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El santo Evangelio está lleno de variados y coloridos detalles para meditar, como la particular y tan cotidiana invitación a una boda; Jesús junto a su Madre y sus primeros discípulos antes de ser conocido; el primer milagro y la primera intercesión documentada de María santísima y su confianza en su Hijo, etc.

Pero resaltemos especialmente, mis queridos hermanos, cómo estas sencillas bodas marcan un verdadero “antes y un después”, ya que -como bien sabemos-, a partir de aquí podríamos decir que se termina oficialmente la vida oculta de Jesús para dar comienzo a su vida pública, en la cual predicará abiertamente el Reino de los Cielos y llamará para sí a los pecadores que, arrepentidos, quieran aceptarlo. Sí, antes y después de Caná las cosas cambian completamente, ya que, junto con el término de los años de preparación de Jesús para su gran misión y el inicio de la misma, también nos encontramos con el comienzo de otra gran misión; y nos referimos a la de María santísima en su oficio de “intercesora”, asentando así las bases de su maternidad que, a partir del Calvario, se extenderá a todos sus hijos por la fe.

El primer comienzo: la vida pública de Jesús

Tan importante es la obra de la redención de la humanidad que el Hijo de Dios dedicó 30 años de su vida terrena a prepararla, en el silencio de Nazaret; porque así convenía hacerlo, ya que mientras más grande sea una obra más grandes y fuertes han de ser sus cimientos. Y así como en una exposición de arte se descubre el trabajo del artista para que los presentes puedan contemplarlo y gustar de él, de la misma manera en Caná de Galilea Jesús manifestó por primera vez su gloria, ante lo cual “creyeron en Él sus discípulos” al mismo tiempo que, como hemos dicho, terminaba oficialmente su vida oculta.

En Caná de Galilea, pequeño pueblo a tan sólo 20 minutos de nuestro monasterio, comenzó algo demasiado grande como para quedarse contenido allí: se convierte el agua en vino, sí, pero más importante aún, la fe comienza a echar raíces en los corazones de los pecadores convirtiéndolos en creyentes. También Jesús nos da la primera muestra de la predilección que tiene por aquello que le pide su Madre e inaugura “la Buena nueva de salvación”, dándonos a conocer que su preocupación son las almas, pues desde el principio y hasta el final sus milagros serán exclusivamente en beneficio de los demás.

Valor simbólico del milagro: al comentar este pasaje del Evangelio, los autores afirman que “el vino nuevo que aparece al final”, luego del vino más barato y de menor calidad, se refiere al Evangelio que viene después de la ley, es decir, el Antiguo Testamento que se ve notablemente superado cuando aparece en el mundo Aquel que venía figurado desde antiguo, ¿por qué?; pues simplemente porque ha llegado el Mesías esperado para dar cumplimiento a las Escrituras.

El segundo comienzo: el oficio intercesor de María santísima

Escribía hermosamente el P. Hurtado: “¡Faltó el vino! ¡Pero allí estaba María felizmente! Ella con su intuición femenina vio el ir y venir, el cuchicheo, los jarros que no se llenaban… Y sintió toda la amargura de la pareja que iba a ver aguada su fiesta, la más grande de su vida… Sintió su dolor como propio. ¡Comprensión! de los dolores ajenos… Y Ella comprendió que Ella podía hacer algo, y que Él lo podía hacer todo. Ella guardaba en su corazón el secreto desde hace 30 años… sabía que vendría un día en que Él tendría que manifestarse, en vano había esperado hasta ahora esa manifestación.

…¡Ah! María comprendió al punto que no era su hora, pero que no le iba a decir que no a Ella, su Madre.”

Si bien la pregunta de Jesucristo a su Madre resulta a primeras poco comprensible para nuestro actual lenguaje (“Mujer, ¿qué nos da a mí ni a ti? Aún no es llegada mi hora”), la respuesta de su Madre, por otra parte, se muestra sumamente interesante: “haced lo que Él os diga”. Pareciera como que su reacción no correspondiera con lo que Jesús le acababa de decir, y, sin embargo, su respuesta es completamente coherente con su corazón de madre, ya que ella lo conoce bien y sabe qué esperar del Corazón divino de su Hijo. Así pues, la Virgen simplemente obra según sus sentimientos, porque es Madre, y las buenas madres se preocupan siempre y no pueden quedarse indiferentes ante la necesidad: ¡cuánto más la Madre de Dios y Madre nuestra!

 

María santísima también nos revela aquí un comienzo: el de ella como nuestra intercesora; como aquella que “arrebata gracias” a su Hijo por el singular amor que Él le tiene; y como aquella Madre siempre preocupada de sus hijos, dispuesta a hacer llegar nuestras necesidades a su Hijo cada vez que lo hagamos mediante ella.

El Evangelio nos invita a comenzar este nuevo año litúrgico con la plena conciencia del don de la fe en Jesucristo que hemos recibido: el vino nuevo del Evangelio, cumplimiento de las promesas del Antiguo Testamento, que gracias a María santísima “se adelanta”. La invitación es, pues, a considerar “el vino nuevo en nuestras vidas”, es decir, los nuevos y santos propósitos para ofrecer a Dios en este año que recién comienza, asistidos por la intercesión de nuestra santa Madre del Cielo, aquella que hoy claramente nos enseña el secreto de la verdadera felicidad que nos ofrece el Evangelio: “haced lo que Él os diga”.

Que nuestra maternal intercesora nos alcance la gracia de renovar toda nuestra vida a la luz de la fe; y que para ello tengamos siempre presente las palabras de san José María Escrivá: “Si nuestra fe es débil, acudamos a Maria. Cuenta San Juan que, por el milagro de las bodas de Caná, que Cristo realizó a ruegos de su Madre, creyeron en Él sus discípulos (Jn 2, 11). Nuestra Madre intercede siempre ante su Hijo para que nos atienda y se nos muestre, de tal modo, que podamos confesar: Tú eres el Hijo de Dios.”

P. Jason.

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Comentarios 3

  1. María Victoria Cano Roblero dice:

    Gracias Mamá María por el regalo y tesoro más grande que nos has dejado tu Hijo Jesús. Iluminame día a día para que mi fé aumente y así pueda proclamarla a mi progimo.

  2. María Inés Groppi dice:

    Los dos comienzos.
    Si, parece rara la reacción de la Virgen a lo que dice Jesús,pero que verdad : Ella es madre, y ve más allá de unas palabras,ve el corazón!
    Gracias.

  3. Martha dice:

    Buenas tardes :quiero saber en Colombia donde puedo enviar la ayuda al padre Gabriel y sus compañeros de Gaza ?

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