“El artista, –dice s. Juan Pablo II-, busca siempre el sentido recóndito de las cosas y se esfuerza por expresar el mundo de lo inefable. ¿Cómo ignorar, pues, la gran inspiración que le puede venir de esa especie de patria del alma que es la religión? ¿No es acaso en el ámbito religioso donde se plantean las más importantes preguntas personales y se buscan las respuestas existenciales definitivas?”
P Rodrigo Miranda, IVE
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