📖 Ediciones Voz Católica

Más leído esta semana

Este año celebramos, con gran alegría y gratitud a Dios, 19 años de presencia monástica del Instituto del Verbo Encarnado en la Casa de Santa Ana, ubicada en Séforis, Tierra Santa.

La propiedad pertenece a la Custodia Franciscana de Tierra Santa. En 2006, cuando este lugar santo se encontraba cerrado y sin presencia de una comunidad franciscana, nuestros religiosos solicitaron al custodio de ese entonces, Mons. Pierbattista Pizzaballa (hoy Patriarca Latino de Jerusalén), la posibilidad de cuidar y custodiar el sitio. Con el apoyo del P. Gabriel Romanelli, quien era en ese momento el superior provincial, se dio inicio a la vida monástica en este lugar sagrado.

 Séforis es actualmente un parque nacional y también un moshav, es decir, un barrio hebreo. En esta zona no viven cristianos, salvo los monjes. Somos apenas tres cristianos en todo el entorno. Aun así, y por pura gracia de Dios, desde 2006 hay un Sagrario y se celebra la Santa Misa todos los días, haciendo de este rincón un verdadero oasis de oración.

Aquí llevamos adelante la vida contemplativa: el silencio, la oración constante, el trabajo escondido y el cuidado amoroso de un lugar santo. En los últimos años, también ha comenzado a retomarse, aunque poco a poco, la peregrinación. Antes de nuestra llegada, hacía más de 30 años que no se recibían peregrinos, lo que había hecho que se perdiera parte de la tradición del lugar.

De hecho, muchos cristianos locales ya no sabían dónde se encontraba la Casa de Santa Ana. Al estar ubicada dentro de un barrio hebreo, no se la asociaba con una iglesia, y su importancia histórica y espiritual había quedado casi olvidada. Gracias a Dios, hoy ya son muchos más los que conocen y visitan este lugar.

Nuestra misión principal en Séforis es vivir la vida monástica contemplativa, cuidando este lugar que ha sido declarado santuario hace algunos años. También desarrollamos un hermoso apostolado, tanto con peregrinos como con no cristianos que se acercan por curiosidad o buscando respuestas, y desean conocer más sobre la vida religiosa y el sentido de la vocación monástica en la Iglesia Católica.

Damos gracias a Dios por estos 19 años de fidelidad y presencia, y rezamos por todos aquellos que nos confían sus intenciones. Desde este rincón santo de Tierra Santa, la Casa de Santa Ana, tenemos el privilegio de custodiar no solo un lugar histórico, sino también un pequeño faro de fe y esperanza en medio de un mundo necesitado de Dios.

P. Jason Jorquera

                                     

Seguir Leyendo

Comentarios 2

  1. Telma alfaro dice:

    Que bonito gracias al vervo encarnado por su labor que Dios les siga ayudando en todo.

  2. Erika dice:

    Gracias por vuestro testimonio y por ser luz y sal en este mundo! Que Dios os bendiga y la Virgen y Santa Ana os proteja. Amén.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Acepto los Términos y condiciones y la Política de privacidad .

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.