…no porque tengas fe y confianza en Dios dejarás de sentir tristeza ante una enfermedad dolorosa o tener la posiblidad de contagiarte de una epidemia. Todo eso es natural.
De hecho, los mártires tuvieron miedo. El mérito está en que lo pudieron vencer por un fin sobrenatural.
Así que aceptar nuestra humanidad es esencial para no sorprendernos ante nuestras propias debilidades y luego bajonearnos al darnos cuenta que no somos ángeles.
La fe, la gracia o el bautismo no «anula» esos movimientos naturales (normales) de nuestra naturaleza humana. Hay que manejarlos bien.
No está mal ponerte tenso por un problema. De hecho Jesús se puso tan tenso que sudó sangre, pero eso no le quitó el señorío de sí. Estaba tan en control de sus emociones que pudo afirmar su voluntad e ir a la cruz a pesar de esa tensión.
En conclusión, no está mal tener miedo u otras pasiones naturales (amor, tristeza, deseo, ira, aversión, esperanza, gozo, odio…) el tema es que debemos tratar de que estén gobernadas por la razón para que así puedan ser orientadas a un fin sobrenatural.