En este libro se entrelazan dos temas claves para san Manuel: la devoción filial a María y la espiritualidad del sacerdote. Comenzó a escribirlo cuando era todavía obispo de Málaga, aunque ya en el destierro de su diócesis, en 1932. La primera edición fue publicada en 1935, cuando estrenaba su nueva diócesis de Palencia. Sus reflexiones brotan de muchas jornadas de oración, de días vividos con intensidad, abandonado con total confianza en las manos del Señor y bajo el amparo de su Madre del cielo.
Don Manuel es consciente de la importancia de cuidar la vida espiritual, y más aún en tiempos recios y de persecución, como los que él vivió. Esta es una enseñanza muy valiosa y actual también para hoy, para que vivamos la propia vocación unidos a María, que es camino seguro para llegar a configurarnos con su Hijo.
