MEDITACIONES PARA RECTIFICAR LA IDEA QUE TENEMOS DE NOSOTROS MISMOS
Enlaces a las anteriores publicaciones:
- Quién soy, qué soy.
- Lo que soy: hecho a imagen de Dios
- En quién y en qué me he convertido. “He pecado”.
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En quién y en qué me he convertido. “He pecado”.
- “‘El hombre, persuadido por el Maligno, abusó de su libertad, desde el comienzo de la historia’ (GS, 13). Sucumbió a la tentación y cometió el mal. Conserva el deseo del bien, pero su naturaleza lleva la herida del pecado original. Ha quedado inclinado al mal y sujeto al error. ‘De ahí que el hombre esté dividido en su interior. Por esto, toda vida humana, singular o colectiva, aparece como una lucha, ciertamente dramática, entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas” [GS 13,2]” (Catecismo, 1707).
- Sin entender el misterio del pecado, no puedo entender mi realidad actual ni la del hombre en general: “La doctrina sobre el pecado original —vinculada a la de la Redención de Cristo— proporciona una mirada de discernimiento lúcido sobre la situación del hombre y de su obrar en el mundo. Por el pecado de los primeros padres, el diablo adquirió un cierto dominio sobre el hombre, aunque éste permanezca libre. El pecado original entraña ‘la servidumbre bajo el poder del que poseía el imperio de la muerte, es decir, del diablo’ (Concilio de Trento). Ignorar que el hombre posee una naturaleza herida, inclinada al mal, da lugar a graves errores en el dominio de la educación, de la política, de la acción social y de las costumbres” (Catecismo, 407).
- Con mi pecado he herido mi naturaleza, he faltado a la razón, he ofendido a Dios y al prójimo: “El pecado es una falta contra la razón, la verdad, la conciencia recta; es faltar al amor verdadero para con Dios y para con el prójimo, a causa de un apego perverso a ciertos bienes. Hiere la naturaleza del hombre y atenta contra la solidaridad humana” (Catecismo, 1849).
- Con mi pecado me he transformado en un ofensor de Dios: “El pecado es una ofensa a Dios: Contra ti, contra ti sólo he pecado, lo malo a tus ojos cometí (Sal 51,6). El pecado se levanta contra el amor que Dios nos tiene y aparta de El nuestros corazones. Como el primer pecado, es una desobediencia, una rebelión contra Dios por el deseo de hacerse ‘como dioses’, pretendiendo conocer y determinar el bien y el mal (Gn 3,5). El pecado es así ‘amor de sí hasta el desprecio de Dios’ (San Agustín). Por esta exaltación orgullosa de sí, el pecado es diametralmente opuesto a la obediencia de Jesús que realiza la salvación” (Catecismo, 1850).
- Pero Dios no me ha abandonado en mi pecado: “Por su pasión, Cristo nos libró de Satán y del pecado. Nos mereció la vida nueva en el Espíritu Santo. Su gracia restaura en nosotros lo que el pecado había deteriorado” (Catecismo, 1708).
- Al descubrirnos y enfrentarnos a nuestros pecados, Jesús nos hace una extraordinaria gracia: “Como afirma san Pablo,donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia (Rm 5,20). Pero para hacer su obra, la gracia debe descubrir el pecado para convertir nuestro corazón y conferirnos la justicia para la vida eterna por Jesucristo nuestro Señor (Rm 5,20-21). Como un médico que descubre la herida antes de curarla, Dios, mediante su palabra y su espíritu, proyecta una luz viva sobre el pecado: La conversión exige el reconocimiento del pecado (Juan Pablo II)” (Catecismo, 1848).
P. Miguel A. Fuentes, IVE
Comentarios 4
Me Encanta la Profundidad de Voz Católica, al priorizar éstas Reflexiones y Meditaciones… Qué Gracia del Buen Padre Dios Inestimable!!! Gracias y Mil Bendiciones del Buen Padre Dios 🙏😇🙏
Pienso que la peor mentira del demonio es hacernos creer que somos lo que no somos
Pienso que la peor mentira del demonio es hacernos creer que somos lo que no somos Libranos Señor
Dicen en los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola que cuando cometemos pecado, la naturaleza entera se nos echarí encima, pues estamos ofendiendo su creador. Creo que no dimensionamos el pecado, por eso no llegamos a una conversión real.
Gracias por compartirnos estos artículos que nos ayudan a profundizar y a reflexionar sobre lo que implica el pecado y sobre todo la Gracia de Dios.