Hoy es necesario redescubrir el rol y la dignidad del artista.
“Nadie mejor que vosotros, artistas, geniales constructores de belleza, puede intuir algo del pathos con el que Dios, en el alba de la creación, contempló la obra de sus manos”.
Por eso, hay que remontarse a los orígenes del cosmos, en donde Dios Creador, el Artista por excelencia, nos comunica el pathos con el que contempla la obra de sus manos y nos enseña a crear obras de arte. Nos dice el Papa Magno.
“¡Qué extraordinaria vocación habéis recibido y qué alta responsabilidad tenéis! Muchos se encuentran hoy como perdidos, en busca de una identidad. A vosotros, testigos de la cultura y del arte, os digo: la belleza, como sabéis, es luz del espíritu. El alma, cuando se encuentra serena y reconciliada, cuando vive en armonía con Dios y con el universo, emana una luz que ya es belleza. La santidad no es más que belleza plena, en cuanto refleja, como sabe y puede, la suma belleza del Creador”.
P Rodrigo Miranda, IVE
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