestros chicos de la casa de misericordia, que siempre nos alegran con su presencia. Para esta navidad todos fueron vestidos con ropa de fiesta, todos iguales, como se hace aquí en las familias, que todos los hermanitos se hacen la ropa nueva de navidad con la misma tela. En esta casa nuestros hermanos dan un gran testimonio de caridad, y nos ayudan con sus oraciones, con nuestras “piezas claves”.
Me despido deseándoles a todos un santo año 2025, y ¡firmes en la brecha!
P. Diego Cano, IVE
Si desea saber más sobre la misión del P. Diego en Tanzania o colaborar con las campañas, haga clic en el siguiente enlace: https://www.facebook.com/misioneroentanzania
Comentarios 1
Felicidades Padre por toda su ardua labor y misión en todas y cada una de las actividades de su parroquia. Que Dios se siempre me les bendiga con su amor y misericordia. Y Gracia abundantes.