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“Vienen los tiempos mas malos 

Que en este mundo se han visto

Parecieran las señales 

Del tiempo del Anticristo”[1]

 

Muchas son las modernas tentativas para tratar de explicar lo que está mal con nuestra civilización. Las distintas escuelas de pensamiento concuerdan en advertir que algo anda mal en nuestro mundo, y sin embargo solo aquellos que poseen la luz de la verdadera fe pueden dar con el diagnostico exacto: “La enfermedad mental especifica del mundo moderno, afirma sin dudarlo el P. Leonardo Castellani, es pensar que Cristo no vuelve mas, o al menos no pensar que vuelve”[2].

El diagnostico tajante del gran teólogo argentino se muestra cierto al analizar las distintas tentativas utópicas de las filosofías de moda, que no se cansan de prometer al hombre un “paraíso terrenal” y que siempre han cumplido su palabra creando un verdadero infierno: allí quedan como testigos de ello los Gulags soviéticos; Auschwitz y Dachau; y mas recientemente el infierno del aborto y la eutanasia, la miseria y la violencia creciente, el miedo, el desenfreno sexual cada vez mas antifamilia y antinatural, y sobre todo, como corona de este pseudo-paraíso, la desesperación y el tedio por la vida… todo ello grita para quien tiene odios para oír, que el ansiado paraíso terrenal, tanto en su versión liberal como comunista, tiene mas de infierno que de paraíso pues se muestra tan enemigo de Dios y del hombre. Es evidente pues que este nuestro mundo moderno y tecnológico, que desprecia la fe en Dios y que   pone sus esperanzas en la ciencia y hasta en vacunas experimentales,  piensa, defiende y sostiene que Cristo ya no vuelve.

Delante del “aparente” crecimiento del mal, de la apostasía y de la idiotez de masas,  el cristiano está llamado a mirar al cielo y a leer a la luz de la fe la historia y los mismos eventos intramundanos que le tocan en suerte vivir: “si se examinasen los hechos históricos, aisladamente, sin unirlos con una proyección única de luz, estos hechos no tienen sentido […] si no se los vincula con una luz superior, que en ultimo caso no puede ser sino la insondable voluntad divina, manifestada al hombre en la Revelación…. De aquí que el filosofo cristiano que quiera penetrar en el sentido de los hechos históricos, no pueda prescindir de la luz teológica que le proporciona la Revelación.”[3]

La mirada cristiana es siempre una mirada de esperanza pues tiene como objeto el acto final del drama de la historia: La manifestación gloriosa del Señor o Parusía. Es Jesucristo, “aquel por quien todo fue hecho, y sin el cual nada existe”, quien es la clave de lectura de la historia de los hombres; Aquel que fue la primera palabra que dio inicio a la historia se ha reservado también la ultima. De allí que para entender la historia hemos de entender con Castellani que: “el dogma de su segunda venida o Parusía es tan importante como el de la Primera venida o Encarnación. Si no se entiende esto no se entiende la Historia, porque el termino de un proceso da sentido a todo el proceso”[4]

Debemos examinar los hechos presentes, no para alarmarnos, sino para mirarlos como lo que son, como un preludio de la gloriosa venida del Rey. La esperanza y alegría cristianas no se apoyan en una persona o institución puramente humana, ni en las ciencias y mucho menos en vacunas. La esperanza y alegría del cristiano, brota de saber que Dios es y el mal no es y están colocadas en la Persona divina y adorable del Verbo Encarnado, presente en su santa Iglesia a quien sine dubio otorgará la victoria final:

“El universo no es un proceso natural, como piensan los evolucionistas o naturalistas, sino que es un poema gigantesco, un poema dramático del cual Dios se ha reservado la iniciación, el nudo y el desenlace; que se llaman teológicamente Creación, Redención, Parusía. Los personajes son los albedríos humanos. Las fuerzas naturales, son los maquinistas. Pero el primer actor y el director de la orquesta es Dios”[5]

Nos toca vivir después de la pandemia, un tiempo en que se manifiesta cada vez mas la loca y sombría tentativa de implantar como verdadero “paraíso” una nueva sociedad tecnócrata, o mejor dicho con el P. Meinvielle, “Satanocratica” donde reine la diosa ecología, la economía sustentable, la fraternidad universal entre los hombres, y la inmortal “justicia” social, pero todo sin Cristo y sin su santa Iglesia. De allí que sea cada vez mas imperioso para los fieles recordar las palabras del Señor: No temas pequeño rebano… (Lc 22, 32) pues como dijeron aquellos dos ángeles: “este mismo Jesús, vendrá así tal como le habéis visto subir al cielo” (Hch 1,11)

La ultima palabra de la historia, no la tendrá el mal sino aquel que es la Palabra Encarnada, fuente de nuestra esperanza. “No tiembles. La Verdad es volvedora”[6] dice Castellani y nosotros agregamos con san Pablo: “El que no quiera al Señor, ¡sea anatema! ¡Maran atha!” (1 Cor. 16,22)

[1] L. Castellani, El Nuevo Gobierno de Sancho (Buenos Aires 2014) 310.

[2] L. Castellani, Cristo ¿vuelve o no vuelve? (Buenos Aires 2004) 15.

[3] J. Meinvielle, Los tres pueblos bíblicos (Buenos Aires 1937) 11-12.

[4] L. Castellani, idem.

[5] L. Castellani, idem.

[6] L. Castellani, Libro de las oraciones (Bueno Aires s/d) 208.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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Comentarios 10

  1. Ana Cecilia Campo López. dice:

    Excelente reflexión sobre el momento histórico que vivimos desde el punto de vista teológico católico, sin alarmismos ni terrorismos, pero si con determinación y gran sentido de observación de la realidad violente y secular que rodea nuestra existencia en este momento. La venida de Cristo expuesta como una gran ESPERANZA nos fortalece, y no queda esta importante conclusión de la historia humana dirigida por el Dios creador, en manos de algunos hermanos PROTESTANTES que enfatizan este aspecto con tono intimidante y desconcertante. Hablar verdad es esencial para el cristiano católico y no podemos seguir negando ingenuamente lo apartados que vivimos los hombres contemporáneos del DIOS AMOR. Gracias por tan interesante reflexión. Mirar la realidad como es…… es sanador…..no importa el desafío que está ante nuestros ojos para perseverar en la FE.

  2. Gladys Farias dice:

    Que linda reflexión . sin Dios Nada es posible.Es el creador.
    Que hermoso mensaje Mí Querido e inolvidable ex alumno Padre Emanuel . cuántos recuerdos hermosos tengo de vos..Eras mí orgullo como alumno .Me emociona😭 y enorgullece haber sido tu Maestra ,ya eras desde chiquito ,un elegido del Señor.Siempre estás en mí corazón 🙏🙏🙏🙏 también es obra de Dios esto, Siempre nos cruza los caminos.TQM .
    Lluvia de Bendiciones y besos
    y mí respeto .cuidate mucho

    • P. Emanuel Martelli dice:

      Muchas gracias Señorita! Dios la bendiga! Guardo hermosos recuerdos suyos de la primaria!!!

  3. Miguel Ángel dice:

    Excelente reflexión !!! Muchas gracias por compartir !!! Ánimo no tengamos miedo Dios con nosotros !!! Amén Gracias 🙏🙏🙏

  4. Rosalba Cardona dice:

    Padre Emanuel que hermosa reflexión sobre este tema tan olvidado a mi parecer. Que luz tan clara nos revela acerca de los acontecimientos actuales vistos desde la eternidad. Amen. Dios lo bendiga!

  5. Silvia Icela dice:

    Qué buena reflexión, breve y muy clara, qué importante es ver la realidad y preservar la fe.

  6. Liliana dice:

    Muchas gracias Padre por tan sana y excelente reflexión!!! Y gracias por traernos al P. Castellani… Que la Virgen lo proteja!!

  7. Rolando Crisóstomo Matias dice:

    Excelente reflexión

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